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SUPLEMENTO ESPECIAL 1 - ciem.cu actuales de la economia... · Daylín Castro Padrón (CIEM)...

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22222 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIAL

COORDINADOR PRINCIPALMSc. Jonathan Quirós Santos (Centro de Investigaciones de laEconomía Mundial, CIEM)

COORDINADORESMSc. Blanca Munster Infante (CIEM)MSc. José A. Pérez García (CIEM)

AUTORESDr. Osvaldo Martínez Martínez (CIEM)Dr. Ramón Pichs Madruga (CIEM)MSc. Jonathan Quirós Santos (CIEM)MSc. Blanca Munster Infante (CIEM)MSc. José A. Pérez García (CIEM)MSc. Gladys Hernández Pedraza (CIEM)MSc. Faustino Cobarrubia Gómez (CIEM)MSc. Jourdy James Heredia (CIEM)

GRUPO DE EDICIÓNEDITORIAL ACADEMIA

Edición: Lic. Nadia García EstradaDiseño y tratamiento de imágenes: Marlene Sardiña PradoCorrección editorial: Caridad Ferrales AvínISBN: 978-959-270-108-3

2007, «Año 49 de la Revolución»

MSc. Roberto Smith Hernández (CIEM)MSc. Laneydi Martínez Alfonso (CIEM)

COLABORADORESLic. Reynaldo Senra Odelín (CIEM)Lic. Daylín Castro Padrón (CIEM)

GLOBALIZACIÓN DE LA ECONOMÍAMUNDIAL: REALIDAD Y MITO

Significado de la globalización.Dichos y hechos

La globalización de la economía mundial no es unamentira ni una perversa invención transnacional. Es unproceso objetivo del capitalismo de nuestros días, peroen modo alguno equivale al triunfo universal y defini-tivo de ese sistema ni a la abolición de las contradic-ciones entre clases sociales o entre países y regiones,ni a la cancelación de las transformaciones revolucio-narias, tampoco a la inevitable adopción como camisade fuerza, por todos los países de un cierto patrón deconducta en su política interna y externa.

Es evidente que la economía mundial de 2007 esdiferente a la de 1970 y aún más a la de décadas ante-riores. No se trata sólo de que las magnitudes del co-mercio internacional, de los movimientos de capital ode las transacciones bursátiles sean mayores, sino queexiste un superior grado de interpenetración de econo-mías nacionales ahora más cercanas por la revoluciónen los medios de transporte, mucho mejor comunica-das por la revolución en los medios de comunicación ytransmisión de información e integradas en una redtransnacional tejida por un capital que tiene ahora unamovilidad internacional enormemente superior a la desus bisabuelos del siglo pasado.

Sobre esa base tecnológica e interaccionado conella, ha ocurrido un enorme crecimiento del comerciomundial, de los movimientos internacionales de capitaly en especial, del capital en forma financiera, a ritmosmayores que el crecimiento de la producción o de losindicadores productivo-materiales o de servicios queconforman la economía «real». La llamada burbuja fi-nanciera formada por la especulación en títulos de valorle ha dado el sello tal vez más característico a los últi-mos 25 años de la economía mundial con su vertigino-so crecimiento. Esto ha llegado a acuñar el calificativode economía casino para designar a esta desenfrenadaespeculación financiera alimentada por la desregulacióny el aperturismo en tanto expresiones de la oleadaneoliberal, que con sus matices nacionales ha invadidola economía mundial y conquistado posiciones de man-do en las políticas económicas.

En los circuitos especulativos existe la circulaciónde sumas enormemente mayores y da cuerpo a esosllamados capitales golondrina que se mueven a granvelocidad sin reparar en las fronteras nacionales. Ellosacuden allí donde concurren condiciones favorables ala especulación, y crean una frágil ilusión de moderni-dad y fugándose masivamente al primer signo de re-ducción de ganancia o posibilidades más beneficiosasen otro escenario.

Es por tanto, el capital financiero y en particular laespeculación financiera exacerbada por la desregulación,el signo distintivo de la globalización de la economíamundial. La globalización del mercado financiero es unarealidad, pero lo es también la volatilidad, la inestabilidadque representan enormes masas de capital moviéndoseerráticamente, sin regulación efectiva, y con enorme ca-pacidad destructiva como para poner en crisis a econo-mías nacionales y gobiernos en pocas horas.

Los agentes que operan e impulsan la globalizaciónson las corporaciones transnacionales. Ellas son lasarañas que han tendido los hilos de la urdimbre delmercado financiero globalizado, de la interpenetraciónde las economías penetradas por ellas, de la supuestaeconomía sin fronteras, para mover el capital mediantela planeación a escala global en persecución de la máxi-ma ganancia.

La globalización no es una novedad escapada de todaprevisión marxista. La vocación internacional del capi-tal —uno de sus rasgos definitorios— hizo posible queel dominio capitalista tuviera como uno de sus ingre-

Í N D I C EParte 1GLOBALIZACIÓN DE LA ECONOMÍA MUNDIAL: REALIDAD Y MITO / 2IMPACTO DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA EN EL COMERCIO Y LA ECONOMÍAMUNDIAL ACTUAL. BRECHA TECNOLÓGICA NORTE-SUR / 3PRINCIPALES TENDENCIAS DEL COMERCIO INTERNACIONAL. COMERCIOY SUBDESARROLLO / 4OMC. ESTADO ACTUAL DE LAS NEGOCIACIONES COMERCIALES MULTILATERALES / 5INTRODUCCIÓN A LAS FINANZAS INTERNACIONALES ACTUALES / 6INSTITUCIONES FINANCIERAS INTERNACIONALES: FONDOMONETARIO INTERNACIONAL Y BANCO MUNDIAL / 8DEUDA EXTERNA Y SUBDESARROLLO EN EL MUNDO SUBDESARROLLADO. EL CASODE AMÉRICA LATINA / 9AYUDA OFICIAL PARA EL DESARROLLO (AOD) / 9TENDENCIAS ACTUALES DE LA INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA (IED) EN EL MUNDOSUBDESARROLLADO. TENDENCIAS EN AMÉRICA LATINA / 10PRINCIPALES MONEDAS EN LA ECONOMÍA MUNDIAL: DÓLAR Y EURO / 11GASTOS MILITARES Y ECONOMÍA MUNDIAL / 12TENDENCIAS ENERGÉTICAS MUNDIALES Y SUS IMPLICACIONES PARA LOS PAÍSESSUBDESARROLLADOS. RETOS DE UNA REESTRUCTURACIÓNENERGÉTICA SOSTENIBLE / 13MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO. EL PARADIGMA DEL DESARROLLOSOSTENIBLE / 14CAMBIO CLIMÁTICO Y SUBDESARROLLO / 16Parte 2ROSTROS DE LA POBREZA EN EL TERCER MUNDO / 2OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO / 3MIGRACIONES Y SUBDESARROLLO: DIMENSIÓN ECONÓMICA / 4CONTRADICCIONES INTERIMPERIALISTAS EN EL MUNDO ACTUAL / 5EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA MÁS RECIENTE DE LOS EE.UU. / 6SITUACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL DE LA UNIÓN EUROPEA / 7EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA MÁS RECIENTE DE AMÉRICA LATINA / 8EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA MÁS RECIENTE DEL CARIBE / 9EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA Y SOCIAL DE ASIA / 10EVOLUCIÓN SOCIOECONÓMICA MÁS RECIENTE DE ÁFRICA / 11SITUACIÓN ACTUAL DE LA INTEGRACIÓN EUROPEA / 12INTEGRACIÓN SUR-SUR: POTENCIALIDADES Y LIMITACIONES / 13ALCA Y TRATADO DE LIBRE COMERCIO (TLC) EN AMÉRICA / 14ALBA Y ALCA: EL DILEMA DE LA INTEGRACIÓN O LA ANEXIÓN / 15

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Heterogeneidad y contradiccionesLa globalización no es la llegada a un estadio donde laheterogeneidad y las contradicciones desaparecen. Porel contrario, es un nuevo momento del desarrollo des-igual capitalista. Sólo que ahora con unos niveles tanelevados de desarrollo científico-tecnológico que expre-san la necesidad de un uso y control social, que plan-tean la contradicción con su apropiación y dominio pri-vados en términos ya no sólo de lucha de clases, sinode sobrevivencia de la especie en tanto convivencia enrelaciones sociales y en tanto continuidad de la vida enun entorno ecológico sustentable.

Ya conocemos el alto nivel de interconexión electró-nica que permite transferir en segundos magnitudes decapital semejantes a los PIB de muchos países, sinregulación alguna. Sabemos que la base productiva, laeconomía «real» se achica cada vez más en relación auna enorme superestructura financiero-especulativa queha adquirido no sólo autonomía, sino también mandosobre aquella. Pero, mientras más crece este distan-ciamiento, más frágil se hace el sistema.

La globalización de la producción requiere estabili-dad en la política económica y especialmente en lasfinanzas. La globalización financiera tiene hoy el man-

dientes el establecimiento de un sistema mundial, elprimero propiamente dicho en la Historia de la Humani-dad. Desarrollo capitalista y crecimiento de un entra-mado de relaciones económicas-internacionales fue-ron analizados en el pasado y pronosticados hacia elfuturo por los clásicos del marxismo desde mediadosdel siglo XIX. Esa misma vocación internacional, ahoraasistida por los colosales avances científico-tecnológi-cos da como resultado un elevadísimo grado deinternacionalización del capital. Pero esto no elimina lapertenencia nacional de los capitales ni equivale a unahomogeneización de todas las partes de la economíamundial.

Esta internacionalización-globalización muestra losvínculos finalmente determinantes entre la corporaciónglobal y el Estado matriz, aunque ahora ese vínculosea más complejo y con frecuencia no reducible sólo ala economía.

Las corporaciones globales son de hecho integran-tes de la «seguridad nacional» de su Estado-matriz yaquí se incluyen los intereses de poderío militar, espio-naje económico, tecnológico y financiero ejercido so-bre los «aliados globales». Exxon, Bayer o Toyota ven-den e invierten por todo el mundo y su objetivo esmaximizar ganancias para sus accionistas, pero estono las independiza del país donde radica la matriz, lamayoría del stock y donde pagan impuestos.

La supuesta tendencia a la nivelación entre las par-tes de la economía mundial, es una dolorosa ironía.Este mercado financiero homogeneizado da a la eco-nomía mundial la imagen de una gigantesca Bolsa enperpetua interacción con las diferentes Bolsas radica-das en diversos países, pero regidas todas por princi-pios homogéneos, cotizando títulos de valor similares ymuchas veces iguales e interconectadas por las mara-villas de la informática y la voracidad especulativa.

También se ha homogeneizado en alto grado el dis-curso predominante sobre economía. Probablemente seaéste el mayor éxito de la globalización y de allí extraigasu mayor fuerza para dominar las mentes y modelar laspolíticas económicas en buena parte del planeta.

Las políticas económicas que tienen como emble-ma las fórmulas del FMI han sido un exitoso productode exportación desde países desarrollados hacia el Ter-cer Mundo.

Se ha homogeneizado a casi todo el mundo subde-sarrollado en una práctica de la misma política econó-mica, de la cual se han distanciado cuidadosamentelos que a nivel de discurso las exaltan y proponen des-de tribunas de gobierno, académicas, empresariales yde organismos económicos internacionales.

do porque domina la creación de crédito, el que a suvez determina el futuro de la producción, pero estasfinanzas son una volátil cadena de interdependenciassin regulación, expuesta a una ruptura por la mismafuerza especulativa creada.

Las inmensas masas de capital que se mueven enel mercado financiero globalizado (las transaccionesdiarias bursátiles ascienden a no menos de 1 millón demillones de dólares) poseen una tremenda fuerzadestructiva potencial y no hay regulación efectiva sobreellas. Hechos como el continuo crecimiento de la deudaexterna e interna de Estados Unidos, el endeudamientode América Latina y del Tercer Mundo o las encendidaspugnas monetarias entre norteamericanos, europeos yjaponeses, constituyen algunos de los posibles deto-nadores de un desplome que sería tanto más grave mien-tras más globalizadas e interdependientes sean laseconomías.

Junto a la globalización marcha la regionalizaciónde la economía mundial. Son procesos contradictoriosque apuntan a un escenario de choques interimpe-rialistas ahora elevados a niveles de región.

La formación de bloques regionales —Unión Euro-pea, Japón y su relativo dominio en su zona económi-ca, Estados Unidos con el TLCAN y su proyectado blo-que incluyendo toda América Latina— que crean zonaspreferenciales hacia el interior y excluyentes hacia el ex-terior son una negación de la globalización. Ésta coexistecon la tendencia a la fragmentación del sistema económi-co implantado después de la Segunda Guerra Mundial, envirtud de la pérdida relativa de hegemonía por parte deEstados Unidos y la consiguiente dispersión del podereconómico e incapacidad de cualquier otro país para «co-ordinar» el funcionamiento global del sistema.

Por su parte, las relaciones entre los bloques sonuna muestra de que las pugnas de siempre no han des-aparecido en un remanso globalizado, sino que perma-necen, crecen y se hacen más peligro-sas después dehaber desaparecido el factor de contención que signifi-có la URSS.

Otro foco de contradicciones, probablemente las másexplosivas en términos sociopolíticos está dado porqueel avance de la globalización marcha de la mano con elavance de la pobreza y la polarización social. Es inne-gable que a partir de los años ochentas y en lo adelantehan sido los de distanciamiento abismal entre riquezay pobreza no solo entre países desarrollados y subde-sarrollados, sino en los trozos de Tercer Mundo quecrecen en todas las economías desarrolladas y se ali-mentan, entre otras cosas, de una migración de pobresa la que se pretende frenar echando gasolina a las lla-mas, con racismo, xenofobia y represión.

El crecimiento económico mundial no se filtra haciaabajo. Es la globalización capitalista neoliberal la quese asienta sobre ese polvorín y se debate en el dilemade no poder desarrollarse sin alimentar simultáneamentela bomba de alta explosividad social que conforma unorden mundial no sustentable, sin futuro.

El mundo supuestamente homogeneizado por laglobalización, impregnado por el mensaje mediático delcapitalismo como única realidad posible y recorrido deun extremo a otro por transnacionales portadoras desimilares valores, es no obstante, más inestable, dis-gregado y políticamente explosivo que nunca.

El último foco de contradicciones que serán men-cionadas es el que tiene en su centro la destrucción delmedio ambiente. Señalan algunos que los humanos sonla única especie que con fatal irresponsabilidad vaserruchando la rama en que se apoya. Esto no es otraprofecía catastrofista, sino una realidad tan precisa comouna demostración matemática a partir de la continua-ción de las actuales tendencias en materia de depreda-ción ambiental.

La protección del medio ambiente, incluida la pro-tección del trabajador es un elemento del costo quedisminuye la ganancia y contra ese hecho esencial seestrellan las advertencias y alertas de los científicos.

En el efecto invernadero, en la lluvia ácida y en ladestrucción de la capa de ozono pueden encontrarsecausales básicas que identifican a la industrialización, lacomercialización y el consumo encuadrados en la bús-queda del máximo beneficio de mercado. En la defores-tación y la desertificación, se encuentra también lo an-terior en compañía de las presiones que la pobreza y elsubdesarrollo inducen sobre el medio por vía de las pre-carias condiciones de vida de las poblaciones.

Todo parece demostrar que en tanto el lucro capita-lista sea el árbitro de la creación y aplicación de tecno-logías, de la distribución territorial de la producción, dela implantación y difusión de estilos de vida consumistasy derrochadores, no habrá freno al deterioro ecológico ycontinuarán globalizándose las vías y modos de des-truir el planeta. En esas condicio-nes, el crecimiento yla expansión económica del sistema serán aceleradoresde la crisis ecológica.

IMPACTO DE LA CIENCIAY LA TECNOLOGÍA EN EL COMERCIOY LA ECONOMÍA MUNDIAL ACTUAL.BRECHA TECNOLÓGICA NORTE-SUR

La nueva revolución tecnológica nos revela un mundo quesigue siendo el mismo y cada vez más desigual, puestoque como afirma el propio Banco Mundial, «la distanciaque separa a los países ricos de los países pobres esmayor en relación con la generación de conocimientosque con los niveles de ingreso», por tanto, ahora el co-nocimiento constituye el recurso limitante en muchospaíses subdesarrollados, en cuanto a la capacidadinnovadora de empresas y sistemas nacionales.

En primer lugar, cabe destacar la altísima concen-tración en los países desarrollados del progreso técni-co. De tal manera, los países desarrollados concentran84,4 % del gasto bruto en investigación y desarrollo(GBID) y un porcentaje algo menor de los investigado-res científicos e ingenieros (71,6 %). Otros indicadoresrevelan con mayor crudeza las asimetrías vigentes en-tre los países desarrollados y los subdesarrollados: laproporción del GBID por habitante es de 19:1, la rela-ción en el número de investigadores científicos e inge-nieros por habitantes es 7:1 y el GBID por investigadores más del doble. En 2003, China ocupaba la segun-da posición mundial en número de investigadores (con862 000), detrás de Estados Unidos (con 1,3 millonesen 1999), pero delante de Japón (675 000) y la Federa-ción Rusa (487 000).

Las grandes empresas dominan la investigación yel desarrollo en materia de tecnología de la informa-ción, las comunicaciones y la biotecnología, que tienenimportancia para el desarrollo humano. Mundialmenteen 1998 las industrias de productos farmacéuticos ybiotecnológicos gastaron 39 000 millones de dólaresen investigación y desarrollo.

La innovación también significa propiedad, 54 % detodas las regalías y los derechos de licencias corres-pondientes a 1999 fueron a parar a los Estados Unidosy 12 % al Japón. A los países de la OCDE, donde resi-de 14 % de la población mundial, se atribuyó 86 % delas 836 000 solicitudes de patentes presentadas en 1998y 85 % de los 437 000 artículos aparecidos en publica-ciones técnicas especializadas en todo el mundo. En2002, se presentaron más de 442 000 solicitudes depatentes en Europa y Estados Unidos, frente a 224 000una década antes.

Las actividades que pueden ser objeto de patenteestán muy concentradas. En 2001, Francia, Alemania,Japón, Reino Unido y Estados Unidos representaron el83,6 % de todas las familias de patentes triádicas. Doscampos tecnológicos contribuyeron más que el prome-dio al auge generalizado de las patentes: la biotecnologíay las TIC. Entre 1991 y 2001, las solicitudes de patenteen la Oficina Europea de Patentes (OEP) en materia debiotecnología y TIC aumentó 9,1 % y 8,3 % respectiva-

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44444 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIAL

PRINCIPALES TENDENCIASDEL COMERCIO INTERNACIONAL.COMERCIO Y SUBDESARROLLO

Las tendencias del comercio internacional de mercan-cías (o bienes) y servicios en la etapa actual de laglobalización, no son, en muchos casos, sino continua-ción de las existentes en otros períodos. Al mismo tiem-po, la dinámica de la globalización ha acentuado otras.

Una tendencia de los flujos comerciales actuales esel crecimiento del volumen del comercio internacionalde mercancías, pues éste supera al de la producciónmundial. Por ejemplo, en el 2005, según las Estadísti-cas del Comercio Mundial 2006 de la OrganizaciónMundial de Comercio (OMC), el crecimiento del volu-men del comercio mundial fue de 6 %, por sólo 2,5 %de crecimiento de la producción.

Lo expuesto obedece a la evolución del sistemamultilateral de comercio y a su filosofía liberalizadora; ala mayor integración e interconexión de la economíamundial propia de la actual etapa de la globalización; alo que se suma el desempeño de las economías, elcomercio de los países desarrollados y el gran nivel dela internacionalización de los mercados.

Además, en el comercio internacional actual, talcomo en otros períodos, existe una alta concentracióndel comercio mundial, tanto por estructura como por suorientación geográfica.

Por categorías de productos, es notable el predomi-nio del comercio de manufacturas sobre el de los pro-ductos básicos (productos agrícolas y combustibles yproductos de las industrias extractivas), no obstantelos altos precios alcanzados en los últimos dos-tresaños por el petróleo, algunos minerales y productos agrí-colas. El citado informe de la OMC da cuenta de que enel año 2005, le correspondió a las exportaciones demanufacturas 72 % del total mundial de las exportacio-nes de mercancías; 18 % a las exportaciones de pro-ductos agrícolas y 10 % a las exportaciones de com-bustibles y productos de las industrias extractivas.

mente, frente al incremento de 6 % del conjunto de so-licitudes de patentes ante la OEP.

Una parte importante de la inversión en conocimientoestá en la formación de cuadros científicos y técnicos.En el año 2000, los Estados Unidos aprobaron una leyque permite otorgar 195 000 visas más anualmente aprofesionales calificados. De las 81 000 visas aprobadasentre octubre de 1999 y febrero de 2000, 40 % se otorga-ron a ciudadanos de la India, más de la mitad a perso-nas cuya ocupación estaba relacionada con la compu-tación y una sexta parte a trabajadores del campo delas ciencias y la ingeniería.

La brecha digital, es en esencia, un subproducto delas brechas económicas preexistentes. Es posible ana-lizarla desde diversos puntos de vista. Los niveles ac-tuales de gasto en TIC, los costos de acceso y losinsuficientes ingresos son factores que determina lasdificultades que enfrentan los países en desarrollo paraseguir «la ruta fácil» de expansión de las TIC en el mun-do desarrollado.

Menos de 1 % de la población de Asia Meridionalestá en línea, a pesar de que representan un quinto dela población mundial. La situación es aún peor en Áfri-ca. Apenas hay un millón de usuarios de Internet entodo el continente, mientras que sólo el Reino Unidotiene 10,5 millones. África Subsahariana representacerca del 10 % de la población mundial, pero sólo tiene0,2 % de los 1 000 millones de líneas telefónicas delplaneta.

Otras fuentes señalan que sólo 10 % de los paísescon menor ingreso ha logrado avances en los indicadorespara los cuales hay información, y 88 % presenta unadinámica muy lenta en relación con el resto del mundo(o heterogénea entre avances y retrocesos en los dis-tintos indicadores), de tal modo que no puede hablarseen ellos de progreso en el área. La situación actualmuestra diferencias muy grandes entre regiones. Entrelos países en mejor situación, no se encuentra ningúnpaís de África Subsahariana, Asia central y Meridionalo América Latina y el Caribe.

Los contrastes en el acceso a bienes comunica-cionales «de ida y vuelta» (como telefonía e Internet)son inquietantes cuando se comparan distintas regio-nes del mundo. Por el momento, 20 % de la poblaciónglobal que vive en los países más pobres sólo cuentacon un 1,5 % de las líneas telefónicas, mientras que20 % de la población de los países más ricos cuentacon 74 % de ellas.

Otras fuentes señalan que sólo 14 % de la pobla-ción latinoamericana y caribeña accede a Internet, con-tra más de 50 % en los países desarrollados. Los usua-rios de Internet pasaron de 6 a 72 millones entre 1998 y2004, mientras los teléfonos celulares aumentaron de20 a 72 millones; estos usuarios se concentraron enlas regiones metropolitanas, grandes y medianas em-presas y familias de altos ingresos.

Dado el nivel de ingreso de los países subdesarro-llados no es realista que se pueda cerrar la brecha digitala corto y mediano plazo. En América Latina y el Caribecon un ingreso per cápita anual de alrededor de 3 300dólares, gastar 2 500 dólares per cápita en TIC (montosimilar al que se gasta en los países desarrollados) sig-nificaría dedicar 75 % del ingreso a ese fin. Por otrolado, África Subsahariana con un ingreso per cápitaanual 1 620 dólares y Asia Meridional con 2 390 dólaresper cápita se encuentran en una situación de regiones«marginadas»del prometido desarrollo digital AméricaLatina gasta anualmente cerca de 400 dólares per cápitaen TIC, mientras que la cifra equivalente en los paísesdesarrollados es cerca de 6 veces mayor. Un estudiorealizado en Estados Unidos demuestra que continuasiendo el líder en niveles de gastos en TIC con 812,6miles de millones de dólares en 2001, seguido por Ja-pón (413,7 miles de millones de dólares) y Alemania(154,6 miles de millones de dólares).

Junto con la dimensión internacional de la brechadigital, se produce una situación similar entre los grupos

de ciudadanos. En América Latina y el Caribe se registrala distribución del ingreso más desigual del mundo. Estadesigualdad se refleja también en el acceso de sus ha-bitantes a las nuevas tecnologías. Según diversas esti-maciones, casi la quinta parte de 15 % más de la pobla-ción latinoamericana y caribeña ya tenía conexión aInternet en el año 2000, lo cual contrasta con la tasa deconectividad regional de 3 % en el mismo año.

El ingreso determina el nivel de conectividad de loshogares, por ejemplo, Brasil en 24 millones de domici-lios con ingreso familiar de hasta 300 dólares, sólo 4 %dispone de computadoras, índice que alcanza 70 % enlas familias que ganan más de 2 000 dólares.

Los costos de conexión son excesivos para los con-sumidores de medianos y bajos ingresos. Sólo el 10 %más rico de las familias puede acceder a la canastacompleta de bienes y servicios TIC, es decir a las he-rramientas disponibles para aumentar su conocimien-to, procesar información y comunicarse. En el otro ex-tremo, cerca de un quinto de los hogares en AméricaCentral no cuentan ni siquiera con equipo de radio. En-tre estos dos extremos existen varias categorías deacceso. Un grupo de la población (entre 20 % y 40 %,según el país) accede a una canasta parcial compues-ta mayormente por televisión y celulares y, en menormedida, computadoras y televisión por cable, pero sinposibilidades de pagar el acceso a la telefonía fija y aInternet. Finalmente, al menos la mitad de la población(porcentaje que supera 70 % en algunos países) tienetelevisión, pero no puede acceder individualmente acelulares, computadoras y, menos aún, a Internet.

Lo anterior, nos muestra cómo el proceso de innova-ción, no funciona, ni puede funcionar, aunque se hablede la existencia de sistemas nacionales de innovacióny de agentes nacionales, si no se crean condicionesinternas y externas que propicien su desarrollo.

El comportamiento de las exportaciones manufac-tureras no es homogéneo, puesto que el crecimientomás dinámico corresponde a los productos de las in-dustrias electrónica, de la informática y de las teleco-municaciones, que son aquéllos que tienen una mayordotación de valor agregado, dado el peso de los gastosen ciencia y tecnología.

La mayor parte de las exportaciones mundiales demercancías las realizan los países desarrollados (simi-lar proporción tienen en las importaciones): en el año2005 las exportaciones de mercancías de los paísesdesarrollados alcanzaron el 62,5 % del total mundial,por sólo 34,1 % de los países subdesarrollados (3,4 %de participación de las economías en transición. En elaño 2005 el 76,4 % de los intercambios comercialesse produjese entre los propios países desarrollados.

La concentración de las exportaciones mundialeses tal que en el año 2005, como muestran las estadís-ticas de la OMC, a los 10 principales exportadoresmundiales de mercancías les correspondió 53,1 % deltotal mundial. El peso que han alcanzado los paísessubdesarrollados obedece fundamentalmente a la par-ticipación que han alcanzado algunos países asiáticos,China, por ejemplo, fue en el año 2005 el tercer exportadormundial de bienes (7,3 % del total).

El comercio de servicios (tal como el de bienes, muyconcentrado) ha incrementado su participación en elcomercio internacional. No obstante que el comerciode bienes es predominante, la dinámica del crecimien-to de los servicios ha sido superior a la del crecimientode las mercancías.

Los servicios clasificados como otros servicios co-merciales (servicios de informática y servicios conexosque se prestan a las empresas; servicios de investiga-ción y desarrollo, inmobiliarios, audiovisuales, de comu-nicaciones, de construcción, distribución, de enseñan-za, medioambientales, culturales y deportivos, entreotros), los de mayor dotación de capital y de mayor valoragregado, son predominantes: 48,1 % del total de servi-cios comerciales en el año 2005, por 23,6 % de serviciosde transporte y 28,4 % de servicios de Vvajes.

Otra tendencia del comercio internacional actual esla ampliación del comercio intraindustrial, definido comola exportación e importación simultáneas de productosmanufacturados correspondientes a la misma rama in-dustrial.

También en el comercio internacional ha aumentadola participación del comercio intrafirma, es decir, el in-tercambio comercial que se realiza dentro de una mismaempresa transnacional, entre la casa matriz y las filialeso entre las mismas filiales, lo que le permite a la empre-sa transnacional minimizar los efectos de la competen-cia, al mismo tiempo que puede desplazar recursos fi-nancieros entre los países para reducir, entre otros, loscostos tributarios y arancelarios De acuerdo con eviden-cias, entre 30 y 40 % del comercio internacional se rea-liza al interior de las propias empresas transnacionales.

Otra tendencia es la estructura oligopólica del mer-cado mundial, lo que significa que operan pocos vende-dores de un mismo producto, los cuales dominan elmercado y esto les permite influir sobre la producción ylos precios. Estas empresas, generalmente transna-cionales, toman en cuenta las decisiones de los compe-tidores, y en la medida en que concentran la producción,concertan acuerdos entre ellas.

Unida a las tendencias ya descritas, aparece otra,relativamente novedosa, a la consolidación y desarro-llo de grandes bloques comerciales regionales. El ejem-plo más notable es la Unión Europea, que como bloquecomercial es el primero en el mundo por el volumen desu comercio. Otros ejemplos son el Tratado de LibreComercio de América del Norte (TLCAN), entre Esta-dos Unidos, Canadá y México; las crecientes relacio-nes comerciales intrasiáticas y el MERCOSUR y suampliación.

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Comercio y subdesarrollo

Si bien se mantiene el protagonismo de los paísesdesarrollados en el comercio mundial, es de notar elcrecimiento del comercio entre los países subdesarro-llados (o comercio Sur-Sur). El peso de un grupo depaíses subdesarrollados en el comercio internacionalactual conforma lo que se ha dado en llamar la nuevageografía del comercio internacional. El comercio Sur-Sur se concentra fundamentalmente en unas pocaseconomías de Asia oriental.

Una última tendencia es el «reforzamiento» de lasbases multilaterales del comercio internacional, con lacreación de la OMC.

El comercio internacional es cada vez más una fuerzaimprescindible para el crecimiento económico y condi-ción necesaria, aunque no suficiente para el desarrollo,pero al mismo tiempo, en el ciclo de globalizaciónneoliberal, es cada vez más injusto e inequitativo, ylejos de favorecer el desarrollo, potencia y perpetua elsubdesarrollo.

La participación —marginal y subordinada— de lamayoría de los países subdesarrollados en el comerciomundial confirma lo anterior: sólo 34,1 % de presenciaen las exportaciones mundiales de bienes en el año2005. América Latina y el Caribe tuvo una participaciónde 5,4 % en las exportaciones totales de bienes; Áfricamantuvo una ínfima presencia de 2,9 %, en tanto AsiaOccidental lo hizo con 5,2 % del total mundial de mer-cancías exportadas. Fundamentalmente, solo la regiónde Asia Oriental y Meridional ha logrado aumentar suparticipación en el comercio mundial hasta 20,2 %,apoyada en el ascenso de los que la OMC clasificacomo «seis grandes comerciantes asiáticos», a los quese suma China.

Aunque una parte de los países subdesarrollados haincrementado la producción y exportación de productosmanufacturados, la mayoría de ellos depende sustan-cialmente de la exportación de productos básicos. Úni-camente siete países (del total de los subdesarrollados),de ellos seis asiáticos, concentran más de 70 % de lasexportaciones manufactureras con bajo uso de tecnolo-gías, y 80 % con alto uso de tecnologías.

Los países desarrollados son los principalesexportadores mundiales de productos básicos —ex-cepto de combustibles—, aunque son los subdesa-rrollados los que dependen mayormente de las ex-portaciones de éstos: más de la tercera parte de lasexportaciones totales de al menos 50 economíassubdesarrolladas dependen de la agricultura; mien-tras en otros 40 países, las exportaciones agropecuariashacen más de la mitad de los ingresos por exportación.

La preponderancia de las exportaciones de produc-tos básicos de los países subdesarrollados es un fac-tor de enormes implicaciones para sus economías, aso-ciado a lo que está la tendencia a la baja de los preciosde estos productos: entre 1997 y 2001, el índice combi-nado de precios de todos los productos básicos dismi-nuyó 53 % en términos reales, y si se suma el efectode que para los países subdesarrollados sus exporta-ciones manufactureras han reducido 10 % de los pre-cios desde mediados del decenio de 1990, entonces lasituación no es nada halagüeña. En los últimos tresaños transcurridos, el precio de algunos minerales y con-tados productos agropecuarios se ha elevado, alcanzan-do el nivel más elevado en los últimos veinte años, a loque se ha unido la subida de los precios del petróleo.

La innegable realidad de los altos precios del crudoen el último período y sus beneficios para los exporta-dores de éste tiene otra cara, dado que más de 70 %de los países subdesarrollados son importadores netosde combustibles, y que más de las tres cuartas par-tes de la población de dichos estados viven en econo-mías importadores netas de combustibles, lo que con-tribuye por esta vía al deterioro de sus términos deintercambio.

En el comercio mundial se ha entronizado una filo-sofía hegemónica de libre comercio, que privilegia ellibrecambismo cuando es conveniente a los interesesde las transnacionales y de los países desarrollados,pero que no tiene reparos en proteger mercados cuan-do las exportaciones de los países subdesarrolladosalcanzan alguna competitividad y hace peligrar los al-tos márgenes de ganancia del Primer Mundo: mientrasse mantienen elevados aranceles sobre las produccio-nes de todo tipo que provienen de los países subdesa-rrollados, los países desarrollados se aplican entre síun arancel medio de apenas 1 %.

De acuerdo con el Programa de las Naciones Uni-das para el Desarrollo (PNUD), las exportaciones delos países subdesarrollados representan menos de latercera parte de las importaciones que llegan al mundoindustrializado, pero pagan dos tercios del total de losingresos arancelarios cobrados.

Muestra también de proteccionismo es el escalona-miento arancelario (o progresividad arancelaria), ya quelos países desarrollados gravan con mayor valor a unproducto en la medida en que mayor sea su grado deelaboración, pero aplican aranceles mucho más bajosa aquellos productos básicos de su interés, impidiendoque los países subdesarrollados agreguen valor a susexportaciones, lo que tiende a mantener a éstos comoexportadores tradicionales de productos básicos. Elejemplo del café resulta elocuente: el arancel aplicadoa este producto en forma de materia prima en la UniónEuropea, Estados Unidos y Japón es de 7,3; 0,1 y 6 %,respectivamente; mientras los productos elaboradossobre la base del café tienen gravámenes de 12,1; 10 y18,8 %, respectivamente.

A pesar del nocivo impacto que suponen las barre-ras arancelarias para los países subdesarrollados, losobstáculos no arancelarios son formas más frecuentesy difíciles de combatir, entre las que están desde medi-das sanitarias y fitosanitarias hasta políticas de impor-tación, pasando por medidas de protección al medioambiente, obstáculos técnicos, políticas públicasdiscriminatorias, productos especiales (aquellos aso-ciados a materias como la seguridad nacional) y otros.

Las políticas de subvención agrícola de los paísesdesarrollados también afectan notablemente a los paí-ses subdesarrollados. Tómese en cuenta que la propiaOrganización Mundial de Comercio (OMC) ha reconoci-do que, como promedio, los países ricos apoyan de talforma a su agricultura que el monto de subvencionesagrícolas supera los 350 000 millones de dólares anua-les. Muestras —no únicas—, de enormes subsidios agrí-colas las constituyen la política agraria común europea(PAC) y la Farm Bill estadounidense.

Es obvio que los altos montos de subvenciones, tan-to de europeos como de estadounidenses, como nor-ma benefician a los grandes productores de ambos la-dos del Atlántico, y «desconectan» a los productosbeneficiados de las señales de los mercados de pro-ductos agrícolas, lo que provoca una verdadera compe-tencia desleal e induce a una espuria falta de compe-titividad a los productos agrícolas provenientes de lospaíses subdesarrollados, los grandes perjudicados poresta situación, que los aleja de un crecimiento sosteni-ble y del desarrollo.

Estimaciones recientes del Fondo Monetario Inter-nacional (FMI) dan cuenta de que debido al proteccio-nismo agrícola y a los subsidios de los países desarro-llados, los países subdesarrollados pierden alrededorde 24 mil millones de dólares al año en ingresos queprovienen de la agricultura, sin tomar en cuenta los efec-tos dinámicos y residuales.

La situación de los países subdesarrollados en elcomercio de servicios es todavía menos halagüeña queen el de bienes. En servicios, el segmento comercialmás dinámico hoy, la concentración a favor de los paí-ses desarrollados es también una característica: en elaño 2005, los diez primeros exportadores a nivel mun-dial acusaron 54,6 % del total exportado. De esta dece-

na de exportadores, le correspondió a los mayores ocho—todos desarrollados— 48,9 %, en tanto que los dosúnicos exportadores subdesarrollados integrantes de esalista —China y Hong Kong-China—, sólo les corres-pondió de conjunto, 5,7 %.

Otros argumentos para demostrar lo expuesto nofaltan. El Acuerdo General sobre el Comercio de Servi-cios (AGCS) de la OMC, que refrenda el marco para elestablecimiento de normas jurídicamente vinculantes,define cuatro modos de suministro: transfronterizo (comoel comercio electrónico y las telecomunicaciones), con-sumo en el extranjero (turismo, salud), presencia co-mercial (establecimiento en el extranjero de bancos,instituciones financieras, compañías de seguros) y elmovimiento de personas físicas.

Las corrientes comerciales de servicios, de acuerdoa su importancia relativa, manifiestan la siguiente parti-cipación: suministro transfronterizo 35 %; consumo enel extranjero 10-15 %, presencia comercial 50 % ymovimiento de personas físicas 1-2 %, a partir de locual es fácilmente deducible que los países desarrolla-dos concentran su participación en la tercera forma desuministro, la presencia comercial, dado sus interesesen reforzar su dominio y protección jurídica einstitucional para operar en los países subdesarrolla-dos, mientras obstaculizan por todas las vías, y no es-tán dispuestos a emprender negociaciones de fondorespecto al movimiento temporal de personas físicas.

Por su parte, a los países subdesarrollados les inte-resa el movimiento de personas físicas, que es dondepodrían obtener mayores beneficios. Según cálculos,una transferencia de trabajadores calificados y no cali-ficados desde los países subdesarrollados tendría unpotencial impacto de 157 mil millones de dólares anua-les, y equivaldría a 3 % de la fuerza laboral de los paí-ses desarrollados, y aunque los países subdesarrolla-dos fueran los principales beneficiarios, los estados ricostambién ganarían por el mayor crecimiento y aumentode recaudaciones tributarias.

OMC. ESTADO ACTUALDE LAS NEGOCIACIONESCOMERCIALES MULTILATERALES

Sistema multilateral de comercio bajolas normas de la OMCLa OMC es el único órgano internacional que se ocupade las normas que rigen el comercio entre países. Susfunciones son: administrar los acuerdos comercialesde la OMC; ser foro para las negociaciones comercia-les; solucionar las diferencias; supervisar las políticascomerciales nacionales; ofrecer asistencia técnica ycursos de formación para los países en desarrollo y lacooperación con otras organizaciones internacionales.

Los principios del sistema multilateral de comercio,ahora normados por la OMC, son los siguientes:

Comercio sin discriminaciones.: Referido a que eltratamiento de un país al resto debe ser igual para to-dos, por ejemplo, si se concede a un país la reduccióndel tipo arancelario a uno de sus productos, se tieneque hacer lo mismo con todos los demás, lo que seconoce como trato de nación más favorecida (NMF).

También se sustenta en el trato nacional, lo quesignifica que las mercancías que el país importa deberecibir un trato similar al que reciben las mercancíasproducidas en el país: sólo se aplica cuando el pro-ducto, el servicio u obra de propiedad intelectual haentrado en el mercado.

Previsibilidad y transparencia: Referido al acceso cre-ciente y previsible a los mercados, mediante la reduc-ción o eliminación de los obstáculos al comercio, de for-ma progresiva y por la vía de las negociaciones, ademásdel compromiso de no aumentar los obstáculos al co-mercio, lo que se conoce como «consolidación» (la con-solidación de un arancel significa el compromiso de noaumentar el nivel arancelario por encima de lo acordado,del límite del arancel).

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66666 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIAL

INTRODUCCIÓN A LAS FINANZASINTERNACIONALES ACTUALES

En los últimos cien años, el binomio sistema monetariofinanciero-economía mundial se han supeditado a la

Sistema monetario financierointernacional actual y sus características

Estructura y funcionamiento de la OMC

La máxima autoridad de la OMC es la Conferencia Mi-nisterial, que debe reunirse por lo menos una vez cadados años, y que puede adoptar decisiones sobre todaslas cuestiones que se plantean en el marco de cualquie-ra de los acuerdos comerciales multilaterales. Hastaahora se han celebrado seis conferencias ministeriales.

Entre las conferencias ministeriales, la labor coti-diana está a cargo del Consejo General, compuestopor los representantes permanentes de cada país en laOrganización, el Órgano de Solución de Diferencias yel Órgano de Examen de las Políticas Comerciales.Otros tres consejos: Mercancías, Servicios y el de losAcuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual rela-cionados con el Comercio (ADPIC), rinden informe alConsejo General y son responsables del funcionamien-to de los acuerdos de la OMC que tratan de sus esferasde comercio respectivas.

A diferencia del FMI y del Banco Mundial, la OMCno delega la autoridad en una junta de directores ni enel Director General de la organización, tampoco existeun equivalente al del Consejo de Seguridad de las Na-ciones Unidas, por lo que oficialmente, a cada país lecorresponde un voto.

Si bien todos los miembros de la OMC son formal-mente iguales, la fortaleza económica y el mayor poderde negociación de los países desarrollados, sobre todoel de los Estados Unidos y el de las Comunidades Eu-ropeas, les permite imponer sus intereses, o la propiaagenda de discusión, de diferentes formas, ya seandirectas o indirectas, tanto en el Consejo General comoen los acuerdos y comités. Las decisiones se adoptanpor consenso, y cuando éste no es posible, se acude ala votación, en la que se gana por mayoría de los votosemitidos.

En la OMC existe un Órgano de Solución de Dife-rencias (OSD), conformado por los mismos represen-

tantes del Consejo General. Este sistema de soluciónde controversias le confiere a la OMC la facultad de lacual no dispone ninguna otra institución económicamundial, la capacidad efectiva de imponer a los Miem-bros sanciones por el incumplimiento de las reglas.

La llamada Ronda del Desarrolloy el estado actual de las negociacionescomerciales multilaterales

En la III Conferencia Ministerial, celebrada en Seattle,Estados Unidos en noviembre-diciembre de 1999, laprecaria «estabilidad» lograda en las anteriores minis-teriales se quebró, y la historia de la casi estrenadaOMC archivó su primer gran y ruidoso revés, tanto entérminos prácticos como mediático, de legitimidad eimpacto político, por más ostensible en una instituciónque, según sus directivos, se consideraba el arquetipode la globalización.

La falta de acuerdos y del consenso necesario so-bre los temas de negociación y la orientación futura deésta, concluyeron en que no se produjese una declara-ción ministerial final, y por consiguiente, abortase elinicio de la ronda.

La siguiente ministerial se celebró en noviembre de2001 en Doha, Qatar. Las negociaciones previas a la IVReunión Ministerial no habían logrado avances suficien-tes en octubre de ese año, sin embargo, las profundasdiferencias de posiciones por parte de los países desa-rrollados, pero sobre todo entre países desarrollados ysubdesarrollados y la crisis de legitimidad de la organi-zación, pasaron a un segundo plano por la conjuncióndel inicio de la recesión mundial, el temor de un fracasocomo el de Seattle y el ambiente generado a partir delos atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001contra Nueva York y Washington.

La reacción a los atentados terroristas, y los dividen-dos políticos e ideológicos logrados por la administra-ción Bush en torno a éstos, fueron los responsables, enúltima instancia, del «éxito» de Doha. La declaraciónministerial de Doha estableció el mandato para las nego-ciaciones y el límite para concluir el programa de trabajoadoptado por los ministros e1 de enero de 2005.

Uno de los temas más conflictivos de la IV Ministerialfue el agrícola. Al final de las discusiones sobre el tema,se precisó el mandato de negociación y el crono-gramade la misma, pero en lo aprobado no se impuso unaeliminación de las subvenciones, sino simplemente laapertura de negociaciones con vistas a su reducción.

Otro tema de conflicto fue el de los Acuerdos sobreDerechos de Propiedad Intelectual relacionados con elComercio (ADPIC). Los resultados obtenidos puedenser considerados los más sustanciosos para los paísessubdesarrollados, en ausencia de avances efectivos enotros temas de discusión o de prioridad para el mundosubdesarrollado. Aunque no se modificó en absoluto elprincipio de protección de las patentes de medicamen-tos, se dijo claramente que los ADPIC no debían dificul-tar la protección de la salud y el acceso a medicamen-tos baratos.

En relación con los servicios, en el Acuerdo Generalsobre el Comercio de Servicios (AGCS) se aceptó pro-fundizar en la liberalización, lo que lo reafirma como unverdadero acuerdo multilateral de inversión, como reco-noció el propio Mike Moore, en esa época el DirectorGeneral de la OMC. En última instancia, los interesesmás beneficiados fueron los de los países desarrollados.

Por insistencia de los países subdesarrollados y atono con sus intereses, se acordó establecer dos Gru-pos de Trabajo: uno sobre Comercio, Deuda y Finan-zas y el otro sobre Transferencia de Tecnologías. Todoslos temas del Programa de Trabajo de Doha son partedel «compromiso único» (single undertaking), lo quesignifica que ninguno de los acuerdos es definitivo has-ta la conclusión de las negociaciones en todas las áreas.

El Programa de Trabajo de Doha, recién culminadala Ministerial, comenzó a ser llamado eufemísticamente

La transparencia está referida a que las normas co-merciales sean tan claras y públicas como sea posi-ble. En muchos de los acuerdos de la OMC se exigeque los gobiernos divulguen públicamente sus políticasy prácticas en el país o mediante notificación a la OMC.

Fomento de una competencia leal: Se establecie-ron normas más precisas, que permiten imponer dere-chos antidumping y compensatorios respecto a dos for-mas desleales de competencia, como el dumping y lassubvenciones. Para ambos casos, antes de autorizar-se a imponer dichos derechos, los países deben de-mostrar que estas medidas causan daño a una ramade producción nacional.

Los otros principios de la OMC, comercio más librey promoción del desarrollo y la reforma económica, ex-plican, más que todo, la filosofía de la organización, dematriz neoliberal. Para la OMC, existe una relación es-tadística indudable entre un comercio más libre y elcrecimiento económico, además que la teoría econó-mica señala contundentes razones para esa relación,de lo que se deriva que el sistema de la OMC contribu-ye al desarrollo.

Más allá de las justificadas valoraciones críticas quemerecen la teoría que sustenta dicha filosofía y la prác-tica que la acompañan, el entusiasmo a ultranza acer-ca del libre comercio y su vínculo con el desarrollo noes, ni por mucho, compartido. Las experiencias regio-nales y nacionales demuestran que, en los países sub-desarrollados, desde la Segunda Guerra Mundial hastala fecha, las estrategias de desarrollo, comercio exte-rior y crecimiento económico han sido variables y nounívocas. Si bien es cierto que las políticas comercia-les inciden en el crecimiento, y éste de forma sosteni-da conduciría al desarrollo, no hay una fórmula aplica-ble en todas las épocas y para todos los países paraque esta relación sea óptima, tal como muestra la his-toria económica de los actuales países desarrollados.

«Ronda del Desarrollo». El lenguaje empleado en laDeclaración Ministerial y en el Programa puede seramigable o sensible con el desarrollo, la atención for-mal prestada al desarrollo ser mayor que en conferen-cias anteriores o, incluso, mencionarse el término unnúmero de veces considerablemente mayor que en otrasministeriales, pero esto no cambia el hecho de que losacuerdos tomados correspondan a una estrategia ne-gociadora de los países desarrollados (aceptada en unoscasos e impuestas a otros países subdesarrollados),en aras de una mayor y condicionada liberalización delcomercio mundial.

En la V Reunión Ministerial, celebrada en Cancún,México, en septiembre de 2003, se realizó un primerbalance de las negociaciones del Programa de Doha,el cual arrojó un resultado bastante desalentador. La VMinisterial de Cancún tuvo un resultado similar a la deSeattle: «fracasó». En esta ocasión, los países subde-sarrollados (encabezados por el Grupo de los 20, alcual pertenece Cuba) resistieron las presiones de lospaíses centrales y evitaron la imposición de una agen-da y de acuerdos opuestos a sus intereses, por lo queno se adoptó una Declaración Ministerial.

En el período posterior a Cancún, se manifestó unsentimiento de frustración, tanto de países desarrolla-dos como de un número no pequeño de subdesarrolla-dos, sobre la falta de credibilidad de la OMC y de suincapacidad para llegar a acuerdos, de ahí que la Deci-sión del Consejo General adoptada el 1º de agosto de2004, el llamado Paquete de Julio, fue el resultado deun largo y extenuante proceso de negociación, que tran-sitó desde la fracasada V Conferencia Ministerial de laOMC, hasta esa fecha. El acuerdo marco que suponeel Paquete de Julio fue un conjunto de lineamientos depolítica, no de acuerdos ni establecimiento de plazos,pero logró romper el estancamiento de la llamada Ron-da del Desarrollo.

La VII Conferencia Ministerial de la OMC se celebróen Hong Kong, Región Administrativa Especial china,entre los días 13 y 18 de diciembre de 2005, y su prin-cipal, aunque muy cuestionable resultado, fue la adop-ción de una Declaración Ministerial, contentiva de unpaquete de acuerdos de bajo perfil. Asimismo, se acor-daron planes de trabajo y fechas precisas, incluyendola culminación de la Ronda de Doha para fines de 2006,lo que se ha incumplido flagrantemente, pues hasta lafecha, continúan los problemas en las negociaciones.

En Hong Kong, los principales temas de conflicto ynegociación fueron los de agricultura, servicios y el deacceso a mercados para los productos no agrícolas(AMNA), sobre los cuales se tomaron acuerdos de im-portancia para el desenvolvimiento de la Ronda, perocuyos resultados han sido, como es tradicional, eviden-temente dispares a favor de los países desarrollados.

«Las negociaciones están suspendidas», a fin de«permitir la seria reflexión de los participantes que re-sulta claramente necesaria», porque «hoy todos somosperdedores», fueron las frases más reiteradas que re-corrieron el mundo, divulgadas por las agencias de pren-sa el 24 de julio de 2006 y días posteriores. El sentidode éstas, al ser pronunciadas ese día por Pascal Lamytras una reunión en Ginebra con los ministros del G-6(Australia, Brasil, las Comunidades Europeas, EstadosUnidos, India y Japón), reflejó el fracaso del procesonegociador posterior a Hong Kong y la imposibilidad deculminar la Ronda de Doha para fines de 2006, aménde que la suspensión significó también la incertidumbreen la fecha para continuar las negociaciones.

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77777SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIAL

Tendencias en los mercados financierosen las últimas décadas. Crisis financierasen el mediano y largo plazos

La presente década no ha estado exenta de tensionesfinancieras internacionales. La economía mundial se hacaracterizado por la inestabilidad financiera en perío-dos de aproximadamente dos años. Primeramente seobservó la devaluación del dólar norteamericano, mástarde siguieron la crisis del Sistema Monetario Europeo(1992-93), la crisis Méxicana, en 1994/1995 y su impac-to global se conoció como efecto Tequila. Con posterio-ridad se produjeron la crisis asiática en 1995/1997 (efec-to Dragón), la cual se expandió a todos los mercadosfinancieros internacionales, la crisis rusa en 1998 (efectoVodka), la crisis brasileña en 1998/1999 (efecto Samba)y la crisis argentina en 2001/2002 (efecto Tango).

Asimismo, el 2 de diciembre de 2001 la quiebra dela empresa Enron sacudió al mundo económico: pocosmeses antes la revista Fortune había premiado a laempresa como la más creativa de los últimos cinco años,y había asegurado que tendría un crecimiento continuodurante toda la década.

Las reiteradas crisis económicas han generado unaamplia discusión sobre el papel desempeñado por elFondo Monetario Internacional.

En particular, la crisis financiera asiática ha revela-do que el actual sistema financiero internacional es in-capaz de prevenir a la economía mundial de las inten-sas y frecuentes crisis financieras, cuyos efectos realesson devastadores. Se considera la mayor amenaza deeste tipo que se ha producido en más de medio siglo,esto se observa en las continuadas previsiones a la bajaen los ritmos de crecimiento económico mundial en losúltimos años.

Papel de las bolsas o mercados financieros: Losmercados financieros en la actualidad se componen detres mercados fundamentales; los mercados de deuda,(incluyen los mercados interbancarios, los de divisas,los monetarios y los de renta fija); los mercados deacciones; y los mercados de derivados.

Los valores que se negocian en los mercados dederivados se «derivan», bien de materias primas, o biende valores de renta fija, de renta variable, o de índicescompuestos por algunos de esos valores o materiasprimas.

Aunque existían mercados donde se negociabanvalores desde la antigüedad, se considera que el primermercado de valores modernos se constituyó en la ciu-dad de Amberes en el año 1531, expandiéndose rápida-mente hacia las principales ciudades europeas, y lue-go hacia los Estados Unidos y el continente asiático.

La complejidad, el número de operaciones, las es-calas financieras y la velocidad con que opera toda lared de bolsas o mercados accionarios que cubre el pla-neta son tan grandes y se encuentran interrelacionados

El tercer informe de la Agencia McKinsey & Co.,sobre los mercados globales de capitales publicado ainicios del 2007, reveló que el valor total real de los ac-tivos financieros globales —incluyendo acciones, tantopólizas y deuda g— llegó a 140 millones de millones dedólares a finales de 2005, un aumento de 7 millones demillones de dólares respecto al año 2004. Esta cifra esmás de tres veces mayor a la producción total de bie-nes y servicios producidos en todo el planeta en aquelaño 2005.

evolución del capitalismo contemporáneo atravesandopor diferentes fases.

Las amenazas que se cernían sobre el control finan-ciero internacional por parte de los Estados Unidos, asícomo la cuadruplicación del precio de los combustiblesen la conocida crisis petrolera de 1971-1975, modifica-ron las reglas del juego norteamericano, adoptándosede forma generalizada el tipo de cambio flexible comoprincipio central de organización de las relaciones mo-netarias internacionales.

En marzo de 1973 se decide la flotación de los tiposde cambio y en 1976, con la celebración de la Confe-rencia de Jamaica, se dio fin al sistema de tipos decambios fijos y al sistema Bretton Woods. Esta Confe-rencia adoptó las siguientes modificaciones para el sis-tema financiero internacional:• Se legalizan los tipos de cambios flotantes.• Se reducía el papel del oro como reserva.• Se aumentaban las cuotas del FMI, especialmente

aquellas de los países de la OPEP.• Se aumentó el financiamiento para los países menos

desarrollados.• La determinación de la paridad de una moneda

pasaba a ser responsabilidad de su país de origen.Los movimientos de capital se convirtieron en un ras-

go desestabilizador del sistema monetario y financierointernacional en las últimas décadas. Los cambiossucedidos han estado asociados a la mayor movilidadde bienes de capital y mano de obra, y la avanzada inte-gración mundial de los mercados que la misma provoca;el mayor papel que desempeñan los países subdesarro-llados en la economía mundial; la reincorporación de laseconomías en transición al sistema económico mundial,entre otros.

La liberalización financiera impulsada por las políti-cas neoliberales del Consenso de Washington es sinduda una de las características más significativas delproceso de globalización actual. Una etapa en la cuálel capital financiero internacional adopta nuevas formasy ejerce un dominio casi absoluto sobre las otras for-mas de capital.

El tipo de cambio se ha convertido en variable estra-tégica para la evolución económica de los países apartir de su influencia en los niveles de solvencia y capi-talización, en la asignación de recursos en la BalanzaComercial y en la estructura económica del país. Unode los elementos de mayor importancia entre los facto-res que inciden en la determinación del tipo de cambioes el nivel de las tasas de interés. Si éstas resultanatractivas en función de la mayor o menor rentabilidadde los activos que representen, se observará una ma-yor o menor entrada de capital al país y, por ende, unaapreciación o depreciación de la moneda. En la reali-dad, el nivel de la tasa de interés se establece a partirde la combinación de políticas monetaria y fiscales quecada país establezca. La evolución favorable o no de lacuenta corriente y de la balanza de pagos, así como ladisponibilidad de reservas internacionales, constituyenfactores adicionales que determinan el tipo de cambioa aplicar por cualquier país. De hecho, otra de las ca-racterísticas esenciales del sistema monetario en laactualidad, es la gran variabilidad de los tipos de cam-bio. Ello se aprecia de forma notable en la relación exis-tente entre las tres principales monedas: el dólar, eleuro y el yen.

Tanto la inestabilidad cambiaria como la desali-neación pueden afectar el desempeño económico delos países y su existencia justifica los intereses quemanifiestan los principales países industrializados poralcanzar una mayor coordinación de sus políticas eco-nómicas, especialmente en la esfera monetaria.

Entre los problemas centrales de la actual economíamundial globalizada se destaca como determinante laenorme asimetría existente entre un mundo financierointernacional cada vez más sofisticado y dinámico, don-de predomina la rápida globalización de las carteras fi-

nancieras con la ausencia de un sistema institucionalcapaz de regularlo.

El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mun-dial, han transformado sus políticas y recetas a lo largode más de 50 años, para adaptarse a las transforma-ciones experimentadas por el sistema financiero inter-nacional. El Fondo se ocupa cada vez más de la reso-lución de los problemas a largo plazo y ha reducido supapel de suministrador de fondos para convertirse enun catalizador de la financiación privada internacional.

El informe también muestra que los flujos transfron-terizos de capitales llegaron en el 2005 a los 6 millonesde millones de dólares, más del doble del año 2002; deellos 80 % se realizó entre los EE.UU., Reino Unido yla zona del euro. Debe señalarse que en las cifras deeste informe no están incluidos los derivados financie-ras, los hipervolátiles instrumentos financieros sobre loscuales no existen controles en números precisos, yaque gran parte de estos contratos son operaciones «fuerade balances», que no aparecen en la contabilidad ge-neral de las instituciones financieras.

Según el Banco de Liquidaciones Internacionales (BIS,siglas en inglés), al final del primer semestre del 2006, elvolumen de derivados financieros llegó a la espantosacifra de 370 millones de millones de dólares (casi nueveveces el PIB mundial), pero los analistas bien informa-dos afirman que el número es mucho mayor si fueranincluídas las operaciones «fuera de balances».

Evolución actual de los flujosde Inversión Extranjera Directa, AOD,remesas y deuda externaInversión Extranjera Directa: En el tema de lasinversiones extranjeras directas, se observa unaconcentración notable de estos flujos en aquellaseconomías desarrolladas que brindan mayoresganancias y retornos al capital. La inversión extranjeradirecta global en 2005 se elevaba a 916 000 millonesde dólares, un aumento de 29 % en relación con 2004,no obstante, las corrientes mundiales de IED siguensiendo inferiores a las del 2000 donde su monto seubicaba en 1,4 millones de millones de dólares.

El crecimiento de la IED se concentra, fundamental-mente, en el proceso acelerado de fusiones y adquisi-ciones transfronterizas en los países desarrollados, lascuales aumentaron 88 % en valor, es decir, 716 000millones de dólares y 20 % en número, o sea, 6 134,con respecto a 2004.

Como tendencia se aprecia que las IED dirigidashacia los países subdesarrollados se concentran enciertas regiones.

La deuda externa de los países subdesarrollados:Según cifras del Fondo Monetario Internacional de sep-tiembre del 2006, el monto de la deuda externa de lospaíses subdesarrollados se ha mantenido en torno alos 2,1 millones de millones de dólares.

La deuda externa no sólo ha aumentado, sino quesu distribución por regiones ha variado. Para el 2006,las regiones participaban en el monto de la deuda totalde la siguiente forma: África con 7,7 %; Asia 28,3 %,Medio Oriente 7,8 %, Europa del Este 21,1 %, la Co-munidad de Estados Independientes 11,5 % y AméricaLatina 23,6 %.

Cálculos efectuados revelan que en el período 1986-2006, los países subdesarrollados pagaron 5,1 millo-nes de millones de dólares por concepto de servicio dela deuda o sea 256 000 millones de dólares promedioanual.

Ayuda Oficial para el Desarrollo: No se observansustanciales cambios en relación al financiamiento des-tinado a la Ayuda Oficial para el Desarrollo y para elacceso a nuevas tecnologías. La Ayuda Oficial para elDesarrollo ha experimentado serias reducciones en losúltimos 20 años. Si bien entre 1964 y 1992 los desem-bolsos de ayuda desde el Comité de Ayuda al Desarro-llo aumentaron de 5 900 millones de dólares hasta ubi-carse en 60 500 millones de dólares, entre 1993 y elaño 2002, la Ayuda Oficial para el desarrollo sólo alcan-zó los 54 000 millones de dólares como promedio. LaAyuda Oficial para el desarrollo en el período 1970-2006 sólo ha representado como promedio, alrededorde 0,33 % del PIB de los donantes.

Remesas: También la magnitud de las remesas hacrecido paulatinamente en años recientes. En los paí-ses de destino, los inmigrantes contribuyen de formasignificativa con el crecimiento económico. Según ci-

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88888 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIAL

Contexto actual y el papel del FMI y el BM

cruzada entre ambas instituciones, pues para que elBM otorgue créditos a un país, éste tiene que haberfirmado antes un PAE con el FMI.

Junto a las políticas de ajuste del FMI se impusie-ron otras medidas que aparentemente nada tenían quever con la estabilidad macroeconómica del corto plazo;en realidad, se trataba de un conjunto de medidas eco-nómicas, políticas e institucionales, pensadas paraactuar al largo plazo y para lograr cambios profundosen la sociedad y el Estado, estas medidas fueron lasdenominadas por el Banco Mundial precisamente como«reforma estructural».

Los cambios que se han producido en la escena mundialen la década de los 90, han modificado, profundamente,la forma de actuar del FMI. El abandono de la economíaplanificada de un gran número de países y su transfor-mación al sistema de economía de mercado fue apoya-do por el FMI no sólo para el financiamiento sino tambiénmediante el asesoramiento para la constitución de insti-tuciones (bancos centrales, sistemas impositivos, mer-cados de divisas, sistemas aduaneros) imprescindiblespara el funcionamiento del sistema económico.

También, en la década de los 90 se produjeron fuer-tes crisis financieras con efectos desestabilizadores so-bre el comercio mundial. A comienzos de 1995 Méxicotuvo que implementar un paquete de medidas de ajustefinanciero que fueron aprobadas por el FMI y apoyadasmediante un préstamo de 17,8 billones de dólares, lamayor cantidad prestada jamás a un país miembro. Afinales de 1997 se produjo la crisis del sudeste asiáti-co que requirió una atención especial y préstamos aCorea (20,9 billones, nuevo record), Indonesia y Tai-landia. Después siguieron las crisis de Rusia en 1998,de Brasil en 1999, de Turquía en el 2000 y de Argenti-na a finales del 2001.

Estas crisis revelaron que los programas de ajustedel FMI se quedaron rezagados en relación con la evo-lución de la economía mundial. La institución organizóel rescate con medidas de austeridad como: créditoescaso, tasas de interés elevadas y restricción fiscal. Asu vez las alternativas del ajuste no establecieron lagradualidad necesaria de las medidas, lo que ha provo-có que en el corto plazo las crisis se profundizarán yglobalizarán.

Ante esta situación la comunidad internacional seha pronunciado en cuanto a la necesidad de reformar elSistema Monetario y Financiero mundial. Desde la Mi-nisterial de la Organización Mundial del Comercio deSeattle en 1999, la sociedad civil ha venido reclamandouna profunda y radical reforma de ambas instituciones,para hacerlas más democráticas, transparentes y so-cialmente responsables, ante los países y sectores quesufren sus duras políticas económicas.

Finalmente, en América Latina se conforma una nue-va entidad financiera, propiciada por los gobiernos deVenezuela y Argentina, el Banco del Sur. Esta nuevainstitución tendrá como objetivo fundamental la verda-dera integración latinoamericana y, constituye una pers-pectiva financiera defensora de los intereses de los pue-blos de la región, contrapuesta a las actividades delFMI y el BM.

Se conoce que el FMI presenta, en la actualidad, pro-blemas financieros a corto plazo, con un déficit de 105millones de dólares superior a la previsión en este añofiscal, algo que no ocurría desde 1985 cuando se declaróuna moratoria en el pago de las deudas por parte devarios países. La razón ahora es muy distinta y se debea los pagos adelantados que realizan algunos paísesmiembros con el objetivo de reducir sus deudas y para lacual han utilizado parte de sus reservas internacionales.

Esta situación no es nueva pues comenzó durantela crisis asiática de finales de la década del noventa,cuando los afectados decidieron cumplir con sus obli-gaciones crediticias a cambio de un menor control porparte del FMI.

INSTITUCIONES FINANCIERASINTERNACIONALES: FONDOMONETARIO INTERNACIONALY BANCO MUNDIAL

Orígenes, organización y funciones

En 1944 las potencias vencedoras de la Segunda GuerraMundial crearon en Bretton Woods, Estados Unidos,nuevas instituciones económicas para resolver los pro-blemas financieros globales. Así nacieron el FondoMonetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).Estos organismos funcionan de manera independientey, a pesar de su similar origen, son, de hecho, dos ins-tituciones distintas a las que se le atribuyeron objetivosdiferentes.

El FMI se creó para resolver los problemas econó-micos globales que propiciaron la Gran Depresión delos años 30.

El número de miembros del FMI se ha incrementado.Si en 1944 estaba representado por 44 países, en laactualidad está conformado por 185 naciones.

Por tradición, esta institución siempre es dirigida porun europeo, o al menos una persona que no sea deorigen americano. El actual director es el españolRodrigo Rato. En la actualidad, en el Fondo trabajanaproximadamente 2 716 personas, que proceden de 185países. Entre ellos: economistas, estadísticos, investi-gadores, expertos en finanzas públicas y sistemas fi-nancieros y otros.

La mayor parte del personal del Fondo labora en laoficina principal de Washington y, se asignan otros alas pequeñas representaciones de la institución en Pa-rís, Ginebra, Tokio y las Naciones Unidas.

Las principales funciones del FMI son:• Guardián o vigilante del comportamiento monetario

internacional.• Proporcionar asistencia financiera a los países

miembros para solucionar problemas de balanza depagos.

• Asesoramiento y asistencia técnica, así como deforo permanente para la discusión de los problemasmonetarios internacionales.

El FMI no puede ser considerado un banco de desa-rrollo, ni un banco central mundial, se trata, más bien,de una institución que, a través de sus controles sepropuso mantener un sistema seguro de compra y ven-ta de dinero para que los pagos en moneda extranjerase realizaran con facilidad y rapidez entre los países.

Las actividades del FMI se financian mediante lascuotas que aportan sus miembros. Es el que determi-na, en función de la riqueza de cada país y de su situa-ción económica, el importe de la cuota de cada miem-bro. Cuanto más rico es el país mayor es su cuota. Lascuotas se revisan cada 5 años y pueden subir o bajaren función de las necesidades del FMI y la prosperidadeconómica del miembro.

La cuota de cada miembro sirve para determinar quécantidad puede pedir prestada al fondo. Cuanto mayorsea la contribución financiera de un país miembro ma-yor será la cantidad que puede pedir en momentos denecesidad. Asimismo, la cuota determina el poder devoto de cada miembro.

Estados Unidos es el mayor depositario del fondocuenta con 371 743 votos, 17,1 % del total, mientras quePalau, uno de los miembros más recientes, tiene la cuo-ta más pequeña, con 281 votos (0,013 % del total).

El FMI ha mantenido inalterable la distribución de losvotos, en alrededor de 30 años, a pesar del los cambiosocurridos en el crecimiento económico de los países anivel mundial. Por ejemplo, China ha tenido un crecimientoque duplica al de Bélgica y Holanda juntos, sin embargoesas dos naciones europeas poseen en conjunto 1,5veces más votos en el FMI que la nación asiática.

Por su parte, el Banco Mundial es formalmente unaorganización de desarrollo. Surgió para financiar la re-construcción económica posterior a la Segunda GuerraMundial y se convirtió con rapidez en un importantesuministrador de divisas para los países subdesarrolla-dos, con capacidad para proporcionar asistencia técni-ca en el uso de fondos prestados.

Aunque la reconstrucción sigue siendo un elementoimportante de las funciones del BM, éste ha ampliado sucartera, incluyendo proyectos de financiamiento para elsector social, la reducción de la pobreza, el alivio de ladeuda y el «buen gobierno». En concreto sus mayoresrecursos se centran, en la actualidad, en la reducción dela pobreza, objetivo predominante de toda su labor.

Es una organización que abarca 5 institucionescomplementarias entre sí, de tal forma que resulta máspreciso hablar del Grupo del Banco Mundial para refe-rirse al conjunto de ellas, a saber: Banco Internacionalde Reconstrucción y Desarrollo (BIRD), la CorporaciónFinanciera Internacional (CFI), la Asociación Interna-cional de Desarrollo (AID), el Centro Internacional deArreglo de Disputas relacionadas con Inversiones(CIADI) y, la Agencia Multilateral de Garantía de Inver-siones (AMGI).

El Presidente del Banco Mundial es, tradicionalmen-te, un norteamericano; su actual director es RobertZoellick, quien sustituyó a Paul Wolfowitz. En la actua-lidad, en el BM laboran aproximadamente 10 000 profe-sionales que proceden de casi todos los países delmundo; entre ellos: economistas, científicos ambienta-les, analistas financieros, y otros.

Los 24 países de la OCDE controlan más de las dosterceras partes de los votos del BM. Sólo los EstadosUnidos controlan 19,6 % de la capacidad de decisiónde la institución.

El sistema monetario establecido en Bretton Woodsse concretó en la convertibilidad del dólar por oro y elFMI se encargaba de asegurar el funcionamiento esta-ble de este sistema. Este régimen cambiario funcionósin problemas hasta los años 70, cuando quebró el pa-trón dólar-oro y se puso fin al sistema de cambios fijos.En este sentido, el FMI reduce su campo de acción, ypierde el protagonismo que tenía hasta entonces a nivelinternacional.

Más aún, en la década de los años ochentas, la cri-sis de la deuda que afectó a la mayor parte de los paísesdel Sur, y, sobre todo, América Latina supuso un nuevoreto para el FMI que encontró un nuevo campo de actua-ción. La solución aportada por el FMI fue lo que se cono-ce como los Planes de Ajuste Estructural (PAE). LosPAE se convirtieron en la receta única aplicada a todoslos países que querían acceder al financiamiento del FMIo a los préstamos del BM, sin importar del país que setratase. Según esta estrategia, las respuestas estánantes que las preguntas, para el FMI da lo mismo lasituación de un país como Brasil que Guinea; Rusia oEtiopía tienen el mismo rango dentro de su campoepistémico. Bajo este criterio, el FMI no hace economía,hace ideología disfrazada de economía.

En este sentido, existe un tipo de condicionalidad

fras del Banco Mundial, contribuyen con aproximada-mente 300 000 millones de dólares, o sea cerca de 7 %del PIB de los países capitalistas desarrollados. Losmigrantes también son esenciales para la sostenibilidaddel sistema de previsión social y el dinamismo econó-mico. Los países subdesarrollados también se benefi-cian de ese movimiento de personas. Se calcula quelas remesas financieras en estos países se elevan a lacifra de 180 000 millones de dólares anuales. Estasremesas favorecen directamente a millones de familia-res en los países de origen de los migrantes. Estosflujos representan, en la mayoría de los casos, ingre-sos superiores a las que aportan las corrientes de in-versión directa extranjera y de Ayuda Oficial Para elDesarrollo. Hoy, para algunos países más pobres, esastransferencias constituyen la principal fuente de divisasextranjeras, que representan 25 % del PIB.

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99999SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALDEUDA EXTERNA Y SUBDESARROLLOEN EL MUNDO SUBDESARROLLADO.EL CASO DE AMÉRICA LATINA

Según cifras del Fondo Monetario Internacional de sep-tiembre de 2006, el monto de la deuda externa de lospaíses subdesarrollados se ha mantenido en torno alos 2,1 millones de millones de dólares.

La deuda externa no sólo ha aumentado, sino quesu distribución por regiones ha variado. Varios factoreshan influido en las nuevas tendencias que se observanen relación con el monto de deuda externa acumuladopor las regiones, entre los que se incluyen: la inestabi-lidad financiera de los mercados emergentes, la dete-riorada situación socioeconómica en África, y el atrac-tivo que presentan para las inversiones extranjerasregiones como Europa del Este, Medio Oriente y Asia.

Para 2006, las regiones participaban en el monto dela deuda total de la siguiente forma: África 7,7 %; Asia28,3 %, Medio Oriente 7,8 %, Europa del Este 21,1 %,la Comunidad de Estados Independientes 11,5 % yAmérica Latina con 23,6 %.

Cálculos efectuados revelan que en el período 1986-2006, los países subdesarrollados pagaron 5,1 millonesde millones de dólares por concepto de servicio de ladeuda o sea 256 000 millones de dólares promedio anual.

La realidad revela que en los últimos años, las econo-mías deudoras han tenido que liberar recursos del ahorrointerno e incluso utilizar los que provienen del ahorro ex-terno (que a su vez se ha visto restringido) para cumplircon el servicio de la deuda, que de otra manera hubieranfinanciado un mayor nivel de inversión. Esto se logró conla equivalente disminución de las importaciones que hapermitido generar un excedente en divisas para estosfines. Como resultado, los países subdesarrollados si-guen siendo exportadores netos de capitales.

La crisis de las deuda lejos de ceder, se ha fortaleci-do por la falta de dinamismo económico, la permanen-cia de desequilibrios macroeconómicos, la caída de lainversión de capital, la inflación, el desempleo, el ma-yor deterioro de los niveles de vida y el incremento de lapolarización.

Evolución de la deuda externaen América Latina y el CaribeSegún cifras de la CEPAL, la deuda externa de la regiónalcanzaba en el 2005 los 679,18 miles de millones dedólares y había descendido a 632,849 miles de millonesen el 2006. Sin embargo, el FMI señalaba, en su informede septiembre del 2006, que la deuda externa de Améri-ca Latina en el 2006 se ubicaría en los 742 000 millonesde dólares. Esta deuda acumulada muestra unaelevadísima concentración en algunos países: 65 % en-tre Brasil, México y Argentina.

También es conveniente señalar que los altos nive-les de endeudamiento observados en algunos paísesde la región se mantienen y hacen que su crecimientoeconómico sea particularmente vulnerable a incremen-tos en las tasas de interés en los Estados Unidos.

En la práctica, y siguiendo la lógica del sistema, losgobiernos de la región aprovecharon la actual coyuntu-ra favorable para seguir pagando sus obligaciones conla deuda externa. Los crecientes excedentes que sur-gen están siendo utilizados para reducir el endeuda-miento externo.

Si se toma en cuenta el auge exportador, para la re-gión en su conjunto, se observa un descenso de la rela-ción entre la deuda externa (descontadas las reservas in-ternacionales) y las exportaciones de bienes y servicios.

La deuda externa latinoamericana, como porcentajede las exportaciones, pasó de 215,2 % en 1980 a unnivel récord de 261 % en 1990. Entre el 2000 y el 2006este indicador ha oscilado en torno a 177 %, como pro-medio regional, aunque se conoce que para muchospaíses este indicador supera el promedio de la región.

En relación con el manejo de la deuda externa duran-te el 2006, los mecanismos que se aplicaron fundamen-talmente fueron: emisión acelerada de deuda interna,emisión acelerada de deuda externa, pago adelantadode deudas utilizando reservas internacionales, y comprade miles de millones de dólares en el mercado.

Los argumentos que hoy manejan los gobiernos paraimpulsar el crecimiento de la deuda pública son los si-guientes:• Los acreedores de la deuda interna son los pueblos.• La deuda interna no está originada por las fluctua-

ciones de tasas de interés, como en el caso de ladeuda externa, sino que está originada por otrasdeudas que fueron asumidas por los Gobiernosnacionales en su momento.

• Los acreedores de la deuda interna no son losacreedores extranjeros.

La transformación de la deuda externa en internaexime la corresponsabilidad de los acreedores, quie-nes en la mayoría de los casos invirtieron sus capitalesde forma irracional y descontrolada y en condicionesventajosas para sus intereses.

Ni siquiera los préstamos concedidos en los mar-cos de la «Ayuda Oficial para el Desarrollo» se vieronexentos de condicionalidades y restricciones por partede los acreedores.

Asimismo, es incuestionable el impacto que tuvie-ron las fluctuaciones en las tasas de interés en el incre-mento de los montos de deuda externa regional, paraque ahora se intente desvirtuar las consecuencias. Lastasas de interés influyeron en más de 90 % de los prés-tamos contraídos en los años 70 y 80 en la región.

La crisis de la deuda de los años 80 fue consecuen-cia directa del incremento unilateral de las tasas deinterés por los Estados Unidos.

Adicionalmente resulta increíble cómo los argumen-tos pretenden ocultar el verdadero poder alcanzado porla globalización financiera actual. Los acreedores delas deudas públicas son y seguirán siendo las élitesfinancieras nacionales vinculadas al capital extranjero.Baste mencionar algunas de las operaciones financie-ras que realizan los inversionistas extranjeros con ladeuda interna. Por ejemplo, las denominadas NDFs (NonDeliverable Forward), que implican contractos de Inver-sión entre el inversionista extranjero y el banco extran-jero con filiales en los países de la región. Este contra-to no implica la entrada de divisas reales al país dondese realiza la operación.

Este proceso se aprecia claramente en el caso deBrasil. El monto de las operaciones NDFs en este paísa inicios del 2006 alcanzó los 70 000 millones de dóla-res, y las ganancias esperadas por los inversionistasextranjeros se ubicaban alrededor de 10 000 millonesde dólares, lo que representa 70 % del monto de inte-reses de la deuda externa brasileña pagados en el 2006.

Este proceso de conversión de la deuda externa adeuda interna en los países de la región se vincula a laemisión de deuda externa, a través de la emisión debonos en los mercados financieros emergentes.

En relación con las operaciones financieras de lospaíses de la región en los mercados internacionales, enel transcurso de 2006 destaca el regreso de Argentina alas emisiones internacionales por primera vez despuésde la moratoria establecida en diciembre de 2001. Enmarzo de 2006, el gobierno colocó 500 millones de dóla-res del bono Bonar V, como parte de un plan de emisio-nes por un total de 1 500 millones. A principios de mayoy a fines de julio se hicieron las dos emisiones restan-tes, cada una de ellas por 500 millones de dólares.

Otro bono fue emitido en la República Bolivariana deVenezuela y consistió en 50 % de títulos de interés ycapital cubierto venezolanos, con plazo de vencimientoen el 2017, en 30 % de bonos argentinos Boden 2012 yen 20 % de bonos Boden 2015; estos últimos habíansido vendidos anteriormente a la República Bolivarianade Venezuela.

Otra operación clave fue la emisión internacional debonos denominados en reales brasileños con plazo devencimiento en 2022, en la que se considera ha sido laemisión internacional a más largo plazo realizada porBrasil de títulos denominados en moneda nacional.Estos bonos se emitieron en tres ocasiones: septiem-bre (750 millones de dólares), octubre (300 millones) ydiciembre (346 millones).

Por su parte, México también colocó en marzo bo-nos a 11 años de plazo por un monto de 3 000 millonesde dólares, en la mayor emisión de títulos de referenciadenominados en moneda extranjera que ha realizado elpaís a la fecha.

Según declaraciones oficiales el objetivo de estasemisiones fue el de captar fondos para retirar del merca-do millones de dólares en títulos de deudas más costo-sas. Las emisiones brutas de bonos de América Latina yel Caribe registraban hasta septiembre del 2006, un montode 30 600 millones de dólares, 12 % menos que las emi-siones realizadas en el mismo período del año anterior.

Esto refleja una tendencia a la disminución de laproporción de la deuda externa en la deuda pública to-tal, pero no es reflejo necesariamente en una reducciónde la deuda pública, más bien todo lo contrario.

Pudiera afirmarse que se interrelacionan los dos me-canismos, tanto la conversión de deuda externa en deu-da interna como la emisión de deuda externa a través debonos, aceleran e incrementan el endeudamiento caro,ya que la emisión acelerada de bonos de deuda externay interna, se hace con tasas de interés bastante mayo-res que las cobradas por el FMI y los plazos de venci-miento son pequeños.

Otro aspecto negativo en estos procesos mediáticoses que los acreedores, tanto en uno como en otro casosiguen siendo los mismo y, los países deberán seguirbajo la tutela de las instituciones financieras internacio-nales, máxime cuando los intereses de la globalizaciónfinanciera se ven implicados. De hecho las condicionantesdel FMI y del Banco Mundial, se incrementarán aún másal interior de las economías regionales, fundamentalmentea través de las presiones sobre la deuda interna.

Si los bancos centrales nacionales compran dóla-res, emitiendo bonos de deuda interna, es evidente quela deuda interna se incrementará. Todos estos meca-nismos han funcionado en algunos países de la regióncon un solo propósito: el pago adelantado de la deuda yel empleo de las reservas monetarias con este fin.

Las reservas internacionales de América Latina y elCaribe ascendían en septiembre del 2006 a cerca de295 000 millones de dólares, lo que representaba uncrecimiento de 16 % con relación al 2005. En el casoespecífico del Caribe, se registró un crecimiento de esteagregado de 23 %, superior a 20 %, tasas que en el2004 y 2005 fueron las más elevadas de todas lassubregiones, fundamentalmente a partir de la evoluciónexperimentada por Trinidad y Tobago. El incremento al-canzado por el Caribe sólo se compara con el delCono Sur, la subregión con el mayor saldo absoluto.Aún y cuando se reconoce cierta holgura de recursos,el neoliberalismo impide la redistribución de ellos. Lapropia CEPAL destaca que, mientras los ingresos fis-cales se elevan, impulsados por una mayor actividadeconómica presente en algunos países y los altos pre-cios de algunos de los productos básicos que la regiónexporta, la mayor disponibilidad de recursos no se hatraducido en mayores gastos e incrementos en el nivelde vida de los latinoamericanos y lo cierto es que en elperíodo 1986-2006, la región pagó 2,4 millones de mi-llones de dólares por concepto de servicio de la deuda.

AYUDA OFICIALPARA EL DESARROLLO (AOD)

Se considera AOD a) Recursos (financieros o no) con-cedidos por el sector público del país donante, en cual-quiera de sus representaciones. b) Se efectúen en con-diciones concesionales (donaciones, intereses menores

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1010101010 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIAL

TENDENCIAS ACTUALESDE LA INVERSIÓN EXTRANJERADIRECTA (IED) EN EL MUNDOSUBDESARROLLADO. TENDENCIASEN AMÉRICA LATINA

Ayuda hacia los países subdesarrollados

En los más importantes textos referidos a la coopera-ción se constatan cintillos como los siguientes: «Laayuda oficial para el desarrollo hacia los países subde-sarrollados desde los países miembros del Comité deAyuda para el Desarrollo (CAD) creció un 31,4 %, conrespecto al año anterior, o sea, 106 000 millones dedólares en 2005 y que esa cifra constituye un record»otro cintillo plantea «que el donante más importante fuelos Estados Unidos, seguido por Japón, el Reino Uni-do, Francia y Alemania».

Cierto es que la ayuda oficial para el desarrollo(AOD) hacia los países subdesarrollados creció, sinembargo, una significativa parte de la asistencia seincrementó debido a una mayor participación en lamisma del perdón de la deuda y los costos adminis-trativos, estos últimos, resultantes, fundamentalmen-te, de la ayuda técnica.

Sin dejar de admitir que la disminución o la cancela-ción de la deuda constituyen elementos importantes enla lucha contra la pobreza, existen grupos que cuestio-nan abiertamente la inclusión dentro del concepto deayuda oficial para el desarrollo de ambos elementos.

Los que están en contra en el enfrentamiento depensamientos respecto a si el perdón o la reducción dela deuda debe o no incluirse como ayuda, plantean enprimer lugar, que esta deuda se convirtió en pesadillapara los países subdesarrollados, fundamentalmente,a partir de un simple juego de tasas de Interés causadapor problemas macroeconómicos de Estados Unidos afinales de la década de los años 70 del siglo pasado.

En segundo lugar, porque es evidente que una par-te importante de dicha deuda tiene su origen en la irres-ponsabilidad de los mismos donantes que obligaron amuchos países a aceptar proyectos mal diseñados, conprácticas incompetentes y tecnologías obsoletas queno lograron producciones algunas o mejoras para la si-tuación económica social de los receptores, pero sí

fomentaron el débito, pues la ayuda técnica esconcesional pero no toda resulta gratuita.

Por otro lado, muy vinculados con la ayuda técnica,encontramos a los costos administrativos. Estos cos-tos están incluidos en el monto de ayuda, pero hansido denominados «ayuda fantasma» por la Organiza-ción No Gubernamental «Action Aid»,4 ya que ese tipode instrumento de asistencia sólo incluye, los gastosde representación y hospedaje, traslados, etc., de losespecialistas designados por los donantes para brindarasistencia técnica, por lo que los países subdesarrolla-dos no reciben ningún tipo de recurso de facto.

Si por el perdón de la deuda (25 100 millones dedólares en 2005) y los costos administrativos (4 000millones de dólares en 2005), los países subdesarrolla-dos no reciben ningún recurso, entonces la ayuda querealmente pudieron disponer los subdesarrollado en el2005, no fueron los 106.5 mil millones de dólares, sinounos 77 000 millones de dólares.

Adicionalmente, debe tenerse en cuenta que la ac-ción sobre la deuda contemplada como AOD, com-prende una inverosímil concentración. En 2005, porejemplo, los miembros del Comité de Ayuda para elDesarrollo (CAD) proporcionaron un perdón de la deu-da de casi 14 000 millones de dólares a Irak y algomás de 5 000 millones de dólares a Nigeria, o sea, esteaño ambos países acapararon 76 % del total del aliviode la deuda en los países subdesarrollados.

Resulta evidente que, los intereses geopolíticos yeconómicos han justificado la actuación de los donan-tes en materia de asistencia y por esas razones, ladisminución o el perdón de deuda no escapa a dichasrealidades especialmente, en los casos de Irak y Nigeria.Existen antecedentes para esta política: en el año 1991se anuló 50 % de la deuda externa de Egipto y esoocurrió porque EE.UU. quería garantizar la participaciónde ese país en la primera guerra del Golfo contra Iraq.

Otro ejemplo de la década de los 90 resulta la anu-lación de 50 % de la deuda de Polonia, cuando confir-mó su voluntad de entrar en la Organización del Tratadodel Atlántico Norte (OTAN), después de salir del Pactode Varsovia. En 2001 se anuló una parte de la deuda dePakistán a fin de garantizar el apoyo de ese país, otravez, a EE.UU. para agredir a Afganistán, después del11 de septiembre.

Las principales revistas y textos occidentales resal-tan el crecimiento de los aportes de los países másdesarrollados del mundo en materia de ayuda, desta-cando con cifras el «loable» desenvolvimiento. Así, porejemplo, se enfatiza que en 2005 el principal donantefue Estados Unidos aportando 27,6 mil millones de dó-lares, seguido por Japón (13,1), Francia (10,0), ReinoUnido (10,8) y Alemania (10,1).

Sin embargo, desde que se admitió el compromisocontraído por los donantes ante la Organización deNaciones Unidas de destinar 0,7 % INB a la ayuda ofi-cial para el desarrollo, los países más desarrolladosson los que menos ayuda brindan teniendo en cuentasu riqueza. En 2005, el aporte para la AOD de los paí-ses pertenecientes al G-7, por ejemplo, representó sólo0,3 % del total de sus INB. Desde el punto de vistaindividual, las contribuciones son: Reino Unido 7 y Fran-cia 0,47 %, Alemania 0,36 %, Canadá 0,34 %, Italia0,29 %, Japón 0,28 % y los Estados Unidos 0,22 %.

Sólo cinco países pertenecientes al CAD han cum-plido en reiteradas ocasiones con el objetivo 0,7 %. En2005 fueron: Noruega (0,94 %), Suecia (0,94 %), Luxem-burgo, Holanda y Dinamarca (0,82 %), respectivamen-te. El mantenido esfuerzo contributivo de esos países,contrasta con el caso de Estados Unidos, la potenciaeconómica más grande del mundo, es la que menosaporta teniendo en cuenta su INB.

Como promedio, los aportes del CAD, se han man-tenido en alrededor del 0,30 % del INB total de dichospaíses, muy alejado del compromiso contraído ante laAsamblea General de las Naciones Unidas.

La ayuda oficial para el desarrollo en la actualidadno prioriza los sectores que pudieran cambiar la situa-ción de subdesarrollo existente en la mayoría de lospaíses del mundo. Sin embargo, según ciertas investi-gaciones, el énfasis puesto por los donantes en llevarla ayuda hacia la infraestructura económica y dentro deella el transporte, las comunicaciones y la energía tie-ne únicamente el objetivo de garantizar la entrada delcapital transnacional y mejorar las condiciones para larapiña a dichas empresas, en los países receptores.

Durante los años 2003-2004, hacia la infraestructuraeconómica, llegaba como promedio alrededor de 13 %de la AOD, mientras que hacia la agricultura y a la indus-tria y otras producciones sólo llegaba 3,2 % y 2,6 % deltotal de la ayuda, respectivamente. Esta situación hamantenido la tendencia negativa, por cuanto, durante losaños 1981 y 1982, la asistencia que recibía la agriculturasignificaba aproximadamente 12 % del total de la AOD,mientras que la industria y otras producciones recibíanen igual período, alrededor del 15 %.

La práctica y el paradigma dominante han hecho que lasempresas transnacionales aparezcan, en la época de laglobalización neoliberal, como los principales agentesde financiamiento para el desarrollo y para la moderniza-ción productiva. De hecho, la globalización ha «converti-do» a la inversión extranjera directa (IED) en el motor dela inserción dinámica de las economías subdesarrolla-das en los circuitos de producción y comercio.

En teoría, la IED debe contribuir a la difusión tecno-lógica; a la promoción de exportaciones; a facilitar lareasignación de recursos y a la integración de las eco-nomías subdesarrolladas a las redes de intercambiomundial mediante mejorías en su competitividad, sinembargo, la práctica cotidiana muestra muchas veceslo contrario. Instituciones internacionales y renombra-dos especialistas han señalado que es muy bajo elimpulso de las empresas transnacionales y de la IED alos esfuerzos de difusión, generación y adaptación detecnologías de los países subdesarrollados.

En el último documento emitido por la UNCTAD so-bre el tema, el «Informe sobre las inversiones en el mun-do 2006», dicha institución sostiene que los flujos deinversión extranjera directa se han incrementado a nivelmundial en el año 2005 en 29 % respecto a 2004, luegode crecer 27 % en 2004 respecto al año anterior, lo quedemuestra la tendencia al aumento de este flujo de capi-tales dentro de un nuevo ciclo de expansión mundial.

La IED aumentó en todas las subregiones, al puntode que lo hizo en 126 países de los 200 que participanen la UNCTAD. No obstante este desempeño, las co-rrientes mundiales de IED estuvieron muy por debajodel nivel máximo de 1,4 millones de millones alcanzadoen el año 2000. Tal como sucedió a fines de los años90, el auge reciente de la IED refleja el aumento de lasfusiones y adquisiciones transfronterizas, especialmenteentre países desarrollados. Son éstos, encabezadospor el Reino Unido, los mayores receptores de IED anivel mundial y también los principales emisores (enca-bezados por los Países Bajos). Una tendencia que seproduce en relación con la IED en los países desarrolla-dos es el aumento de las fusiones y adquisicionestransfronterizas.

De acuerdo con el citado informe de la UNCTAD, enel año 2005 las corrientes de IED hacia los países de-sarrollados se elevaron a 542 000 millones de dólares,lo que significa un aumento de 37 % con respecto a2004; mientras que las corrientes hacia los países sub-desarrollados alcanzaron el nivel más alto registrado:334 000 millones de dólares. Porcentualmente, la en-trada de IED en los países desarrollados registró un

que los estándar de mercado y la devolución del présta-mo sea a largo plazo). c) Su primordial finalidad, decla-rada explícitamente, es coadyuvar al desarrollo y al bien-estar del país receptor.

Objetivo y destino de la ayuda: La ayuda oficial parael desarrollo busca lograr mejoras en las economíasde ciertos países. La ayuda tiene como destino lospaíses subdesarrollados y teóricamente deben ser lospaíses menos adelantados los priorizados. Esta ayu-da se canaliza hacia diversas actividades de los paí-ses receptores.

Existen dos fuentes de financiamiento de la ayudaoficial para el desarrollo:a) Bilateral. Es la que procede de fuentes guberna-

mentales y se hace efectiva mediante donacioneso préstamos.La principal fuente de ayuda bilateral es el Comitéde Ayuda para el Desarrollo (CAD),1 formada por22 países desarrollados y responsables de másde 80 % del total de AOD que reciben los paísessubdesarrollados.2Otras fuentes de ayuda bilateral son los países dela Organización de Países Exportadores de Petróleo(OPEP),3 las Organizaciones no Gubernamentales(ONG), además de entidades religiosas, sindicalesy empresariales.

b) Multilateral. Estas fuentes están representadas por:El Fondo Monetario Internacional (FMI), AgenciaInternacional para el Desarrollo, ventana del BancoMundial para el financiamiento concesional, lasAgencias pertenecientes a la Organización deNaciones Unidas (ONU), o sea, el Programa de Na-ciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Organiza-ción de Naciones Unidas para la Alimentación y laAgricultura (FAO), Organización Mundial de la Salud(OMS) entre otras.

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1111111111SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIAL

Tendencias de la IED en América Latinay el Caribe

ligero aumento y representó 59 % de las corrientesmundiales de IED. La participación de los países sub-desarrollados fue de 36 %, y la de los países con eco-nomías en transición fue de 4 %.

Los países subdesarrollados han aumentado su par-ticipación en las IED no sólo por el hecho de que losflujos atraídos por estos países han crecido, sino tam-bién por que una minoría de esos mismos países sehan convertido en emisores de inversiones. Éstos en-viaron al exterior el monto de 133 000 millones de dóla-res, con un 17 % de las salidas mundiales de IED.

En el año 2005, la mayoría de la IED se dirigió alsector de los servicios, pero el principal aumento seprodujo en los recursos naturales.

La recepción de la IED en los países subdesarrolla-dos es muy dispar y concentrada, pues se dirige predo-minantemente a determinadas regiones y países. Laregión de Asia atrajo 199 600 millones de dólares, osea, 59,7 % de la IED que llegó a los países subdesa-rrollados. Los principales receptores asiáticos fueron:China con 72 400 millones de dólares y Honk Kong-China con 36,0 mil millones de dólares.

Más de la mitad de la IED que recibe Asia provienede los países de la propia región, y se orientan hacia lamanufactura, especialmente hacia la rama automotriz,la electrónica, la petroquímica y la siderurgia. En Chi-na, las entradas de inversiones se concentran en lastecnologías más avanzadas. La participación en la IEDde los países asiáticos subdesarrollados ha crecido de44 % en 1995 a 65 % en 2004

En África las corrientes de IED crecieron de 17 200millones de dólares en 2004 a 30 700 millones de dóla-res en 2005, sin embargo, la participación de la regiónen las corrientes mundiales de este tipo de capital si-gue siendo baja: sólo 3 %. Sudáfrica (6 400 millonesde dólares), Egipto (5 400 millones de dólares) y Nigeria(3 400 millones de dólares) constituyeron los principa-les receptores de IED en la región. Los 34 países me-nos adelantados (PMA) africanos, con la excepción deSudán, recibieron pequeñas cantidades de inversión.En 2005, la IED que llegó a África se destinó, funda-mentalmente, a los recursos naturales, los capitalesllegados al sector petrolero, aunque resultaron impor-tantes las inversiones en algunos bancos de la región.La recuperación de los precios de algunos metales y lademanda de petróleo constituyeron los principales ele-mentos que atrajeron al capital extranjero.

Una tendencia referida a la IED en los países subde-sarrollados, es al aumento de empresas transnacionales(incluyendo las estatales), fundamentalmente aquellasrelacionadas con los recursos naturales. Es imprescin-dible recordar que las mayores empresas transnacionalesestán ubicadas en los países desarrollados: en el año2004, 85 de las mayores empresas transnacionales es-taban situadas en estos países.

En la región, como resultado de los procesos de refor-ma neoliberal, la privatización, la desregulación finan-ciera y la liberalización comercial provocaron que el flu-jo de inversión extranjera directa (IED), que consolidóen los años 90 su participación en los sectores extractivoy manufacturero, comenzase su despegue en el sectorde los servicios. La forma de IED predominante en Amé-rica Latina fueron las privatizaciones.

Las estrategias de las empresas trasnacionales enAmérica Latina, según la CEPAL, obedecen a motivostales como la búsqueda de recursos naturales, lo que,por supuesto, corresponde a inversiones en el sectorprimario. Para este caso, los países receptores de IEDson: Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Trini-dad y Tobago y Venezuela, para la búsqueda de petró-leo, mientras que en Argentina, Chile y Perú se dirigena la de minerales. Para el caso de los servicios, sedirigen México y al Caribe.

Otra de las estrategias de las empresas transnacio-nales se dirige a la búsqueda de acceso al mercado, yasea nacional o regional, tanto en el sector manufacturerocomo en el de servicios. Para el sector manufacturero,las IED se dirigen al MERCOSUR y a Colombia. En laquímica a Brasil, en productos alimenticios a Argentina,Brasil y México, en bebidas: Argentina, Brasil y Méxicoy en tabaco: Argentina, Brasil y México. En los servi-cios, la IED en finanzas se encamina a: Argentina, Bra-sil, Chile, Colombia, México, Perú y Venezuela; en tele-comunicaciones: Argentina, Brasil, Chile, Perú yVenezuela; en comercio minorista: Argentina, Brasil, Chiley México; en energía eléctrica: América Central, Argenti-na, Brasil, Chile y Colombia y en distribución de gas:Argentina, Bolivia, Chile y Colombia

La búsqueda de eficiencia (como es obvio, con ven-tajas para los inversionistas) es otra de las estrategias,y se dirigen al sector manufacturero: automotriz (Méxi-co), electrónica (Costa Rica y Venezuela), y confeccio-nes (Cuenca del Caribe y México). Otra estrategia, en-focada a la búsqueda de activos estratégicos, se dirigea la rama automotriz en Brasil y México. En servicios,en este caso de administración, a Costa Rica.

En la región, en las áreas telecomunicaciones, electri-cidad, transporte, gas, agua y correos, fundamentalmen-te las tres primeras, antes limitadas sólo al capital nacio-nal privado o público, la dinámica de la IED es notablementemayor que en el sector extractivo y manufacturero.

Mientras que entre 1991-1995 los flujos acumula-dos de IED en los sectores primario y manufacturerocrecieron en 15,7 y 33,3 %, respectivamente, en losservicios lo hicieron al 49,6 %. Ya entre 1996 y el 2000,los flujos de IED crecieron en los sectores primario ymanufacturero en 17,7 y 26,1 %, respectivamente, entanto que en servicios crecieron en 53,3 %.

El análisis de las ventas de las 1000 mayores em-presas de la región (en todos los sectores) muestraque entre 1990 y 2000 se produjo un gran crecimientode la participación de las subsidiarias de las empresastransnacionales en América Latina y el Caribe.

A consecuencia de los procesos de privatización ydesregulación en la región, las empresas transnacio-nales ocuparon posiciones privilegiadas, sobre todo enlos servicios básicos e infraestructura, lo que ha provo-cado el cambio de monopolios estatales a privados. Losbeneficios que supuestamente la privatización traeríaen términos de competitividad, disminución de precios,eficiencia y calidad, para beneficio de los consumido-res, han encontrado, en la mayor parte de los casos, elrechazo de importantes mayorías de los habitantes dela región y han tenido resultados opuestos a los deldiscurso desnacionalizador.

En el caso de los servicios, la privatización de servi-cios públicos como telecomunicaciones, electricidad,transporte, gas, agua y correos, entre otros —funda-mentalmente los tres primeros—, hizo que las empre-sas extranjeras registraran una expansión en el total delas 1000 mayores empresas de 10 a 37 %, reducién-dose el empresariado doméstico de 53 a 49,7 %.

Los flujos de IED hacia América Latina se cuadripli-caron en la segunda mitad de la década de los noventa.En relación con el primer quinquenio aún tomando encuenta el descenso de los flujos de IED a América Latina(y en el mundo en general) durante los años 2001 a 2003,el promedio del período 2000-2004 es todavía cuatro ve-ces mayor al promedio de 1990-1994.

Es de notar que en el período 1997-2001 nuestraregión captó en promedio 40 % de la IED dirigida a lospaíses subdesarrollados (sólo superada, como princi-pal receptora, por China en el período 1993-1995). Lasituación ha cambiado a partir de 1999, pues los flujoshan venido cayendo, al punto que América Latina reci-bió sólo 29 % de los flujos dirigidos hacia los paísessubdesarrollados en el año 2004, a pesar del crecimientoeconómico logrado y de los altos precios del petróleo yalgunas materias primas, que atrajeron importantes in-versiones en el sector primario de países de la región.

Del total de IED que recibe América Latina, 73 % haestado concentrado en Brasil, México y Argentina en-tre 1990 y 2004. Durante los quinquenios 1990-1994 y1995-1999, Brasil fue el principal receptor de IED, se-guido de México y Argentina, pero ya en el quinquenio2000-2004, México desplazó a Brasil y Argentina tam-bién perdió terreno.

A partir de 1996 y en la actualidad, los Estados Uni-dos han consolidado su condición de inversionista prin-cipal, con 40 % del total de IED que entra a AméricaLatina, mientras que España, que lideró como país elflujo de IED hacia nuestra región durante los años 90,ha pasado a un segundo lugar. Tal como en los añosnoventas, el flujo predominante de la IED en la regiónes hacia los servicios. En el año 2004, según la UNCTAD,del total de IED recibida en la región, 43,4 % estuvodirigido a los servicios, y 28,6 % al sector de manufac-turas o bienes intermedios.

En el decenio de los años noventas se profundizó laparticipación de las empresas transnacionales en Amé-rica Latina. De acuerdo con CEPAL, entre 1990-1999,dentro de las ventas de las 500 mayores empresas enla región, la participación de las ventas de las empre-sas transnacionales aumentó de 26 a 43 %. Igualmen-te, la participación de las exportaciones de las empre-sas transnacionales en las exportaciones totales de las200 mayores empresas exportadoras, se incrementóde 19 a 47 % durante el período 1990-2000.

Ya a partir del año 2000 hay un cambio en la situa-ción: la proporción de las empresas transnacionales enlas ventas de las 500 mayores empresas en la regióncayó a 29 % en 2004. Asimismo, la participación de lasempresas trasnacionales en las 200 mayores empre-sas exportadoras disminuyó a 36 % en 2004. Este com-portamiento debe tomarse con reserva, pues aunquelas empresas nacionales, tanto privadas como estata-les, han mejorado su posición relativa (en parte, por losaltos precios internacionales de algunas de sus mate-rias primas de exportación), además de que la presen-cia de las empresas transnacionales es todavía muynotable y está por encima de las registradas a princi-pios de los años noventa. La mayoría de las empresastransnacionales ubicadas entre las 50 de mayores ven-tas, están en México, Brasil y Argentina.

PRINCIPALES MONEDAS EN LAECONOMÍA MUNDIAL: DÓLAR Y EURO

Crisis del dólar

El régimen monetario actual respecto a las tasas decambio es resultado de la crisis y el posterior desmoro-namiento del sistema monetario internacional estable-cido en Bretton Woods en 1945, en virtud del cual Esta-dos Unidos impuso sus intereses y oficializó el uso deldólar como el principal medio de pago internacional.Las promesas de convertibilidad en términos de oro arazón de 35 dólares por onza y el indiscutido poderíoeconómico y militar que representaba, llevaron a consi-derar al dólar «tan bueno como el oro».

Así, pues, Estados Unidos, podía mantener el dólarinalterable en cuanto a su tasa de cambio pues en tor-no a él debían moverse el resto de las monedas. Qui-zás algo similar a la posición del sol con relación a losdemás planetas del Sistema Solar. Todo ello, «…teníaun claro sentido regulacionista que pretendía evitar laexcesiva separación entre la producción y la circula-ción, manteniendo la especulación bajo control».

Sin embargo, con el cambio en la correlación defuerzas dentro del sistema capitalista internacional y elsurgimiento de los tres centros de poder imperialistas,así como otras transformaciones de la economía y elcomercio mundiales, caracterizadas por la pérdida re-lativa de la hegemonía de Estados Unidos —entre otrosfactores— el sistema de Bretton Woods “hizo aguas”.

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1212121212 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIAL

El euro como moneda alternativa

La ruptura definitiva del sistema de Bretton Woods seproduce en agosto de 1971 con la declaración de la sus-pensión de la convertibilidad del dólar en oro por parte deEstados Unidos. Este país, unilateralmente decide lasuerte del orden monetario internacional capitalista. Se-guir adhiriéndose al sistema de tasas de cambio fijashabría impuesto severas restricciones en materia de po-lítica económica a Estados Unidos y, por consiguiente,un deterioro aún mayor en su posición relativa.

Por esta razón, el «orden» monetario actual, es el dela flotación generalizada de las tasas de cambio, o sea,la fluctuación diaria de sus cotizaciones en el mercado,acompañada de la inexistencia de una tasa oficial fija.

A lo largo de estos años, se han agudizado tanto lascontradicciones al interior de Estados Unidos como enel plano de las relaciones económicas internacionales,expresadas, en particular, en el surgimiento y persis-tencia de los llamados déficit gemelos estadouniden-ses: déficit comercial y el presupuestario.

Entre 1981 y 1985, el déficit comercial norteameri-cano se elevó de 16 mil millones de dólares a más de120 mil millones de dólares, al subir las importacionesy caer las exportaciones. Aunque estos montos no sonsignificativos comparados con los patrones actuales,se trataba de los primeros déficit comerciales anualessuperiores a los 30 mil millones de dólares y de unaclara ruptura con la tendencia positiva que experimentóla balanza comercial de la economía estadounidensehasta mediados de los años setenta.

El agudo descenso del dólar no se hizo esperar, ensólo 12 meses contados desde abril de 1985, el billeteverde cayó 23 % en relación con las monedas de susprincipales socios comerciales, particularmente el yenjaponés y el marco alemán. Para 1988, el valor del dó-lar había descendido en más de un 40 % con respectoa su pico de 1985.

En el terreno de las actividades financieras a nivelinternacional aumentaron las actividades en xenodivisas,5sobre todo en eurodólares. Se produjo también elreciclaje de los petrodólares, fruto combinado del pri-mer aumento de los precios del petróleo en 1973 y dela incapacidad de los países exportadores de petróleopara expandir la inversión interna.

En 1975, la compra-venta de monedas extranjeraspara pagos por adquisición de bienes o servicios reales,esto es, como parte normal del comercio internacionalde bienes y servicios representaba 80 % del total demonedas extranjeras transadas. El resto de este 20 %era la especulación cambiaria que tradicionalmente eraparte minoritaria en el comercio de divisas.

Paralelamente, se asiste a un proceso de diversifica-ción y multiplicación de las fuentes y los mecanismosde los flujos financieros privados, sin controles interna-cionales. Ya en 1975 los flujos privados internacionalessuperaban a las reservas y en 1980 más que las duplica-ban. Si en 1964 los créditos privados eran sólo 20 % delas reservas internacionales, ya en 1970 eran de 70 %.Esa privatización de las fuentes de crédito chocaba conlos controles ejercidos por las autoridades.

En la práctica, se produjo un abandono de las políti-cas keynesianas que, más allá de matices, habían ca-racterizado todo el período de posguerra.

Un hecho sin dudas importante es la reversión de laposición financiera internacional de Estados Unidos.Como sostienen muchos autores, el cambio en la posi-ción neta de Estados Unidos en relación con las inver-siones internacionales, constituye uno de los hechosmás trascendentales ocurridos en la economía mundialdesde la creación del FMI en 1944.

Cuando el presidente Nixon hecho abajo el sistemamonetario de Bretton Woods, Estados Unidos era, to-davía, el único país con grandes excedentes de capitaly el principal suministrador de recursos del FMI y elBanco Mundial, de hecho se mantuvo como el acreedorinternacional «par excellence» hasta finales de los añosochenta. Desde entonces, en la medida en que suspasivos externos progresivamente han excedido sus

activos internacionales, Estados Unidos se ha perpe-tuado como una nación deudora. Hoy posee la mayordeuda externa neta del mundo. La creación de dólaresse ha puesto al servicio de la política económica esta-dounidense, sin tener en cuenta su impacto sobre lasrelaciones económicas internacionales.

Bajo esta nueva e insólita realidad, se configuraronlas tendencias hacia el pleno establecimiento del actualmercado financiero globalizado, a la vez que se impulsóuna política y una teoría que colmara los intereses delgran capital financiero-especulativo. Se instaló definitiva-mente la corriente neoliberal que, aprovechando la con-moción provocada por el desmoronamiento del llamadosocialismo real, se expandió como pólvora por todos losrincones del planeta. En casi todo el mundo y con lasvariantes y particularidades propias de cada país, elneoliberalismo ha sido eje de aplicación de políticas.

Así, pues, el parasitismo inherente al funcionamien-to del capitalismo norteamericano ha impulsado y mo-delado la globalización del mercado financiero que, ali-mentado por el ingrediente neoliberal, ha llevado aldesorbitado crecimiento de la especulación financiera.El abrazo entre la creciente financierización y elneoliberalismo ha funcionado como un «muro de con-tención» para mantener la confianza en el dólar y lahegemonía estadounidense. De este modo, el deteriorode la economía norteamericana, evidenciado en el com-portamiento de los indicadores fundamentales (produc-tividad del trabajo, competitividad internacional, inver-sión productiva, tasa de ahorro, déficit comerciales yen cuenta corriente), no desencadenó el inmediato co-lapso del dólar, pues el neoliberalismo puso en juegouna serie de mecanismos que han postergado por dé-cadas su ocaso definitivo, hasta la aparición de unanueva moneda con suficiente fuerza y estabilidad.

Más recientemente, a partir del alarmante incrementodel déficit en cuenta corriente de Estados Unidos, im-pulsado por el déficit comercial, se ha inaugurado «lafase de la decadencia definitiva de la hegemonía deldólar», con cambios importantes en el régimen de acu-mulación mundial. Tambien, han hecho su reapariciónlos deficit fiscales, que Clinton había borrado del pano-rama económico estadounidense. Los llamados déficitgemelos vuelven a «pintar» el panorama económico deEstados Unidos, pero esta vez con colores más grisesy negros.

El ex secretario del tesoro, Larry Summers, consi-deraba a finales de los noventas que tales déficits eranbenignos, pero en la medida que se ha observado unsensible declive del ahorro privado junto a la elevacióndel déficit presupuestario ha cambiado radicalmente estapercepción. La situación parece en calma por lo que éldenomina como «el balance del terror financiero», elinterés mutuo de los bancos centrales asiáticos, losinversionistas privados y los Estados Unidos en no pro-vocar una crisis financiera. Si estos actores, repentina-mente retiraran sus fondos de los mercados estadouni-denses sufrirían enormes pérdidas como resultado dela caída del valor del dólar. Además, la depreciación dela moneda estadounidense frenaría las exportacioneshacia Estados Unidos y el crecimiento en China, congrandes repercusiones sociales y, muy probablemen-te, generaría una recesión mundial de incalculablesconsecuencias.

Algunos autores no avizoran una crisis inminente,pero argumentan que el dólar puede sufrir un agudodescenso provocado porque la dimensión del déficitcomercial resulta muy grande en comparación con laproporción de los bienes comercializables en el PIB.Enfatizan que esto puede afectar el comportamiento delmercado de derivados. Otros señalan que el desbalancese mantiene debido a la «codependencia» existenteentre los consumidores norteamericanos, adictos a lasimportaciones, y los inversionistas extranjeros adictosa los mercados de capitales de Estados Unidos; perotemen un eventual colapso.

Los optimistas, indican que el desbalance en cuen-ta corriente es sostenible debido a que el resto delmundo siente seguridad en sus inversiones en el mer-cado de capitales de Estados Unidos, por lo tanto eldéficit podría continuar siendo financiado por adecua-das entradas de capital. El nuevo presidente de la Re-serva Federal Ben Bernanke, que el enorme déficit ex-terno norteamericano es resultado de un «exceso deahorro» global generado por la caída de las inversionesen el extranjero, mientras se ha elevado el ahorro. Exis-te también el criterio de que en términos de la valora-ción en dólares de los activos, los déficit actuales encuenta corriente son menores que los de 1987, cuandoocurrió un aterrizaje forzoso.

La emergencia del euro, eleva la posibilidad de erosiónde la supremacía del dólar en el mediano plazo. La nue-va divisa común europea tiene el potencial para esta-blecerse como la principal moneda internacional. La ZonaEuro, como se denomina a los países que se han adhe-rido a la nueva moneda europea, es un 20 % más pe-queña que Estados Unidos en términos del PIB total,mientras lo supera en 18 % en relación con la propor-ción en el comercio mundial. La expansión del euro hacialos 25 miembros de la actual Unión Europea colocaríaampliamente a esta zona por encima de la economíanorteamericana en ambos indicadores, al tiempo que lapoblación europea superaría en dos tercios a la de Es-tados Unidos.

En la práctica, las dos áreas monetarias, en térmi-nos de las principales variables macroeconómicas re-sultan equivalentes. La dinámica de largo plazo parececonceder una ventaja estructural a Europa en relacióncon Estados Unidos —a pesar de que los actuales rit-mos de la productividad del trabajo y las diferencias enel poderío militar pudieran sugerir lo contrario. El colorarioes que el euro constituye el primer competidor real deldólar, desde que éste se erigió en la moneda globaldominante. La cuestión clave consiste en hasta dóndey cuándo se pudieran desplegar las potencialidades deleuro, de forma tal que se alcanzara un sistema mone-tario bipolar sustituto de la hegemonía del dólar duranteel pasado siglo.

Algunos autores consideran que durante los próxi-mos años, se pudiera verificar una alteración sustantivaen el comportamiento económico relativo entre Esta-dos Unidos y Europa —debido principalmente a los máspobres resultados del primero. Una rápida caída del dó-lar, combinada con una precipitada elevación de los pre-cios internacionales del petróleo cuya escalada proba-blemente continuará, pudiera producir serios daños sobrela economía norteamericana que se encuentra ahora muycerca del pleno empleo: incremento de la inflación, ta-sas de interés y un renovado descenso del crecimientoeconómico. La Unión Europea se haría más atractivadesde el punto de vista económico, con la consiguienteapreciación del euro. Obviamente, este efecto se veríamultiplicado si Europa estuviera en medio de un salto enel incremento de la productividad del trabajo —el mismoque los Estados Unidos experimentaron a mediados delos años noventa— originado, quizás, por los efectos dela ampliación o por la realización de un serio esfuerzorenovado en aras de la eficiencia productiva.

GASTOS MILITARES Y ECONOMÍAMUNDIAL

La economía mundial se encuentra al borde de una grancrisis, la frágil recuperación experimentada con poste-rioridad al 11 de septiembre ha sido impulsada básica-mente por el consumo desbordado de los Estados Uni-dos, responsable de no menos de 60 % del crecimientoacumulado del producto interno bruto (PIB) global du-rante el período 2002-2005, esto es más de dos vecesla porción de alrededor de 25 % que le corresponde a la

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1313131313SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALprimera economía del planeta del pastel mundial. Mien-tras tanto, las otras dos locomotoras importantes, laUnión Europea y Japón, han estado virtualmente parali-zadas y sus graves problemas económicos internos lesimpiden actuar en el futuro inmediato como motor dereemplazo de la economía norteamericana en su fun-ción de «consumidor de último recurso».

Ciertamente, la economía de Estados Unidos acu-mula cinco años consecutivos de recuperación; sinembargo, al dejar atrás de enormes desequilibrios ex-ternos, la superpotencia es portadora del potencial es-tallido de una megacrisis global.

Esta situación de creciente inestabilidad e incertidum-bre ha generado una gigantesca escalada especulativaen los últimos años, obligando a los países del TercerMundo a inmovilizar crecientes recursos financieros yendeudarse para acumular reservas en divisas e inútil-mente intentar defenderse de lo que pudiera resultar unade las peores conmociones financieras de la historia.

La participación de los países subdesarrollados enel comercio mundial, más allá de las coyunturas deelevación del precio del petróleo y algunos minerales ymetales, revela una sostenida tendencia hacia la dismi-nución, en la medida en que los productos básicos, eleslabón más débil del comercio global, siguen siendosumamente importantes para sus perspectivas de de-sarrollo. El mundo subdesarrollado en su conjunto solotuvo una participación de 31,4 % en el total mundial demercancías exportadas en el año 2004.

Los altos precios del petróleo benefician a losexportadores, son fácilmente soportables por los paísesricos, pero desesperanzadores y destructivos, en cam-bio, para la economía de gran parte del Tercer Mundo.

Al propio tiempo, la nueva revolución tecnológica nosrevela un mundo que sigue siendo el mismo y cada vezmás desigual, puesto que como afirma el propio BancoMundial, «la distancia que separa a los países ricos delos países pobres es mayor en relación con la genera-ción de conocimientos que con los niveles de ingreso»,por tanto, ahora el conocimiento constituye el recursolimitante en muchos países subdesarrollados, ponien-do un techo a la capacidad innovadora de empresas ysistemas nacionales.

Otra vez la espiral armamentistaEn medio de todo ello, la globalización ha abierto unfrente militar y ha devenido proceso amparado, protegi-do y a veces precedido por la maquinaria de guerra delos Estados Unidos. Se pretende utilizar el poderío mi-litar como último recurso para mantener el «status quo»;a la vez que conquistar posiciones en el nuevo repartoeconómico del mundo, en especial en la lucha por laapropiación de los recursos naturales y por el controlsobre regiones y zonas estratégicas del planeta.

Según las más recientes estadísticas publicadas,el presupuesto militar de los países y el comercio delas armas en el mundo ha tenido un aumento conside-rable. El Instituto Internacional de las Investigacionesde la Paz de Suecia en su informe anual anunció quelos gastos militares del mundo en el año 2005 llegarona una cifra sin precedente de un trillón 118 000 millonesde dólares. Esta cifra en comparación con el año 2004ha aumentado un 5,4 %. Según este informe 48 % delaumento de los gastos militares del mundo es decircasi la mitad del total del presupuesto militar de todoslos países del mundo se debe EE.UU., que por sí soloen el año 2005 gastó 536 000 millones de dólares. Losexpertos prevén que el aumento del presupuesto militarde EE.UU. en el año 2006 considerando el gasto militardel gobierno de Bush en Iraq y Afganistan y también elproyecto de Bush al congreso basado en comprar nue-vos misiles y construir bases militares en algunos pun-tos del mundo es de 575 000 millones de dólares. Losgastos militares de Inglaterra, Francia, Japón y Chinacada uno con un 4,5 % de aumento están después deEE.UU. con una gran diferencia.

En total 15 países del mundo concentraron un 84 %del total de los gastos militares del mundo en el año2005. Estos países incluyen a EE.UU., Francia, Japón,China, Alemania, Italia, Arabia Saudita, Rusia, India, Coreadel Sur, Canadá, Australia, España y el régimen sionista.En realidad la política del militarismo de EE.UU. con elobjetivo de extender el unilateralismo en el mundo hasido el principal factor del aumento de los gastos milita-res de los países del mundo. Este caso tiene importan-cia porque el Instituto Internacional de las Investigacio-nes de la Paz de Suecia en su informe anual escribió: lainclinación del gobierno estadounidense al uso del podermilitar especialmente recurriendo a la fuerza es sólo unmétodo unilateral. El ataque militar unilateral de EE.UU.a Iraq sin la autorización de la ONU ha sido un claroejemplo que ha conllevado la preocupación mundial y elaumento del nivel de las amenazas y en conclusión elaumento de los gastos militares en el mundo.

La política militarista de EE.UU. es uno de los prin-cipales factores del aumento del precio del petróleo ytambién el aumento de la compra armamentística en lasensible región del Oriente Medio. EE.UU. durante elataque del régimen de Sadam a Kuwait a principios dela década de los 90 gastó cerca de 60 billones de dóla-res para su despliegue al Golfo Pérsico. Durante el se-gundo ataque de EE.UU. a Iraq con el objetivo de ocu-par este país, hasta ahora ha gastado cerca de 320billones de dólares del presupuesto militar. Uno de losobjetivos de EE.UU. es crear tensión en la región petro-lífera del Golfo Pérsico y devolver los dólares petrolí-feros que provienen del aumento del precio de petróleode los países árabes de la región a cambio de la ventade armamentos a estos países. Los gastos militaresde Arabia Saudita en el año 2005 fueron de 4 600 millo-nes de dólares. Uno de los objetivos de EE.UU. para elataque militar a Afganistan e Iraq ha sido utilizar losnuevos tipos de armas en estos dos países del OrienteMedio, y mercadotecnia.

Se reconoce que, en el corto plazo y bajo ciertascondiciones, los preparativos militares podrían tener unefecto estimulante y estabilizador sobre el crecimientoeconómico, sobre todo al constituir una oportunidad deutilización rentable de los medios de producción y lafuerza de trabajo temporalmente libre.

Casi toda la evidencia reciente refleja que todos losperíodos de tensión militar desde 1945 hasta la fechafueron malos para la economía mundial en su conjunto.Los beneficios de corto plazo por el aumento del gastoen defensa se vieron eclipsados, en términos genera-les, por el encarecimiento del petróleo, una mayor infla-ción, y —algo que no puede ser desestimado en la eco-nomía mundial de hoy— una menor confianza de losconsumidores. No es posible olvidar, que la guerra po-dría tener importantes efectos adversos sobre las insti-tuciones internacionales e interferir el proceso deglobalización.

Más aún, la industria bélica es completamente im-productiva y el crecimiento económico que puede pro-vocar a corto plazo está viciado por su origen: En pri-mer lugar, se sustrae un gran volumen de los mejoresrecursos materiales y humanos de la actividad social yproductiva; en segundo lugar, sucede como resultadode elevar el porcentaje de producción militar dentro delproducto interno bruto, es decir, de incrementar aquellaproducción que no está destinada ni al consumo pro-ductivo ni al consumo personal, sino que es instrumen-to de muerte; en tercer lugar, el mencionado crecimien-to es de carácter transitorio, pues no hay país —ni elmás rico— que pueda incrementar continuamente y agran ritmo sus gastos militares; y por último, si los re-cursos que se destinan a fines militares se utilizaran enempresas pacíficas producirían un impacto económicomuy superior.

La creciente militarización del planeta, muestra unavez más la doble moral y el cinismo de los grandespaíses industrializados, que continúan a distancia de laspolíticas neoliberales que promueven indiscrimina-

damente. Gracias al papel que desarrolla el Estado, allíes posible la gestación y el mantenimiento de potentesinstituciones penitenciarias, policiales y militares; estasúltimas cada vez más relacionadas entre sí: el Estadono está desapareciendo, sino que hace acopio de ingen-tes recursos para defender o hacer valer los interesesdel capitalismo global y de las grandes transnacionalesque representa así como de las estructuras suprana-cionales a las que pertenece, que sirven para actuar tan-to dentro como fuera de sus propias fronteras.

Una lógica clara que parece «justificar» la espiralarmamentista y la guerra es la competencia por los re-cursos escasos y la lucha por la hegemonía mundial.El Banco Mundial hace alusión a ello al referirse a la«maldición de los recursos naturales»: oro, petróleo,diamantes, metales, tierra fértil, que originan estragosen el país poseedor.

La lucha por el control del petróleo se destaca ac-tualmente como el punto crítico de las contradiccionesentre el imperio norteamericano, por un lado, y la UniónEuropea y Japón, por el otro.

La misión de la ofensiva militarista de la Casa Blan-ca no resulta fácil, en su camino se encuentran unagran incertidumbre e inestabilidad económicas; una bre-cha entre la alta capacidad bélica del estado imperial ysu incapacidad para revitalizar las economías de lasnaciones conquistadas; y la extrema dificultad paraimponer regímenes y políticas neoliberales, especial-mente cuando los mercados de exportación, para losque fueron elaboradas —los países subdesarrollados—están al borde de la ruina y cuando los flujos externosde capital parecen agotados. Más aún, cada acciónestadounidense tendiente a mejorar su situación relati-va produce su correspondiente consecuencia negativa,sobre todo una creciente resistencia de diversos secto-res de toda la humanidad.

TENDENCIAS ENERGÉTICAS MUNDIALESY SUS IMPLICACIONES PARA LOS PAÍSESSUBDESARROLLADOS. RETOS DE UNAREESTRUCTURACIÓN ENERGÉTICASOSTENIBLE

Durante las últimas décadas han resultado más eviden-tes los límites del modelo energético vigente, tanto en elorden económico (altos precios de la energía), como enel plano social (inequidad y pobreza energética) y am-biental (implicaciones adversas para el entorno).

Desequilibrios e inequidadesen el consumo energético mundialSegún las últimas estadísticas disponibles, los com-bustibles fósiles representan alrededor del 80 % delconsumo global de energía primaria, distribuidos de lasiguiente forma: petróleo, 33 %; carbón, 24 %; y gasnatural, 21 %. El consumo restante está repartido en-tre las fuentes renovables (17 %) y la energía nuclear(5 %). Sin embargo, debe tenerse en cuenta que elporcentaje de las fuentes renovables, se divide a su vezentre las fuentes tradicionales de la biomasa (9 %), lahidroelectricidad a gran escala (6 %) y las llamadas«nuevas fuentes renovables», con apenas 2 %.

La elevada dependencia de los combustibles tradi-cionales, como la leña y los residuos de plantas y ani-males, tiene serias implicaciones adversas en los pla-nos económico, social y ambiental para sectoresconsiderables de la población de los países subdesa-rrollados, sobre todo en los países más pobres.

En términos de energía comercial, es decir exclu-yendo a las fuentes tradicionales de energía, los com-bustibles fósiles representan alrededor de 90 % del ba-lance y, en su conjunto, han liderado la dinámica delconsumo mundial en los pasados 40 años. La hidroener-gía y la energía nuclear muestran un aporte similar, delorden de 6 % en cada caso, al balance global.

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1414141414 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALTambién en el segmento de la energía comercial,

resultan evidentes grandes disparidades en cuanto alacceso de los distintos grupos de países. Si bien elconsumo per cápita de energía comercial mundial esde 1,6 toneladas de petróleo equivalente; en países comoEE.UU. este indicador alcanza las 7,9 toneladas, mien-tras que en los países subdesarrollados el promedio esde apenas 0,6 toneladas. En otras palabras, un norte-americano consume como promedio trece veces másenergía comercial que un habitante del Tercer Mundo.

Predominio de los combustibles fósilescomo el petróleo

De acuerdo con fuentes especializadas, de mantenerselas tendencias y políticas actuales, el petróleo, el carbónmineral y el gas natural continuarán dominando la ofertaenergética mundial en las próximas décadas. Adicio-nalmente se prevé un repunte de la energía nuclear, so-bre todo en Asia. Teniendo en cuenta estas tendencias,un informe reciente de la Agencia Internacional de Ener-gía (World Energy Outlook, 2006) revela que el futuro pre-visible (hasta 2030), basado en la extrapolación de lastendencias actuales, sería un escenario contaminado,inseguro y caro.

En el caso del petróleo, se trata del combustible máscomercializado (60 % del petróleo producido se comer-cializa internacionalmente) y, consecuentemente, el com-portamiento de sus precios impacta significativamenteen el comercio y las finanzas internacionales.

La situación petrolera de los años transcurridos delpresente siglo, sobre todo a partir de 2004, ha estadomarcada por los altos precios, como expresión de di-versos factores extraeconómicos y económicos, entrelos que se encuentran el estado de creciente volatilidad,incertidumbre y especulación, que se ha reforzado apartir de la invasión y ocupación de Irak por EE.UU. ylas fuerzas aliadas; la rigidez de la oferta petrolera, comoexpresión de las limitaciones productivas de la OPEP yde los problemas en la infraestructura de refinación; yla creciente demanda de hidrocarburos por parte degrandes consumidores como EE.UU., y países de rápi-da industrialización como China, India y otros.

En cuanto a las perspectivas del mercado petrolero,resulta preocupante la desaceleración en el crecimien-to de las reservas de petróleo en los últimos 20 años,máxime si se tiene en cuenta la gran incertidumbre quepersiste en este mercado y largos períodos de madura-ción de las inversiones en exploración y desarrollo.

Además, muchos países y regiones fuera del MedioOriente (como Norteamérica, los territorios de la otroraUnión Soviética y el Mar del Norte) ya han alcanzadosu pico productivo y otros lo alcanzarían en los próxi-mos años,6 lo que se traduciría en un reforzamiento dela dependencia del Medio Oriente, donde se concentramás de 60 % de las reservas mundiales. Todo esto fa-vorecería la posibilidad de nuevas guerras y conflictosque inyectarían mayor inestabilidad en los mercados.

También cabría esperar un fuerte crecimiento de lademanda en los próximos cinco años, a pesar de losaltos precios, en países como EE.UU., China e India,lo que alimentaría las presiones alcistas de precios.

La escalada de precios del petróleo registrada a partirde 1999 y reforzada desde 2004 ha impactado signifi-cativamente a los distintos grupos de países; pero exis-ten marcadas diferencias en cuanto a la capacidad delas distintas economías para enfrentar situaciones deesta naturaleza.

En el área desarrollada, que absorbe 80 % de lasimportaciones globales de crudo, los efectos adversoshan sido, en sentido general, mucho menos intensosque en períodos anteriores de elevadas cotizacionespetroleras (como 1973-74 y 1979-81) ya que estas eco-nomías son en la actualidad mucho menos vulnerablesa los altos precios de la energía, dada la significativa

reducción del consumo energético por unidad de PIBregistrada por estas economías en los últimos 30 años.

En el mundo subdesarrollado, los más afectados hansido los importadores netos que energía, en los cualesse ha profundizado la crisis energética y se ha obsta-culizado el acceso de sectores mayoritarios de la po-blación a la energía necesaria para cubrir sus necesi-dades básicas. Por su parte, las grandes compañíaspetroleras transnacionales han resultado las grandesbeneficiarias de las elevadas cotizaciones petroleras.

Entre las consecuencias ambientales más preocu-pantes del modelo energético vigente se destacan lascrecientes emisiones de gases de efecto invernadero—como el CO2—, derivadas de la producción y consu-mo de combustibles fósiles.

Existe una estrecha relación entre la participaciónde los distintos países en el consumo mundial de com-bustibles fósiles y la contribución de los mismos a lasemisiones del CO2 como principal gas de efecto inver-nadero. Así, por ejemplo, EE.UU. absorbe 25 % delconsumo mundial de petróleo y aporta 24 % de lasemisiones globales de CO2, lo que se traduce emisio-nes de 20 toneladas métricas de CO2 anuales por habi-tante. En su conjunto, los países desarrollados consu-men 61 % del petróleo y emiten 63 % del CO2; mientrasen los subdesarrollados las proporciones correspondien-tes son 39 % y 37 %, respectivamente.

Nuevos retos de la sostenibilidadenergética

Dada la naturaleza global de los problemas económicosy ecológicos que se pretende resolver con una reestruc-turación energética sostenible, se requieren cambios ra-dicales en los patrones de producción y consumo deenergía a nivel global. No obstante, el ritmo y los patro-nes concretos de este proceso en cada región o paísdependerán de las condiciones específicas de cada caso.

Los patrones de una reestructuración energéticasostenible se orientan en dos direcciones básicas:• Incremento del ahorro y la eficiencia energética.• Desarrollo de las fuentes renovables de energía.

Un factor clave a considerar en este proceso de rees-tructuración energética es la necesaria cooperación en-tre productores y consumidores del Tercer Mundo, a par-tir del principio del trato preferencial a los países de menordesarrollo relativo. A partir del año 2000, con la firma delAcuerdo Energético de Caracas entre el gobiernobolivariano de Venezuela y numerosos países centroame-ricanos y caribeños se inauguró una nueva era en la co-operación energética entre países subdesarrollados.

Posteriormente, con el surgimiento del proyectoALBA, este tipo de colaboración ha incorporado nuevoselementos, basados en criterios de solidaridad, comola iniciativa Petroamérica con sus tres secciones bási-cas: PetroCaribe, PetroAndina y PetroSur.

Biocombustibles y subdesarrollo

La bionergía, en general, y los biocombustibles, en par-ticular, son fuentes renovables de energía y su utiliza-ción racional y equilibrada, en función de prioridadeseconómicas, sociales y ambientales de algunas regio-nes y países —con condiciones para su producción—,puede contribuir a la mitigación del cambio climático yal desarrollo sostenible. Sin embargo, la actual fiebrede los biocombustibles, a los que se ha llegado a lla-mar el «oro verde», dista mucho de ponderar adecuada-mente las dimensiones económicas, sociales y ambien-tales de este proceso y se inserta en las actualestendencias globalizadotas como un nuevo mecanismogenerador de pobreza y subdesarrollo.

El auge de los biocombustibles en el contexto másreciente responde, en gran medida, a los intereses delas transnacionales del agronegocio y la energía, asícomo de círculos de poder de países desarrollados que

buscan atenuar el impacto de los altos precios de laenergía, importando desde regiones subdesarrolladasbuena parte de los biocombustibles requeridos por elNorte industrializado, sin promover cambios significati-vos en los patrones actuales de consumo energético.

Para los productores actuales y potenciales debiocombustibles en América Latina, Asia y África, unescenario de exportación de biocombustibles en granescala implicaría que buena parte de las tierras agríco-las, dedicadas actualmente a la producción de alimen-tos —e incluso ecosistemas naturales sensibles—, se-rían utilizadas para cultivar materias primas para laproducción de combustibles.

En un mundo que cuenta con más de 850 millonesde hambrientos, este modelo resulta extremadamenteexcluyente pues pondría en mayor peligro la soberaníaalimentaria y la salud de los ecosistemas en diversaspartes del planeta, sobre todo en el área subdesarrolla-da. Bajo este esquema, los países del Tercer Mundoaportarían la tierra y su fertilidad, mano de obra barata yse quedarían con todos los daños ambientales provo-cados por las grandes plantaciones de las que se ex-traerán los biocombustibles.

Consideraciones finales

Muchos de los problemas energéticos globales se hantornado más graves en los últimos 25 años, luego demás de dos décadas de políticas neoliberales que esti-mularon la desregulación y la liberalización energética.Estas fórmulas de mercado resultaron extremadamen-te nocivas al propiciar el desmantelamiento del controlestatal en diversos países y regiones, con el conse-cuente reforzamiento del control transnacional en esossegmentos estratégicos.

Paralelamente se han reforzado los conflictos inter-nacionales y las guerras de rapiña de las grandes po-tencias por el control de los recursos energéticos delplaneta.

Los renovados esfuerzos del gobierno de los EE.UU.a favor de los biocombustibles y el interés por estable-cer alianzas con países latinoamericanos (como Bra-sil) para asegurar sus requerimientos futuros en estecampo, constituyen otro ingrediente de estrategia nor-teamericana de asegurar buena parte de sus suminis-tros energéticos a largo plazo desde Latinoamérica y elCaribe, ya no sólo petróleo y gas natural, sino tambiénbiocombustibles. Tales alianzas también buscan soca-var los esfuerzos de Venezuela por avanzar en un nuevotipo de integración energética regional, basada en lacomplementación, la solidaridad y el trato especial alos países de menor desarrollo.

MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO.EL PARADIGMA DEL DESARROLLOSOSTENIBLE

La edición más reciente del Informe Planeta Vivo (2006),publicado por la ONG WWF, revela que la huellaecológica de la humanidad, nuestro impacto sobre elplaneta, se ha triplicado desde 1961; y excede en laactualidad en casi un 25 % la capacidad del planetapara regenerarse. Entre 1970 y 2003 la salud de losecosistemas cayó en un 30 %. Los quince años trans-curridos entre la Conferencia de Naciones Unidas sobreMedio Ambiente y Desarrollo, de Río de Janeiro, Brasil(1992) y la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible, deJohannesburgo, Sudáfrica (2002) se han caracterizadopor el continuo deterioro de la calidad ambiental mun-dial, al tiempo que se han agudizado los principales pro-blemas socioeconómicos internacionales.

En el proceso de negociaciones internacionales, seha hecho cada vez más evidente el carácter global demuchos de los fenómenos ambientales que más preocu-pan a la humanidad, la interrelación que existe entre ellos

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1515151515SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALy la creciente brecha socioeconómica que caracteriza alas relaciones Norte-Sur.

Desarrollo sostenible: aspiracionesy realidades

El desarrollo sostenible debe ser definido como un pro-ceso multidimensional, basado en objetivos económicos,sociales y ambientales; y donde cada una de estas di-mensiones constituye una condición necesaria pero nosuficiente para la sostenibilidad. Luego de dos décadasde predominio de las corrientes neoliberales a escalaglobal, los resultados registrados en materia económi-ca, social y ambiental son decepcionantes, sobre todosi se analizan desde la perspectiva Norte-Sur.

Como es de suponer, las mayores afectaciones seconcentran en las regiones más pobres del planeta, queson además las más vulnerables desde el punto de vis-ta económico, social y ecológico para enfrentar situa-ciones o eventos ambientales extremos.

Como se expresa en el mensaje de Cuba a la Cum-bre de Río de Janeiro 1992, un análisis integral de larelación entre medio ambiente y desarrollo en el actualcontexto internacional debe tomar en consideración ladeuda ecológica del mundo desarrollado y la persisten-cia de un entorno de subdesarrollo, pobreza y deterioroambiental, que afecta a las tres cuartas partes de lahumanidad.

Medio ambiente y desarrollo:un enfoque integral

Los patrones de crecimiento seguidos por los paísesindustrializados han ocasionado los mayores daños almedio ambiente global, sobre todo si se analizan losirracionales patrones de producción y consumo que hanpredominado en estos países, desde una perspectivahistórica. Según estimados del PNUD, un 20 % másrico de la población mundial, residente en los países demayores ingresos absorbe más de 85 % del total degastos en consumo privado.

En correspondencia con las estadísticas antes ex-puestas, la quinta parte de la población mundial quevive en los países de mayores ingresos es la que gene-ra la mayor parte de la contaminación del medio am-biente global. En el caso de las emisiones de CO2, lescorresponde más de 50 %.

La pobreza ha sido identificada como uno de losprincipales obstáculos para un desarrollo ambiental-mente seguro y la mayoría de estos pobres viven enáreas ecológicamente vulnerables. La Cumbre de Ríode Janeiro 1992 mostró que en torno al eje Norte-Sur seacumulan los más agudos contrastes en lo que respec-ta a la equidad y la justicia social.

En este contexto, no resulta casual el crecientenúmero de refugiados por razones ambientales. Entreotros problemas, resultan particularmente preocupanteslas presiones a que están sometidos importantes re-cursos naturales, como los suelos y las reservas deagua dulce en las naciones subdesarrolladas.

La grave situación socioeconómica y ambiental queafecta a las naciones pobres podría tornarse aún másdifícil en las próximas décadas, sobre todo si se tieneen cuenta que casi 2 000 millones de personas adicio-nales se sumarían a la población mundial en el período2000-2025, y casi todo ese incremento tendrá lugar enlos países subdesarrollados.

Uno de los documentos fundamentales aprobadosen la Cumbre de Río fue la Agenda 21, consideradacomo un plan general de acción mundial, que contieneestrategias para prevenir el deterioro del medio ambien-te y establecer las bases para un desarrollo sosteniblea escala planetaria en el siglo XXI.

Durante los últimos años se han hecho mucho másevidentes algunos de los problemas ambientalesglobales, que más preocupan a la humanidad, tales

como el cambio climático derivado del reforzamientodel efecto invernadero; la pérdida de la diversidad bioló-gica; el deterioro de la capa de ozono; la contamina-ción urbana; el tráfico transfronterizo de desechos peli-grosos; la contaminación de los mares, océanos y zonascosteras y el deterioro ambiental asociado a las condi-ciones de subdesarrollo y pobreza en que viven las trescuartas partes de la población mundial. Con el objetivode mitigar algunos de estos problemas ambientales, apartir de la Cumbre de la Tierra se han reforzado las con-venciones internacionales ya existentes y se han adop-tado otras nuevas, como la Convención sobre DiversidadBiológica, la Convención de Lucha contra la Desertificacióny la Convención Marco sobre Cambio Climático.

Las preocupaciones en torno al vínculo entre medioambiente y desarrollo, ya expresadas en las Cumbresde Río de Janeiro 1992 y Johannesburgo 2002, reflejanel carácter urgente de las medidas de mitigación y adap-tación a adoptar, pero en la práctica muy poco se haavanzado en las direcciones requeridas para lograr undesarrollo sostenible.

Recursos financieros y tecnologíaspara el desarrollo sostenibleLos recursos financieros destinados al desarrollo sos-tenible siguen siendo extremadamente limitados, ymuchas veces condicionados; el acceso de las nacio-nes más pobres a las tecnologías ambientalmente idó-neas continúa siendo sumamente restringido; no se hanregistrado modificaciones sustanciales en los patronesinsostenibles de funcionamiento socioeconómico glo-bal; y consecuentemente, se han agravado muchos delos problemas ambientales locales, regionales y globalesque afectan a la humanidad.

En los pasados quince años, los países industria-lizados, en lugar de adoptar programas de mitigaciónviables y en correspondencia con sus niveles de res-ponsabilidad internacional en torno al vínculo entre me-dio ambiente y desarrollo, han ejercido fuertes presio-nes para reinterpretar, en función de sus intereses, laletra de diversos acuerdos internacionales en esta ma-teria, y eludir la adopción de compromisos concretos.

En franco contraste con las aspiraciones de equi-dad y justicia en las relaciones internacionales, el «nue-vo orden mundial globalizado», que se impone poco apoco en las esferas económica y política, obstaculizael avance en materia de integración entre medio am-biente y desarrollo.

En materia financiera, la Agenda 21 (Programa deAcción que integra medio ambiente y desarrollo, apro-bado en la Cumbre de Río) destaca que los países sub-desarrollados requerirían unos 125 000 millones de dóla-res anuales, procedentes de fuentes externas, sinconsiderar el aporte que deben realizar los propios paí-ses del Sur, lo que contrasta notablemente con las ci-fras de los desembolsos reales.

Además, en condiciones en que la deuda externade este grupo de países ha continuado creciendo hastasuperar los 2,5 millones de millones de dólares; la pro-porción que representa la Ayuda Oficial para el Desa-rrollo (AOD) en relación con el PNB de los paísesindustrializados cayó de 0,34 % en 1992 a 0,27 % en1995, y apenas 0,22 % en 2000, frente a un compromisointernacional de aportar 0,7 % del PNB de los paísesdesarrollados para tales fines. En 2005 la proporción dela AOD reportada había aumentado nominalmente a cer-ca de 0,3 % del PNB de los países donantes, debido ala inclusión en estos flujos de los montos destinados alas iniciativas de alivio de deudas y otros que no repre-sentan realmente nuevos recursos para el desarrollo.

Las políticas macroeconómicas aplicadas en lamayoría de los países subdesarrollados en los últimosquince años, lejos de contribuir a repartir equitativamentelos costos de la crisis y del ajuste entre los distintossectores de la población, han provocado un deterioroaún mayor de los estratos más pobres.

En medio de la aguda competencia por atraer inver-siones de capitales extranjeros, las naciones recepto-ras han recurrido muchas veces al peligroso expedien-te de subvalorar los recursos naturales por la vía de lano fijación de restricciones para su uso por parte de losinversionistas foráneos, lo que compromete seriamentela capacidad productiva de economías subdesarrolla-das. Este enfoque, basado en el uso indiscriminado delos recursos naturales, guarda una estrecha relacióncon la visión de mercado y la perspectiva neoliberal,predominante en diversos círculos internacionales.

La puesta en práctica de iniciativas como el Área deLibre Comercio para las Américas (ALCA), el Plan Pue-bla Panamá (PPP), los Tratados de Libre Comercio (TLC)y otras afines contribuiría a consolidar el control trans-nacional sobre los recursos naturales de los paísessubdesarrollados e incrementaría significativamente laspresiones sobre el medio ambiente.

En lo referido a la transferencia internacional de tec-nologías ambientalmente idóneas, el requerimiento deun mayor acceso de los países subdesarrollados a losnuevos adelantos tecnológicos continúa chocando conlas nuevas estrategias corporativas y las actuales polí-ticas comerciales de los países industrializados, quetienden a imponer normas más estrictas y uniformespara la protección de la propiedad intelectual; como serefleja en las directivas de la Organización Mundial deComercio.

Hasta el momento, a nivel internacional, se ha avan-zado preferentemente en el desarrollo de tecnologíasambientales de fase final, destinadas a controlar lacontaminación una vez que esta se ha producido; enlugar de dar mayor prioridad a aquellas tecnologíaslimpias orientadas a reducir sustancialmente la conta-minación, desde las primeras fases del ciclo producti-vo, o a eliminarla cuando sea posible y que, por tanto,suponen cambios significativos en los patrones de pro-ducción y consumo. Según algunos estimados, elmercado global de las tecnologías ambientales es delorden de los 550 000 millones de dólares; y la mayorparte de este monto corresponde al comercio de tec-nologías de fase final.

También resulta preocupante que, en muchas oca-siones, el suministro de ciertas tecnologías a paísessubdesarrollados se condicione a la aceptación por laparte receptora de desechos peligrosos generados enpaíses desarrollados y que, supuestamente, podrían serutilizados como fuentes de energía o material reciclable.El incremento del costo de tratamiento de los dese-chos tóxicos en los países industrializados (hasta unos3 000 dólares por tonelada) ha estimulado la exporta-ción de desechos tóxicos de países desarrollados a lospaíses subdesarrollados, donde se pueden enterrar sintratar por unos 5 dólares la tonelada.

Adicionalmente, debe recordarse que históricamen-te una de las vías de exportación de contaminación desdeel Norte industrializado hacia el Sur subdesarrollado hasido la transferencia de tecnologías ineficientes y con-taminantes, que han contribuido a la difusión de patro-nes de consumo y de funcionamiento económicoderrochadores de materias primas y de energía en lospaíses receptores.

Consideraciones finales

En sentido general, el balance de los últimos 15 añosconfirma que la solución a los dilemas económicos,sociales y ambientales que enfrenta la humanidad ainicios del nuevo milenio, reclama una buena dosis devoluntad política de los tomadores de decisiones parala puesta en práctica de estrategias de desarrollo sos-tenible que reconozcan la necesaria integración entrelos problemas económicos, sociales y ambientales,como dimensiones que se complementan y refuerzanentre sí. Desde una perspectiva de largo plazo y con unenfoque integral, el crecimiento económico resulta in-compatible con rezagos en términos de equidad y cali-dad ambiental.

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1616161616 SUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTSUPLEMENTO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALO ESPECIALUna solución duradera a los problemas ambientales

globales y el avance en materia de desarrollo sosteni-ble pasa necesariamente por una profunda reestructu-ración de las relaciones económicas y políticas inter-nacionales, sobre bases de equidad y justicia social.

CAMBIO CLIMÁTICO Y SUBDESARROLLO

El debate académico y político acerca del cambioclimático y sus implicaciones socioeconómicas ha pa-sado a un primer plano, con las nuevas evidencias apor-tadas por estudios internacionales como el Informe Stern(2006) y las nuevas contribuciones del Grupo Interguber-namental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC porsus siglas en inglés). Las preocupaciones en torno aeste tema también se pusieron de manifiesto en la másreciente edición del Foro Económico Mundial en Davos,Suiza, a finales de enero 2007, donde el cambio climáticofue uno de los principales temas de la agenda.

De acuerdo con el IPCC, el calentamiento del siste-ma climático es inequívoco, lo que resulta evidente a partirdel incremento global observado en las temperaturas delaire y los océanos, el generalizado derretimiento de loshielos polares y el crecimiento del nivel del mar.

Cambio climático: nuevas evidenciasy consecuencias previsibles

De mantenerse las tendencias actuales, el rango delincremento de la temperatura global para la última dé-cada del siglo XXI, según los escenarios evaluados porel IPCC, oscilaría entre 1,1º C y 6,4º C —con un rangode mejores estimados entre 1,8º C y 4,0º C— al tomarcomo referencia el promedio de las últimas dos déca-das del siglo XX.

En línea con lo antes expuesto, el incremento totaldel nivel del mar en el siglo XX se estima en 0,17 m; ypara la última década del siglo XXI, según los escenariosevaluados por el IPCC, oscilaría entre 0,18 y 0,59 m.

A partir de las previsiones anteriores, cabría esperarque los distintos sectores socioeconómicos (como agri-cultura, pesca, industria, turismo, salud y otros) sufranserios daños y perjuicios como resultado del cambioclimático.

En la actualidad existen nuevas y mayores eviden-cias de que la mayor parte del calentamiento observa-do en los últimos 50 años es atribuible a actividadeshumanas, y de que está asociado al incremento de lasconcentraciones de los principales gases de efecto in-vernadero (GEI), como CO2, metano, ozono troposférico,óxido nitroso y CFC.

Se calcula que el sector energético es el responsa-ble de más de la mitad del calentamiento global, debidoal predominio de los combustibles fósiles (carbón, pe-tróleo y gas natural) en el consumo de energía.

Aunque persiste incertidumbre en los estudios, pro-yecciones y mediciones del cambio climático y sus efec-tos, la comunidad científica internacional reconoce quedebe prevalecer el principio precautorio en el diseño deestrategias de respuesta ante este problema ambien-tal. Es decir, se debe actuar oportunamente para evitarlas consecuencias negativas que podrían desencade-narse y hay que crear condiciones para la adaptaciónante aquellos impactos que ya se están produciendo opodrían producirse en un futuro próximo.

Este enfoque debe partir del reconocimiento de losniveles de responsabilidad histórica de los distintos gru-pos de países con el cambio climático y sus consecuen-cias. Mientras los países industrializados son los princi-pales responsables de las concentraciones de gases deefecto invernadero, sobre todo desde una perspectiva his-tórica; los países subdesarrollados son los más vulnera-bles, en particular los pequeños estados insulares y losllamados países menos adelantados (PMA).

La mayoría de los gases de efecto invernadero tienenuna larga permanencia en la atmósfera (más de 100 años

en algunos casos), de modo que no sólo se trata deanalizar la contribución actual de los países industria-lizados al calentamiento global, sino además los efectosacumulados de tales emisiones, lo que evidencia la ne-cesidad de examinar la deuda ecológica de estos paísescon la humanidad desde una perspectiva histórica.

A la hora de diseñar estrategias de respuesta anteel cambio climático, también debe tenerse muy en cuen-ta el vínculo existente entre este fenómeno y otros pro-blemas ambientales globales, tales como el agotamientode la capa de ozono, la pérdida de biodiversidad biológi-ca, la desertificación y la deforestación. De esta forma,se evitaría que las medidas que se adopten para enfren-tar al cambio climático agraven otros problemas am-bientales y viceversa, con lo que se contribuiría a solu-ciones más integrales y sostenibles.

En general, las estrategias de respuesta fundamen-tales en la lucha frente al cambio climático son la miti-gación y la adaptación. La mitigación se refiere básica-mente a la reducción de emisiones gases de efectoinvernadero y a la absorción de dichas emisiones por lavía de la captura biológica7 o el almacenamiento geoló-gico8 de emisiones. La adaptación, por su parte, supo-ne acciones para reducir la vulnerabilidad ante los im-pactos del cambio climático.

Las estrategias de respuesta ante el cambio climático,deben considerar, además, la inercia de los sistemasclimático, ecológico y socioeconómico, así como el ca-rácter irreversible de las interacciones entre estos siste-mas, lo que refuerza la importancia de acciones preven-tivas en materia de adaptación y mitigación. Mientrasmayor y más rápida sea la reducción de emisiones, menory más lento sería el calentamiento proyectado.

También hay que subrayar que la adaptación no evi-taría todos los daños, pero se necesitaría a todas lasescalas para complementar a la mitigación. En amboscasos —es decir, tanto para la mitigación como para laadaptación— se impone la necesidad de superar lasbarreras que impiden avanzar con más celeridad; y darprioridad a un enfoque integral que vincule el desarrollocon la equidad y la sostenibilidad.

Gran parte del debate actual en torno al cambioclimático se refiere a las negociaciones internacionalesrelacionadas con la Convención Marco de NacionesUnidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y el Pro-tocolo de Kyoto (PK).

Convención sobre Cambio Climáticoy Protocolo de KyotoUna de las fortalezas de la Convención, que ya cuentacon 189 partes, es el reconocimiento de las responsa-bilidades comunes pero diferenciadas de los Estados,es decir se reconoce que si bien el cambio climático esun reto global que concierne a todos en el planeta, lospaíses industrializados, como principales emisores degases de efecto invernadero, deben dar los primerospasos para enfrentar este problema.

El 16 de febrero de 2005 entró en vigor el PK, quefuera adoptado en la Tercera Conferencia de las Partesde la CMNUCC en 1997. En diciembre de 2005, cuandosesionaba la primera reunión de las Partes del PK, lacantidad de Estados Partes de dicho Protocolo ascen-día a 157, de ellos 37 eran países industrializados o«economías en transición9 (también llamados Paísesdel Anexo 1 de la CMNUCC) y 120 eran países subde-sarrollados.

Según la letra del PK, los países industrializados secomprometen a reducir el total de sus emisiones de ga-ses de efecto invernadero10 en un 5,2 % para el período2008-2012, con relación a los niveles de 1990. Las me-tas de reducción de emisiones establecidas en el PKresultan insuficientes para lograr la estabilización de lasconcentraciones atmosféricas de CO2; aún así, existenpocos indicios de que los países desarrollados esténadoptando las medidas necesarias para hacer efectivoslos modestos compromisos de reducción de emisionesrecogidos en el PK. Según informes de la Secretaría de

la CMNUCC, los países altamente industrializados au-mentaron sus emisiones de GEI en 12,4 % en 1990-2003 (con un incremento de 20,3 % para los EE.UU.).

Una de las principales críticas de la administraciónrepublicana de los EE.UU. se refiere a que los paísessubdesarrollados no tienen compromisos de reducciónde emisiones en el PK. Según G. W. Bush, la exonera-ción de países en desarrollo de las obligaciones deltratado es una «falla fatal» del PK.

Ciertamente, los países subdesarrollados no tienencompromisos de reducir sus emisiones en el primerperíodo de compromisos (2008-2012), como expresióndel ya mencionado principio de las responsabilidadescomunes pero diferenciadas. No debe olvidarse que lasemisiones per cápita del Tercer Mundo son muy inferio-res a las del mundo industrializado.11

La internacionalización del debate sobre medio am-biente y desarrollo ha coincidido en el tiempo con elauge del discurso y las prácticas neoliberales a nivelmundial; y en estas condiciones se ha pretendido so-bredimensionar la aplicación de fórmulas de mercadoen la solución de problemas ambientales.

A la hora de examinar los mecanismos de mercadodel Protocolo de Kyoto y proyectar, en general, el pro-ceso futuro de negociaciones en torno al cambio climá-tico, debe tenerse en cuenta que en aquellos casos enque el móvil de las Partes sea más comercial que am-biental, los resultados en materia de mitigación y adap-tación al cambio climático serían desalentadores. Loscriterios de «costo-eficiencia económica», con una pers-pectiva de corto plazo, no resultan adecuados para en-frentar problemas como el cambio climático que requie-ren una perspectiva de análisis de largo plazo, queconsidere las prioridades socioeconómicas y ambien-tales de los países subdesarrollados.

Cualquier iniciativa para hacer frente al cambioclimático debe partir de reconocer la responsabilidad delos países altamente industrializados con las emisioneshistóricas de gases de efecto invernadero —importantecomponente de la deuda ecológica del Norte—, así comolos diferentes niveles de desarrollo entre el Norte y elSur. De lo contrario, se acentuarían las relaciones desubordinación y dependencia del Sur respecto al Nortey se agudizarían los desequilibrios económicos ambien-tales y sociales, que ya hoy día alcanzan proporcionesalarmantes.

Uno de los temas polémicos de las negociacionesmultilaterales sobre cambio climático es el referido alas acciones para el período post-Kyoto, es decir, a partirdel primer período de compromisos (después de 2012);para asegurar que no haya interrupción entre el primeroy segundo período de compromisos.

Sobre este tema persisten serias divergencias entrelas partes. En una posición extrema se ubican aquellospaíses desarrollados que no han ratificado (ni piensanratificar) en PK como EE.UU. y Australia, que se opo-nen a las negociaciones post Kyoto sobre reduccionescuantitativas de emisiones. Por su parte, los paísesindustrializados que ya son Partes del PK (como la UEy Japón) abogan por un instrumento post Kyoto que lesofrezca credibilidad y seguridad, que incluya compro-misos vinculantes y que extienda dichos compromisosa la mayor cantidad posible de países. En este contex-to, los países subdesarrollados, sobre todo aquellos demayor desarrollo relativo, siguen siendo objeto de cre-cientes presiones para que asuman compromisosvinculantes de reducción de emisiones.

Consideraciones finalesComo resultado de las negociaciones más recientesse logró, a pesar de la resistencia de EE.UU., lanzar undiálogo sobre las acciones de cooperación a largo pla-zo para enfrentar el cambio climático en el contexto dela Convención. Este diálogo sentaría las bases para lasnegociaciones post-Kyoto.

Si bien continúa el avance del proceso negociadormultilateral; este proceso enfrenta serios retos.


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