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Bolívar y Petión. Trece cartas

Date post: 27-Jul-2016
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En el marco de los 200 años de la llamada Expedición de los Cayos, encabezada por Simón Bolívar y auspiciada por el líder haitiano Alejandro Petión, la Comisión Presidencial para la Conmemoración del Bicentenario del año 1816 tiene el placer de ofrecer, a las lectoras y lectores del siglo XXI, la transcripción de la correspondencia sostenida entre ambos revolucionarios durante ese año. Estas misivas demuestran la afinidad entre dos hombres hermanados por el mismo ideal de liberación.
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BOLÍVAR Y PETIÓN

1816-2016

Comisión PresidenCial Para la ConmemoraCión del BiCentenario del año 1816

trece cartas

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Ministro del Poder Popular para la CulturaFreddy Ñáñez

Fundación Centro Nacional de HistoriaPedro Calzadilla

Coordinación de la colecciónComisión Presidencial para la Conmemoración del Bicentenario del año 1816

Coordinación editorialSimón Andrés Sánchez

Diseño de la colecciónJavier J. Véliz.

Diseño de portadaLuis Alexander Gil

Diagramación Luis Alexander Gil

Revisión y cotejo Félix Ojeda / Ericmar Mundaray

Corrección Miguel Raúl Gómez

Bolívar y Petión. Trece cartas. 1816-2016Primera Edición 2015

RIF.: G20008479-0Impreso en la República Bolivariana de Venezuela

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PRESENTACIÓN

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En el marco de los 200 años de la llamada Expedición de los Cayos, en-cabezada por Simón Bolívar y auspiciada por el líder haitiano Alejandro Petión, la Comisión Presidencial para la Conmemoración del Bicente-nario del año 1816 tiene el placer de ofrecer, a las lectoras y lectores del siglo XXI, la transcripción de la correspondencia sostenida entre ambos revolucionarios durante ese año. Estas misivas demuestran la afinidad entre dos hombres hermanados por el mismo ideal de liberación.

El año 1815 fue un momento de desarticulación y retroceso para la empresa emancipadora. Un periodo difícil se avizoró para el territorio venezolano y la Suramérica toda, luego de la ofensiva contrarrevolucio-naria encabezada por el general español Pablo Morillo tras su llamada “pacificación” de la Tierra Firme.

Frente a estas adversidades, el Libertador Simón Bolívar nunca perdió su espíritu libertario para reconquistar la paz, la unidad y la independen-cia absoluta de nuestro continente. En Kingston, Bolívar expuso parte de su pensamiento fundamental sobre el futuro de la región, al plasmar en la conocida Carta de Jamaica su visión geopolítica. Inmediatamente a la redacción de ese texto, Bolívar emprendió un nuevo proyecto: llegar a la región haitiana y entrevistarse con su presidente, Alejandro Petión.

Un primer encuentro entre ambos líderes bastó para que surgiera nuevamente la esperanza de la causa emancipadora. A partir de este mo-mento, Bolívar y Petión estrecharían una fraternal amistad y concretarían acuerdos transcendentales para el reimpulso de la revolución venezolana en 1816.

Por este motivo, el Gobierno Bolivariano se honra en poner a dis-posición del pueblo venezolano este importante material, el cual permite comprender los lazos de amistad entre dos regiones hermanas que, dos-cientos años después, se mantienen vigentes. De este modo, concretamos el anhelo de ambos líderes por la unión y la independencia de Nuestra América. Es por ello que hoy día, en el marco del ciclo Bicentenario, los pueblos de América del Sur y el Caribe se reúnen en sueños tangibles de

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integración como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Petrocaribe y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos; propuestas enmarcadas en la cooperación, la solidaridad, la equidad y la justi-cia social.

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INDICE

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1- Carta del Libertador Simón Bolívar fechada en Kingston el 19 de diciembre de 1815, dirigida al presidente de Haití, Alejandro Petión, anunciándole su visita y los planes de retorno a tierra firme..................... 15

2- Carta del Libertador Simón Bolívar fechada en Los Cayos el 21 de enero de 1816, dirigida al presidente de Haití, Alejandro Petión, en solicitud de protección y ayuda para la obra de la independencia ............ 17

3- Carta de Simón Bolívar fechada en Los Cayos el 29 de enero de 1816, dirigida al presidente de Haiti, Alejandro Petión, con la expresión de gratitud por la favorable acogida a su solicitud de ayuda............................ 19

4- Carta de Bolívar dirigida al general Alejandro Petión fechada en Los Cayos el 8 de febrero de 1816, con la expresión de su gratitud y se compromete a honrar en documentos futuros la ayuda filantrópica recibida del presidente de Haití....................................................................... 21

5- Carta del General Alejandro Petión fechada en Puerto Príncipe, el 18 de febrero de 1816, dirigida al Libertador Simón Bolívar, por la cual le solicita no mencionar su nombre ni el de la República de Haití en ningún acto......................................................................................................... 23

6- Carta de Bolívar dirigida al general Alejandro Petión, presidente de Haití, fechada en Los Cayos el 4 de marzo de 1816 y en la que le formula nuevas peticiones de ayuda y le reitera la expresión de sus sentimientos de gratitud............................................................................................................ 25

7- Carta de Bolívar al general Alejandro Petión, presidente de Haití, fechada en Carúpano el 10 de junio de 1816, con informes pormenorizados de la campaña...................................................................... 27

8- Carta del Libertador Simón Bolívar al general Alejandro Petión, presidente de la República de Haití, fechada en Carúpano el 27 de junio de 1816, con informaciones sobre el desarrollo de la campaña y la reiteración de los sentimientos de gratitud por parte del Libertador........ 29

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9- Carta del Libertador Simón Bolívar al general Alejandro Petión, presidente de Haití, fechada a bordo del bergantín Indio Libre en Jacmel el 4 de setiembre de 1816, anunciándole su llegada a esa isla y haciéndole amplio relato de los sucesos en costa firme................................................... 31

10- Carta del general Alejandro Petión, presidente de Haití, fechada en Puerto Príncipe el 7 de septiembre de 1816................................................... 39

11- Carta de Bolívar al general Alejandro Petión, presidente de Haití, fechada en Puerto Principe el 9 de octubre de 1816, con la expresión de su respeto, admiración y gratitud.................................................................... 41

12- Carta del general Alejandro Petión dirigida al Libertador Simón Bolívar, fechada en Puerto Príncipe el 12 de octubre de 1816, por la cual agradece a Bolívar la felicitación que ha recibido con motivo de su nombramiento como presidente de Haití..................................................... 43

13- Carta de Simón Bolívar para el presidente de la República de Haití, Jean Pierre Boyer, fechada en Angostura el 14 de agosto de 1818, en la cual le expresa su pesar por la muerte del señor Alejandro Petión. También le informa sobre las últimas actividades en Venezuela................................... 45

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Haití: la de Bolívar, la de la Expedición de los Cayos (1816) que contó con el respaldo sin condiciones del ilustre Petión, quien sólo le pidió la libertad de los esclavos. No en vano

nuestro Libertador lo llamó “el autor de nuestra libertad”.

Comandante Hugo Chávez, ¡Haití, Haití! En: Líneas de Chávez, 17 de enero de 2010.

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1. Carta del Libertador Simón Bolívar fechada en Kingston el 19 de diciembre de 1815, dirigida al presidente de Haití, Alejandro Petión, anunciándole su visita y los planes de retorno a tierra firme1

Kingston, 19 de diciembre de 1815.

Al Señor Presidente Petión,Jefe Supremo de la República de Haití.

Señor Presidente:

Hace mucho tiempo que ambiciono el honor de ponerme en comunicación con V. E. y de manifestarle los profundos senti-mientos de estima y reconocimiento que me han inspirado sus distinguidas dotes y sus innumerables bondades hacia mis muy desdichados compatriotas; pero siempre he temido importunar a V. E. distrayendo su atención por un solo instante de los im-portantes cuidados que la ocupan.

Las circunstancias, señor Presidente, me obligan, afortuna-damente para mí, a dirigirme al asilo de todos los republicanos de esta parte del mundo: debo visitar el país que V. E. hace feliz con su sabiduría. Para regresar a mi patria debo pasar por la de V. E.; y ya que la fortuna me ofrece la inapreciable ocasión de conocer y admirar de cerca a V. E. (si V. E. tiene a bien permi-tírmelo) iré a presentarme a V. E. en el momento mismo en que llegue a Los Cayos, donde algunos de mis amigos me aguardan para tratar conmigo los asuntos de la América del Sur.

Tengo la esperanza, señor Presidente, de que nuestra afi-nidad de sentimientos en defensa de los derechos de nuestra patria común me granjeará por parte de V. E. los efectos de su inagotable benevolencia hacia todos aquellos que nunca recu-rrieron a ella en vano.

1 Fuente: www.archivodellibertador.gob.ve, Gestor Documental, Doc. N.° 1313.

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Tengo el honor de ser de V. E. con la mayor consideración, señor Presidente, su muy humilde y obediente servidor.

SIMÓN BOLÍVAR

Certificado conforme al original. El Secretario General. B, Inginac2.

2 El prócer haitiano J. Baltasar Inginac (ca. 1777-1847), quien era entonces secretario general del presidente Alejandro Petión y desempeñó posteriormente las mismas funciones para el presidente Juan Pedro Boyer.

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2. Carta del Libertador Simón Bolívar fechada en Los Cayos el 21 de enero de 1816, dirigida al presidente de Haití, Alejandro Petión, en solicitud de protección y ayuda para la obra de la independencia3

Los Cayos, 21 de enero de 1816.

A S. E. el Señor Presidente de Haití.

Señor Presidente:

No alcanzo a expresar el profundo dolor que siento al dis-traer la atención de V. E. de los importantes asuntos que lo rodean para la salvación del pueblo haitiano; pero como V. E. es el padre de todos los verdaderos republicanos, me animo a solicitar su protección.

Yo suplico a V. E. se instruya de las circunstancias que nos afligen. La intriga de un español, y la ambición de un francés, nos han reducido a temer la pérdida de toda esperanza de libertar a la América, si V. E. no nos sostiene en medio de tantos infortunios.

El señor Villeret4 tendrá el honor de presentarle mis muy humildes respetos y darle las más exactas informaciones, si la bondad de V. E. se digna oírle.

Acepte, señor Presidente, los testimonios de mi admiración y de la alta consideración con que soy de V. E. muy humilde y obediente servidor.

BOLÍVARCertificado conforme al original. El Secretario General, B. Inginac.

3 Fuente: www.archivodellibertador.gob.ve, Gestor Documental, Doc. N.° 1317.4 Se trata del marino francés Agustín Gustavo Villeret, de la isla de Guadalupe. Combatió

por la Independencia de Venezuela durante la Segunda República, hacia 1813-1814. En 1815 se hallaba entre los defensores de Cartagena. Tuvo destacada participación junto al Libertador y al almirante Brion, en las dos expediciones de 1816: la que zarpó de Los Cayos y la que salió de Jacmel. Fue mayor general de Marina, o sea, segundo jefe de las Fuerzas Navales y ostentó el grado de capitán de Fragata. Se retiró del servicio de la República en febrero de 1817 y pasó a las Antillas francesas, donde se pierde, para nosotros, su huella vital.

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3. Carta de Simón Bolívar fechada en Los Cayos el 29 de enero de 1816, dirigida al presidente de Haiti, Alejandro Petión, con la expresión de gratitud por la favorable acogida a su solicitud de ayuda5

Los Cayos, San Luis, 29 de enero de 1816.

A S. E. el Señor Presidente de Haití.

Señor Presidente:

Mi reconocimiento no tiene límites, por el honor que V. E. acaba de hacerme, con la carta que se ha dignado escribirme, y las bondades de que me ha colmado. ¡En el fondo de mi co-razón, digo que V. E. es el primero de los bienhechores de la tierra! Un día la América proclamará a V. E. su libertador; sobre todo los que gimen todavía, incluso bajo el yugo republicano6. ¡Acepte por anticipado, señor Presidente, el voto de mi patria!

Nuestro botánico Zea7 prepara para V. E. las semillas de flores y plantas, con una descripción de su cultivo; como esta no se ha puesto en limpio todavía, me privo del placer de remitír-sela con el dragón que lleva esta carta a V. E., pero me apresuro a enviarle las botellas de específicos contra el reumatismo. Si es-tuvieran llenas de los sentimientos de mi corazón, no le darían la salud, sino la inmortalidad que espera a V. E.

5 Fuente: www.archivodellibertador.gob.ve, Gestor Documental, Doc. N.° 1318.6 Bolívar debe referirse aquí a los esclavos del campo republicano, cuya emancipación no

había sido decretada todavía.7 El sabio naturalista neogranadino, Francisco Antonio Zea, prócer de la independencia,

quien había viajado poco tiempo antes de Inglaterra a las Antillas, con el propósito de incorporarse a la lucha por la libertad de Hispanoamérica. Llegó a Jamaica y de allí pasó luego a Haití, en donde fue uno de los principales colaboradores civiles del Libertador. Con el título de Intendente General participó en la expedición que zarpó de Los Cayos en marzo de 1816. Después de la derrota sufrida por las fuerzas republicanas en Ocumare de la Costa a mediados de ese año, Zea fue comisionado por el general Arismendi y otros jefes, desde la isla de Margarita, para ir a buscar al Libertador, quien se hallaba otra vez en Haití. Allí se reunió Zea de nuevo con él, y se embarcó en la segunda expedición, la de Jacmel, que partió a mediados de diciembre de aquel año. Posteriormente, el prócer neogranadino ejercería la Presidencia del Congreso de Angostura, la Vicepresidencia de la antigua Colombia, y moriría en Inglaterra en 1822, cuando desempeñaba una misión diplomática.

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Tengo el honor de ser con la más profunda veneración, Señor Presidente, de V. E muy humilde y obediente servidor.

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Certificado conforme al original. El Secretario General, B. Inginac.

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4. Carta de Bolívar dirigida al general Alejandro Petión fechada en Los Cayos el 8 de febrero de 1816, con la expresión de su gratitud y se compromete a honrar en documentos futuros la ayuda filantrópica recibida del presidente de Haití8

Los Cayos, 8 de febrero de 1816.

A Su Excelencia el Señor Presidente de Haití.

Señor Presidente:

Estoy agobiado bajo el peso de sus beneficios. El señor Ville-ret9 ha regresado, atendido de un modo inmejorable por V. E. En todo se muestra V. E. magnánimo e indulgente.

Nuestros asuntos están casi arreglados; y sin duda dentro de unos quince días estaremos en condiciones de partir. No aguar-do sino sus últimos favores; y si me es posible, iré yo mismo a expresarle toda la extensión de mi gratitud.

Por el señor Injinac10, su digno Secretario, me atrevo aún a hacerle nuevas súplicas a V. E.

En mi proclama a los habitantes de Venezuela y en los decretos que debo expedir para la libertad de los esclavos, no sé si me será permitido expresar los sentimientos de mi corazón hacia V. E., y legar a la posteridad un monumento irrecusable de su filantropía.

No sé, digo, si debería nombrar a V. E. como el autor de nuestra libertad. Yo suplico a V. E. que se sirva manifestarme su voluntad al respecto.

El Teniente Coronel Valdés11 le dirige una petición que me permito recomendar a la generosidad de V. E.

8 Fuente: www.archivodellibertador.gob.ve, Gestor Documental, Doc. N.° 1320.9 Agustín Gustavo Villeret.10 Baltasar Inginac, secretario general del presidente Petión.11 Teniente coronel Manuel Valdés. Para el historiador haitiano Paul Verna, uno de

los mejores estudiosos del tema, se trataba de Manuel Valdés, quien “tenía 43 años y era teniente coronel cuando emigró de Cartagena a Haití a fines de diciembre de 1815. Se estableció en Los Cayos con su esposa y una hija. Vivía en una casa situada frente a la plaza pública de Los Cayos, antigua Plaza de Armas. En su casa se reunía

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Sírvase aceptar, Señor Presidente, los respetuosos homena-jes de la alta consideración con la cual tengo la honra de ser de V. E., el muy humilde y obediente servidor.

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casi diariamente con el Libertador, Zea y Ducoudray-Holstein. Servirá de padrino al general Mariño en su proyectado duelo con Brion, duelo que fue cancelado por el general Marión”.

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5. Carta del General Alejandro Petión fechada en Puerto Príncipe, el 18 de febrero de 1816, dirigida al Libertador Simón Bolívar, por la cual le solicita no mencionar su nombre ni el de la República de Haití en ningún acto12

Alejandro Petión, Presidente de Haití,a su Excelencia el general Bolívar.

He recibido ayer, General, su estimable carta del 8 de este mes. Escribo al general Marión acerca del objeto de su solicitud y usted puede dirigirse a él sobre este asunto.

Usted conoce, General, mis sentimientos a favor de lo que Ud. tiene empeño en defender y por Ud. personalmente. Ud. debe estar penetrado de cuánto deseo ver salir del yugo de la esclavitud los que todavía padecen; pero, motivos que se rela-cionan con las reservas para con una nación que aún no se ha pronunciado de una manera ofensiva contra la República, me llevan a rogarle que no proclame nada en la extensión de la República y tampoco que mencione mi nombre en ninguno de sus actos. Cuento, a este respecto, con los sentimientos que le caracterizan a Ud.

He recibido la súplica del teniente coronel Juan Valdés y ya le di curso. El general Marión está encargado de entregarle el objeto de su petición.

Hago votos por la felicidad de Vuestra Excelencia y ruégole creer en mi más alta consideración.

PETIÓN

Puerto Príncipe, 18 de febrero de 1816, Año 13° de la Independencia.

12 Fuente: Verna, Paúl, Petión y Bolívar, una etapa decisiva en la emancipación de Hispanoamérica (1790-1830). Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, 1980, p. 494.

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6. Carta de Bolívar dirigida al general Alejandro Petión, presidente de Haití, fechada en Los Cayos el 4 de marzo de 1816 y en la que le formula nuevas peticiones de ayuda y le reitera la expresión de sus sentimientos de gratitud13

Los Cayos, 4 de marzo de 1816.

A S. E. el Señor Presidente de Haití.

Señor Presidente:

Envío al teniente coronel Chipia14, mi edecán, quien tendrá el honor de entregar este despacho a V. E. Sírvase V. E. aceptar mi agradecimiento por todo lo que ha tenido la bondad de hacer para secundar mis proyectos, así como por las resolucio-nes de V. E. relativas a los pretendidos mexicanos15, cuyas miras no eran otras que distraer los recursos aplicables a mi expedi-ción para destruirla.

Me veo obligado a importunar una vez más a V. E. pidiéndo-le nuevos socorros; V. E. comprenderá de cuánta urgencia son para la ejecución de mis proyectos. Cuento con la generosidad y benevolencia de V. E. y espero que el interés que V. E. ha mos-trado hacia mí sirva de excusa a mi importunidad.

He aquí la nota de lo que necesito, que suplico considere V. E. con la mayor atención: 4.000 fusiles, sin contar los 3.000 para los cuales se han librado ya las órdenes; 100.000 cartuchos (por lo menos); 30.000 libras de pólvora; 30.000 libras de plomo.

13 Fuente: www.archivodellibertador.gob.ve, Gestor Documental, Doc. N.° 1336.14 El entonces teniente coronel Pedro Ramón Chipia, edecán del Libertador, acompañó

a Bolívar a Jamaica, cumplió funciones de edecán suyo en esa isla, y viajó con él luego a Haití, a bordo de La Popa. Ascendido por el Libertador a coronel de ingenieros el 15 de marzo de 1816, participó en la expedición de Los Cayos y se halló en las acciones de Ocumare de la Costa. Tomó parte en la marcha del Ejército hacia el interior, a las órdenes de los generales Mac Gregor y Piar. Combatiendo bajo la dirección de este último, el coronel Chipia murió en la batalla de San Félix, el 11 de abril de 1817.

15 Alude a los intentos de Luis Aury y sus compañeros para organizar una expedición con destino a México.

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Añadiendo este nuevo servicio a los que ya hemos recibido de la benevolencia de V. E., la expedición, que sin esto se retra-saría y tal vez sería irrealizable, se hará a la vela de inmediato.

Dígnese V. E. continuar dispensándome su benevolencia, y a la causa de mi patria el interés que por ella siente. Llevan-do conmigo los votos de V. E. y colmado de sus favores, estoy seguro de vencer.

La América, llena de reconocimiento, conservará eterna-mente el recuerdo de V. E.

Acepte el homenaje de mi mayor consideración y crea en los sentimientos de estima con que tengo el honor de ser, Señor Presidente, de V. E. muy humilde y obediente servidor.

BOLÍVAR

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7. Carta de Bolívar al general Alejandro Petión, presidente de Haití, fechada en Carúpano el 10 de junio de 1816, con informes pormenorizados de la campaña16

Ejército de la Unión — Estado Mayor GeneralCuartel General de Carúpano, a 10 de junio de 1816.

A S.E. el Señor Presidente de la República de Haití.

Señor Presidente:

Tengo el honor de dar a V. E. los detalles de nuestras opera-ciones militares desde que salimos de Los Cayos.

Durante la travesía apresamos varias embarcaciones es-pañolas, y a nuestra llegada a Margarita las fuerzas marítimas enemigas que bloqueaban el Puerto del Norte17 fueron asimis-mo apresadas por nosotros después de un violento combate que duró dos horas y en el cual perdimos algunos valientes; el comandante Brion fue herido en la refriega, pero ya está com-pletamente restablecido.

Los españoles han abandonado sus posiciones en el interior de la isla y se han atrincherado en los montes que bordean el mar del lado de Pampatar. Hemos dejado a esta isla animada del mayor patriotismo, y defendida por fuerzas más que suficientes para destruir a los españoles que han quedado allí.

Hemos llevado a cabo nuestro desembarco en esta ciudad de la Costa Firme; los españoles que la ocupaban se dieron a la fuga después de una débil resistencia. Todos los criollos que estaban a su servicio se han alistado bajo la bandera nacional; al día siguiente de nuestra llegada, algunos buques cargados de mercancías europeas y de víveres de toda especie, cayeron en nuestro poder.

16 Fuente: www.archivodellibertador.gob.ve, Gestor Documental, Doc. N.° 1543.17 Puerto del Norte, o de Juan Griego, en la isla Margarita.

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Nuestras tropas ocupan la línea hasta Güiria; no podemos sino felicitarnos del carácter nacional que anima a los habitantes.

He enviado al general Mariño a Güiria y al general Piar a Maturín a levantar fuerzas; ya hemos recibido algunos destaca-mentos, y espero que el resto será suficiente para adueñarnos dentro de poco de Cumaná y del país.

He mandado proclamar la libertad absoluta de todos los es-clavos inmediatamente después de nuestra llegada.

Tengo el honor de enviar a V. E. adjuntas las proclamas que he dado desde nuestra llegada, tanto en Margarita como en esta ciudad. Permítame, Señor Presidente, que le exprese todo mi reconocimiento por el interés que manifiesta V. E. hacia nuestro país y por las innumerables bondades con que nos ha favoreci-do, y cuyo recuerdo nunca olvidaremos.

Tengo el honor de ser, con la mayor consideración, Señor Presidente, de V. E. muy humilde y muy adicto servidor.

BOLÍVAR

Certificado conforme al original. El Secretario General, B. Inginac.

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8. Carta del Libertador Simón Bolívar al general Alejandro Petión, presidente de la República de Haití, fechada en Carúpano el 27 de junio de 1816, con informaciones sobre el desarrollo de la campaña y la reiteración de los sentimientos de gratitud por parte del Libertador18

SIMÓN BOLÍVARJefe Supremo de la República, Capitán General de los Ejérci-

tos de Venezuela y de la Nueva Granada, &., &., &.

A S. E. el señor Presidente de la República de Haití. Señor Presidente:

Algunos días después de mi llegada a estas costas, tuve el honor de informar a V. E. de nuestros sucesos favorables. Permítame que me apresure hoy a anunciarle la llegada de un numeroso destaca-mento de patriotas procedentes de Güiria y sus inmediaciones, cuyo valor y patriotismo me aseguran la muy próxima ocupación de toda la provincia de Cumaná.

Los llaneros son completamente adictos a nuestra causa; espero recibir algunos destacamentos de ellos, dentro de pocos días.

Lamento, Señor Presidente, que nuestros recursos no nos pongan en aptitud de cumplir en este momento los compromisos que hemos contraído con nuestros bienhechores; mas las noticias que acabamos de recibir del interior me dan esperanzas de que podremos satisfacerlos muy pronto.

Sírvase recibir de nuevo, Señor Presidente, la expresión de mi eterna gratitud por las bondades con que V. E. me ha colma-do, y aceptar el homenaje de mi mayor consideración, con que tengo el honor de ser, Señor Presidente, de V. E. muy humilde y obediente servidor.

BOLÍVAR

Certificado conforme al original. El Secretario General. B. Inginac.

18 Fuente: www.archivodellibertador.gob.ve, Gestor Documental, Doc. N°. 1668.

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9. Carta del Libertador Simón Bolívar al general Alejandro Petión, presidente de Haití, fechada a bordo del bergantín Indio Libre en Jacmel el 4 de setiembre de 1816, anunciándole su llegada a esa isla y haciéndole amplio relato de los sucesos en costa firme19

A bordo del bergantín Indio Libre en Jacmel, a 4 de septiembre de 1816.

A S. E. el Presidente de Haití.

Señor Presidente:

Tengo el honor de anunciar a V. E. mi llegada aquí, después de haber hecho cuanto dependía de mí para dar la libertad a los ha-bitantes de la Costa Firme; pero, desgraciadamente, una cadena de circunstancias casi inexplicables me ha reducido a la situación de regresar al asilo de los hombres libres, y colocarme bajo la protección del más magnánimo de los jefes republicanos del Nuevo Mundo. Confiando en la elevación del carácter de V. E., me he atrevido a presentarme por segunda vez en Haití. Si V. E. estuviera dotado de un espíritu menos sublime, yo temería verme abrumado de reproches, y tal vez más aún: porque el mundo no juzga los sucesos y los hombres sino por el resultado, sin indagar las verdaderas causas que han producido el bien o el mal. No abu-saré de la indulgencia de V. E. haciéndole una larga relación; pero me veo obligado a informar a V. E. acerca de algunos episodios de nuestra expedición, a fin de borrar las falsas impresiones con que se hubiera podido predisponer el ánimo de V. E. respecto a mi conducta.

A llegar a Margarita, efectué un reconocimiento de las posi-ciones enemigas, que se hallaban entonces, como lo están hoy todavía, casi tan bien guarnecidas, por el número de sus tropas, como las posiciones de los republicanos. Era imposible echar a los

19 Fuente: www.archivodellibertador.gob.ve, Gestor Documental, N.° 1710.

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españoles de la isla, porque aunque nuestras fuerzas eran iguales a las suyas, ellos tenían a su favor fortificaciones inexpugnables. Por consiguiente, partimos para el continente y llegamos a Carúpano con 150 oficiales, la administración civil, algunos servidores y muy pocos voluntarios. El total montaba a 300 hombres.

Carúpano es un pueblo de la provincia de Cumaná que hubiera podido suministrarme 500 hombres; sin embargo, no pude llegar a reunir 200 porque la tiranía española ha aniquilado cuanto de patriota había en Venezuela; y no ha dejado la existen-cia sino a seres absolutamente egoístas o partidarios decididos de la causa del rey. Nuestra situación en Carúpano al fin se hizo crí-tica. Mi columna alcanzaba solo a 600 hombres, incluyendo un refuerzo enviado por el general Mariño desde Güiria; nuestros enemigos habían concentrado contra nosotros todas sus fuerzas de Cumaná; estas eran mucho más aguerridas, y su número do-blaba por lo menos el de las que yo tenía.

A nuestro almirante20 lo apuraban constantemente los corsa-rios, que querían dejarnos en esta costa (los enemigos tenían ya una escuadrilla de doce velas). Le propongo al almirante salir a batirlos para dejar la mar libre, puesto que él tenía la intención de partir. Me hizo observar que no podía hacerlo, por no tener gente suficiente a bordo de sus buques, por lo cual me resolví a embarcarme con mis soldados para asegurar mejor el éxito de ese combate naval. Al efecto, hice embarcar mis tropas; y además los Mariños recibieron a bordo quinientas mujeres que temían ser degolladas por los realistas. Este incidente dio un pretexto a los señores capitanes de los corsarios para decir que no podían batirse con mujeres a bordo; cuando eran ellos mismos quienes las habían embarcado. Nos hallábamos en alta mar. Los enemigos habían tomado posesión de Carúpano. No podíamos atacar a Cumaná con 600 hombres que componían toda mi fuerza. Era, pues, necesario tomar una decisión. Le propuse al señor Brion que nos llevara a Guayana y rehusó, alegando que ni siquiera tenía suficientes víveres para llegar a Güiria. Volver sobre nues-tros pasos significaba perder la poca gente que yo tenía, por la

20 Se refiere al almirante Luis Brion, antes mencionado.

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falta de víveres y la grandísima deserción que se había introdu-cido en mis tropas. Hemos sacado todo el partido posible de la costa oriental de Cumaná. Por consiguiente, yo tenía que partir, para ir a una región que nos fuese más favorable, tanto por el espíritu patriótico como por los medios de subsistencia. Escogí como punto de desembarco el pueblo de la costa de Ocumare. Este lugar está situado entre las plazas de Puerto Cabello y La Guaira; pero su posesión me ponía en condiciones de introducir-me en el corazón de la capital de Caracas, que es sin duda alguna la región más adicta al sistema republicano. Nuestras tropas se apoderaron de esta famosa posición militar, a la cual me referí cuando tuve el honor de conversar con V. E.; el coronel Soublette, comandante de las tropas que ocuparon La Cabrera y Maracay, recibió la orden de fortificarse y de reunir cuantos hombres le fuera posible para aumentar nuestra expedición. Por desgracia, una carta interceptada por dicho coronel decía: “que el gene-ral Morales acababa de llegar a los alrededores de Valencia a la cabeza de siete mil hombres”. El hecho es que este general había llegado, pero solo con 500 hombres, que el coronel Soublette hubiera batido fácilmente. El creyó esta falsa noticia, abandonó las inexpugnables posiciones que ocupaba, y se retiró hacia Ocumare, donde estaba mi cuartel general. Al tomar Soublette La Cabrera, había batido un escuadrón de húsares de Fernando VII; los restos de este escuadrón se replegaron hacia el cuerpo del general Morales, quien atacó al coronel Soublette en su retirada; Morales fue rechazado, y el coronel continuó su marcha hasta la cumbre de la montaña, donde tomó posiciones a fin de asegurar sus comunicaciones conmigo. Esta retirada es la causa de nues-tras desgracias; porque nos privó del único territorio que hubiera podido proporcionarnos hombres para formar un buen ejército.

Al almirante Brion le faltaban víveres para su escuadrilla; esta causa, unida al descontento de los Mariños deseosos de salir al corso, le dictaba la decisión de separarse de mí; sin embargo, le supliqué con insistencia que permaneciera ocho días en el puerto, tanto para la seguridad de mis armas y municiones, como para efectuar nuestra retirada en caso de desgracia. Le aseguré, además, que si él aguardaba, dentro de ocho días yo tomaría

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Caracas. Él tenía muy buenas razones para irse, puesto que care-cía de víveres. Así, pues, su escuadrilla se dio a la vela, dejándome el parque en la playa. Este depósito era demasiado valioso para nuestra empresa, para que lo dejara sin una fuerte custodia. Yo no la tenía. La formé con los habitantes de la región. En cuanto supe los movimientos retrógrados de mis tropas, me puse en marcha conduciendo conmigo los reclutas que había reunido, pero estos no llegaron a tiempo para encontrarse en el ataque que los españoles nos hicieron al día siguiente de mi llegada al campo de batalla. Nuestras posiciones eran excelentes, pero el enemigo era más numeroso y aguerrido que nuestras tropas, las cuales apenas sabían manejar el fusil; la victoria se decidió por los es-pañoles, que se condujeron en esta acción con la mayor audacia. Nos vimos obligados a replegarnos sobre Ocumare, reducida nuestra columna por las pérdidas a 300 hombres. Ordené mar-char hacia Choroní, otro lugar de la costa, en donde habíamos reunido doscientos hombres, ex-esclavos a los que acabábamos de dar la libertad. Como no tenía caballos para transportar nues-tras armas y municiones, recurrí al bergantín Indio Libre, que habíamos apresado en Carúpano, y a otras dos goletas mercantes que se encontraban en el puerto. Por estar armado el bergantín, ordené al mayor general de marina Villeret21 embarcarlo todo; pero él me hizo observar que no tenía ninguna confianza en el capitán22, porque había tenido altercados muy desagradables con el almirante Brion, de quien era enemigo personal y quería quitarle el bergantín; me propuso ponerlo todo en los buques mercantes, más bien que a bordo del Indio Libre, cuyo capitán hubiera podido apoderarse de todas nuestras armas y municio-nes. Dejé hacer a Villeret, en quien teníamos entera confianza, y al cual el señor Brion había dejado el mando de la marina durante su ausencia. Llega la noche del día de nuestra derrota, y Villeret se embarca, después de haber puesto a bordo de los buques mercan-tes la mayor parte de nuestros efectos, y dejando en tierra, antes que embarcarlos en el bergantín, más de mil fusiles y una parte de

21 Agustín Gustavo Villeret, mayor general de la Marina republicana.22 El capitán Puchet.

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nuestra pólvora. Yo lo hice llamar: él me contesta que no puede venir, porque quieren dejarlo en tierra, que además no puede fiarse en nada del capitán; e inmediatamente se dio a la vela.

Me encuentro en una situación desesperada, rodeado de enemigos por todas partes, sin poder conservar siquiera el puerto de Ocumare, porque no tiene defensa, y nuestras fuerzas estaban casi aniquiladas por la deserción y por las pérdidas sufridas en el combate; además, según las apariencias, me hubiese quedado sin armas ni municiones, y en consecuencia me habría visto obli-gado a convertirme en un simple guerrillero, a la cabeza de los pocos soldados que me hubieran permanecido fieles, en medio de tantos enemigos. Esta situación no me convenía. Viendo que Villeret estaba decididamente resuelto a no venir, me embarqué yo también, con el objeto de impedir, si fuera posible, que se nos escaparan nuestros recursos militares. Nos quedamos toda la noche ante el puerto. Muy temprano en la mañana, nuestro capitán ordenó a los dos transportes que lo siguiesen hacia la costa de Choroní, a donde debíamos dirigirnos. Los transportes fingen seguirnos, y toman la ruta de Bonaire. Les dimos caza, les disparamos algunos cañonazos para obligarlos a seguirnos. Fue en vano: estaban decididos a irse, y a pagarse ellos mismos una cantidad que el Gobierno les debía, por unos víveres que había-mos comprado. Como se les había ofrecido la cuarta parte de los objetos que salvasen, querían apoderarse de todo. La noche se acercaba; juzgué prudente no exasperar a los transportes por temor de que en la obscuridad nos abandonaran del todo. Llega-mos a Bonaire, donde tuvimos infinitas dificultades, aun después de haber llegado Brion con su escuadrilla, para recuperar nues-tras armas y municiones. Brion las tomó y las guardó a bordo de sus buques. Yo regresé a Choroní para ponerme a la cabeza de nuestras tropas. La costa estaba ya en poder del enemigo. Nues-tros soldados se habían internado en el país, con el proyecto de reunirse al general Piar en los llanos. Regresé a Bonaire y me em-barqué en el bergantín, cuyo capitán es el hombre más honrado del mundo y ciertamente merece más mi confianza que quienes dudaban de su fidelidad. Me embarqué, digo, para ir a Margari-ta, pero habiendo sabido que la flota española bloqueaba la isla,

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determinamos hacer rumbo a Güiria, donde manda el general Mariño un pequeño cuerpo de 300 hombres.

Llego, y soy recibido con alegría. El general Mariño me ase-gura que las tropas están dispuestas a marchar a la conquista de Guayana conjuntamente con el general Piar. Todo estaba preparado para ejecutar esta empresa. Sin embargo, el general Bermúdez, mi antiguo enemigo, intriga con los habitantes de Güiria, para que no salgan de su región. Les hace creer que voy a sacrificarlos a mi ambición. A pesar de todos los esfuerzos del general Mariño, de sus oficiales, y en fin, a pesar de todas mis exhortaciones, rehúsan marchar, dando por pretexto que no pueden abandonar a sus mujeres e hijos a merced del enemigo. Elimino este obstáculo facilitándoles transportes para sus mu-jeres e hijos, pero todo es inútil, porque no querían exponerse a las privaciones y a los peligros. El general Piar tiene bajo su mando en los llanos de Maturín a dos o tres mil hombres, que piden armas y municiones. Al general Sedeño, que está por la parte de Guayana, le faltan esos mismos objetos. El general Valdés, que manda 5.000 hombres de la Nueva Granada en la provincia de Barinas, pide los mismos recursos. Como yo no tenía sino muy poca pólvora y muy pocos cartuchos, he salido de Güiria para venir cerca de V. E. a solicitar nuevos favores para mi Patria. Todos los generales que tienen mando en Vene-zuela han reconocido mi autoridad y me obedecen ciegamente. El general Mariño es el mejor de mis amigos. El general Aris-mendi no tiene otra voluntad que la mía. La adhesión del ge-neral Piar hacia mí no tiene límites. Tengo entera confianza en el general Mac Gregor. Los jefes que mandan las guerrillas han reconocido solemnemente mi autoridad suprema. No queda sino el general Bermúdez, quien tratará de sembrar la discordia entre nosotros; pero como es el enemigo de todos, lograrán im-pedir sin dificultad que pueda causar daño alguno.

Declaro a V. E., Señor Presidente, y bajo mi palabra de honor, que yo he hecho el mejor uso posible de la ayuda con que me fa-voreció para mis conciudadanos, y sobre todo en favor de aquella desgraciada porción que gemía en las cadenas. La libertad general de los esclavos fue proclamada sin la menor restricción, y en todas

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partes donde han penetrado nuestras armas, el yugo ha sido roto, la naturaleza y la humanidad han recobrado sus derechos. Aun cuando nuestra expedición no hubiera producido más que esta obra eminentemente benéfica, merecería los elogios más justos, y los sacrificios que le hemos consagrado no estarían del todo perdidos. Hemos dado un grande ejemplo a la América del Sur. Este ejemplo será seguido por todos los pueblos que combaten por la independencia. Haití ya no permanecerá aislado entre sus hermanos. Se encontrarán la liberalidad y los principios de Haití en todas las regiones del Nuevo Mundo. En el estado en que me hallo ¿podré aspirar a la protección de V. E.? ¡Sí, Señor Presidente! Confío en que V. E. no me abandonará al destino que me abruma. V. E. es suficientemente magnánimo para continuar sus generosi-dades hacia mi Patria. Si ella no puede obtener más nada de V. E., al menos me atrevo a confiar en que V. E. me facilitará los medios que estén a su alcance para que pueda trasladarme a los Estados Unidos de América, o a Londres, o a México, o a Buenos Aires, para so-licitar alguna protección con el objeto de libertar a Venezuela y a la Nueva Granada. Abuso sin duda de las bondades con que V. E. se ha dignado honrarme. Pero si V. E. conociese mi situación, no encontraría extraña mi importunidad. Me fuerza a ella un imperio invencible: el de la necesidad. Aguardo aquí la respuesta de V. E. como el postrer decreto de mi existencia política.

Tengo el honor de rogarle, Señor Presidente, que acepte los sentimientos respetuosos con que soy de V. E. muy humilde y obediente servidor.

BOLÍVAR

P. D. Tengo el honor de avisarle, Señor Presidente, que he dado a V. E. exacta cuenta de mi conducta y de los acontecimientos de nuestra expedición en todas las circunstancias; ignoro si esas cartas han llegado a manos de V. E. porque no he recibido respuesta alguna.

Certificado conforme al original. El Secretario General, B. Inginac.

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10. Carta del general Alejandro Petión, presidente de Haití, fechada en Puerto Príncipe el 7 de septiembre de 181623

LIBERTAD-IGUALDADRepública de Haití

Puerto Príncipe, 7 de septiembre de 1816, Año 13° de la Independencia

Alejandro Petión, Presidente de Haití,A S. E. el General Bolívar.

General:

He recibido la carta que V. E. me hecho el honor de escribir-me con fecha 4 de este mes y con más sentimiento de que puedo explicar, he leído los detalles que contiene sobre los tristes y de-plorables acontecimientos que han obligado a V. E. a abandonar la Costa Firme.

Así, en las grandes como en las pequeñas empresas, una fa-talidad inexplicable se unen regularmente a las más sabias com-binaciones de donde proceden reveses imprevistos que burlan toda precaución y destruyen los planes mejor combinados.

V. E. acaba de experimentar esta dura y triste verdad. Pero, si la fortuna inconstante ha burlado por segunda vez las esperan-zad de V. E., en la tercera puede serle favorable: yo a lo menos tengo este presentimiento, y si yo puedo en algún modo dismi-nuir la pena y sentimiento de V. E., puede desde luego contar con cuanto consuelo que de mí dependa. En consecuencia, ruego a V. E. venga a este puerto donde tendremos algunas con-ferencias particulares.

Ruego a V. E. reciba la seguridad de mi alta consideración.

PETIÓN

23 Fuente: Verna, Paúl, Petión y Bolívar, una etapa decisiva en la emancipación de Hispanoamérica (1790-1830). Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, 1980, p. 495.

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11. Carta de Bolívar al general Alejandro Petión, presidente de Haití, fechada en Puerto Principe el 9 de octubre de 1816, con la expresión de su respeto, admiración y gratitud24

Puerto Príncipe, octubre 9 de 1816.

A S. E. el General Alejandro Petión, Presidente de Haití.

Señor Presidente:

¡La pluma es un fiel instrumento para trasmitir con libertad los sentimientos sinceros que me inspira la admiración! Si la lisonja es un veneno mortal para las almas bajas, los elogios debidos al mérito alimentan las almas sublimes. Yo me tomo la libertad de escribir a V. E. porque no me atrevo a decirle todo lo que siento por V. E. La ausencia me anima a manifestar el fondo de mi corazón. Es muy dulce, sin duda alguna, llenar los debe-res del reconocimiento; pero no es un deber el que me dicta los homenajes respetuosos que quiero cumplir.

Veinticinco años de sacrificios, de gloria y de virtudes han proporcionado a V. E. el sufragio unánime de sus conciudada-nos, de todos los extranjeros ilustres y los de la posteridad que le espera. No es por cierto el poder lo que constituye el más glo-rioso atributo de la autoridad que un pueblo libre ha confiado a V. E., ni la que constituye el mérito real de V. E. Es un poder superior a todos los imperios: es el de la caridad. V. E. es el único depositario de ese tesoro sagrado. El Presidente de Haití es el solo que gobierna para el pueblo, solo él manda a sus seme-jantes. El resto de los potentados satisfechos de ser obedecidos menosprecian el amor, que hace la gloria de V. E.

V. E. acaba de ser elevado a la dignidad perpetua de Jefe de la República por la aclamación libre de sus conciudadanos25, única fuente legítima de todo poder humano. Está, pues, destinado V.

24 Fuente: www.archivodellibertador.gob.ve, Gestor Documental, Doc. N.° 1714.25 De acuerdo con la nueva Constitución Haitiana proclamada el 2 de junio de aquel año,

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E. a hacer olvidar la memoria del gran Washington26, franqueán-dose una carrera la más ilustre, cuyos obstáculos son superiores a todos los medios. El héroe del Norte solo encontró soldados enemigos que vencer y su mayor triunfo fue el de su ambición. V. E. tiene que vencerlo todo, enemigos y amigos, extranjeros y nacionales, los padres de la Patria y hasta las virtudes de sus her-manos. El cumplimiento de este deber no será muy difícil para V. E., porque V. E. es superior a su país y a su época.

Ruego a V. E. acepte, con la indulgencia con que siempre me ha tratado, la expresión sincera de una ilimitada admiración por las virtudes de V. E., de respeto por sus talentos y de agrade-cimiento por sus favores.

Soy de V. E. muy humilde y obediente servidor.

BOLÍVAR

la Presidencia de la República era vitalicia. Así, el presidente Petión, al ser reelecto por el Senado para desempeñar nuevamente la Primera Magistratura a comienzos de octubre, se había convertido en presidente vitalicio de Haití.

26 El prócer norteamericano, general en jefe de los Ejércitos de la Independencia y primer presidente de los Estados Unidos, Jorge Washington (1732-1799).

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12. Carta del general Alejandro Petión dirigida al Libertador Simón Bolívar, fechada en Puerto Príncipe el 12 de octubre de 1816, por la cual agradece a Bolívar la felicitación que ha recibido con motivo de su nombramiento como presidente de Haití27

LIBERTAD-IGUALDADRepública de Haití

Alejandro Petión, Presidente de Haití,A S. E. el General Bolívar.

Señor General:

He recibido la carta que V. E. me hace el honor de escri-birme, felicitándome por mi nuevo nombramiento, a cuya atención quedo muy reconocido; manifestándole que mi mayor deseo es el de consolidar la felicidad del pueblo que tengo el honor de mandar y que me esforzaré por corresponder al con-cepto que le merezco, y por hacerme acreedor a los votos de todos los hombre de bien.

Ruego a V. E. reciba la seguridad de la más perfecta conside-ración, con la que ruego el honor de saludar a V. E.

PETIÓN

Puerto Príncipe, 12 de octubre de 1816; año 13°

27 Fuente: Verna, Paúl, Petión y Bolívar, una etapa decisiva en la emancipación de Hispanoamérica (1790-1830). Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, 1980, p. 496.

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13. Carta de Simón Bolívar para el presidente de la República de Haití, Jean Pierre Boyer, fechada en Angostura el 14 de agosto de 1818, en la cual le expresa su pesar por la muerte del señor Alejandro Petión. También le informa sobre las últimas actividades en Venezuela28

Cuartel General de Angostura, a 14 de agosto de 1818, 8°

Al señor Presidente de la República de Haití, Juan Pedro Boyer.

Señor Presidente:

He sabido con el mayor sentimiento la muerte del Presidente Petión: su patriotismo, su generosidad y las demás virtudes que lo caracterizaban, han excitado mi veneración y la de todos mis compatriotas; esa veneración será tan inmortal como el nombre de Petión.

La amistad y el desinterés con que el pueblo y las autoridades de la República de Haití le dieron hospitalidad a los emigrados de Tierra Firme, nos llenaron del más vivo reconocimiento; y yo particularmente hice votos por su prosperidad y por la con-servación de la vida del digno jefe que lo gobernaba.

Esta catástrofe, burlando mis fervientes deseos, arrebata a Haití uno de sus más bravos defensores y le priva de uno de sus más dignos ciudadanos.

Sin embargo, en medio de tantas desgracias, los haitianos deben sentirse felices de la nueva elección que acaban de hacer llamando a V. E. a la Primera Magistratura de la República, y le ruego que me permita, Señor Presidente, presentar a V. E. mis más sinceras felicitaciones.

28 Fuente: www.archivodellibertador.gob.ve, Gestor Documental, Doc. N.° 3160. El destinatario, señor Jean Pierre Boyer (1776-1850), a la muerte del señor Alejandro Petión (1818), asumió la Primera Magistratura de la República de Haití, hasta 1843.

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Tengo el honor de dar a V. E. algunos datos acerca de los asuntos de Venezuela. Sin duda alguna la última campaña hubiera puesto fin al dominio de los españoles, si algunas circunstancias desgraciadas, como la falta de municiones, no me hubiesen obligado a retirarme hasta que esté en aptitud de dar un golpe seguro. Este momento no está lejos.

Hemos recibido de Inglaterra gran cantidad de armas de todas clases, y esperamos aún más, según las noticias que he recibido de Londres. El general Mac Gregor debe llegar en breve con 2.000 hom-bres de tropa y algunos buques de guerra de primer orden que han sido comprados en Inglaterra por cuenta del Estado.

Y la España se encuentra en un estado muy crítico, y la guerra entre ella y los Estados Unidos de América es inevitable; creo que el Gobierno americano será el primero en reconocer la independencia de Venezuela. Espero, incluso, que nos proporcione algunos recursos, pues acabamos de recibir al señor Irvine29, agente de aquel Gobierno, quien reside en esta capital. Me complacería mucho esta alianza, puesto que sería ventajosa para los dos países, y porque es indispensa-ble que los gobiernos americanos libres se reúnan con el fin de conso-lidar su independencia y estar así en aptitud de rechazar los esfuerzos de la tiranía.

Tenemos noticias positivas de haber sido tomadas Quito y Lima por los ejércitos de Buenos Aires, y acabo de enviar armas y municiones a los patriotas de la Nueva Granada para terminar la pacificación de esas provincias. Todos los llanos de Caracas están en nuestro poder; tenemos divisiones en todos los puntos esenciales y el ejército principal se hallará en condiciones de luchar y destruir los últimos esfuerzos del despotismo español. Lo que prueba la debilidad de nuestros enemigos es que abandonan todo el interior para concentrarse en Puerto Cabello y estar en posición de evacuar el país en caso de derrota.

En fin, Señor Presidente, considerando el estado de las cosas desde el punto de vista más imparcial, la República jamás se ha encontrado en posición tan ventajosa, y creo poder asegurar que el fin de este año verá el término de la guerra en Venezuela. Deseo ardientemente que

29 John Baptist Irvine.

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Venezuela sea libre, con el fin de poder establecer relaciones más frecuentes con los valientes haitianos, y poder manifestar-les los sentimientos fraternales y amistosos de los venezolanos hacia ellos, y los míos en particular; le ruego, Señor Presidente, reciba la seguridad de mi más distinguida consideración, con que tengo el honor de ser de V. E. humilde y obediente servidor.

BOLÍVAR

Certificado conforme al original. El Secretario General, B. Inginac.

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